Uno de los misterios que más perturba a los historiadores, involucra ciertas cronologías imposibles, relacionadas a los misteriosos reyes sumerios antediluvianos.

De vez en cuando la discusión se filtra en el ámbito académico, generalmente la cuestión termina siendo zanjada apelando al argumento más trillado, sobre que tratamos con documentos de cronistas poco fiables en cuanto a sus alegaciones. Relatos míticos, dicen, y cuyas descripciones no se deben aceptar como escritos de valor.

Los listados de antiguos reyes antediluvianos forman parte de ésta controversia, iniciada con el génesis bíblico y sus perturbadores patriarcas sagrados, cuyas edades parecen desafiar todo lo conocido. Así tenemos a Matusalem, el famoso abuelo de Noé, quién habría llegado a vivir 900 años.

Para los cabalistas y estudiosos del tema, tras estos cómputos enigmáticos se esconden secretos esotéricos, que escapan a lo profano. Teniendo en cuenta este punto, vamos a tratar de dilucidar que se oculta tras uno de los listados más insólitos, donde aparecen enumerados antiguos monarcas sumerios, remontados sus dinastías más allá del tiempo conocido.

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Lista de Reyes Sumerios, actualmente exhibida en el Museo Británico. (Wikimedia Commons)

Babilonyaka – La Historia Oculta de la Humanidad

“Al componer su historia, Beroso se basó en la tradición mítico-historiográfica de Mesopotamia, y específicamente en textos tan conocidos como el mito de la creación Enuma Elish, Artrahasis, y las listas de reyes que proporcionaron el punto de partida y el marco conceptual para una historia universal. Pero el elemento mítico y arcaico se combinó con las crónicas de gobernantes que pueden pretender en cierto grado, genuinamente históricas”. Blenkinsopp, 1992.

Uno de los registros antediluvianos más intrigantes acerca de los antiguos monarcas sumerios, y de los más citados por los estudiosos, fue el compilado por el historiador y astrónomo caldeo llamado Beroso. Aunque sus orígenes son discutidos, debido su obra nos es referida por terceros, sabemos con certeza que su legado fue de suma importancia.

Estela representativa sobre los legendarios Akpallus. Cortesía: upenn.edu

En Los Libros Condenados el estudioso francés Jacques Bergier, escribe una apasionada reseña sobre Beroso:

“Beroso vivió en tiempos de Alejandro Magno, y hasta la época de Tolomeo I. Fue sacerdote de Baal-Marduk en Babilonia. Era historiador, astrólogo y astrónomo. Inventó el cuadrante solar semicircular. Concibió una teoría sobre conflictos sobre los rayos del Sol y de la Luna, que fueron anticipación de los trabajos más modernos sobre la inferencia de la luz.

Podemos fijar la fecha de su nacimiento en el 356 a.c., y de la muerte en el 261. Una leyenda contemporánea dice la famosa Sibila, la profetiza era hija suya”.

Según otros autores, el trabajo de Beroso se habría desarrollado durante el reinado de Antioco I Soter (281-260). Debido a su importante cargo como sacerdote del Templo de Marduk, y como primera autoridad en la historia de Asiria y Caldea, le fue posible consultar los archivos de los templos de Babilonia, sirviéndole más tarde en la creación de su obra cumbre, Babylionyaka (La Historia de Babilonia).

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La misma fue redactada en griego, y dividida en tres partes. Su primer libro Chronika:

“Se ocupaba de la cosmogonía y probablemente de la ciencia astronómica de Asiria y Caldea. Relata primero la creación del mundo, y la revelación de los principios de a civilización por el mensajero Oanes, mitad hombre y mitad pez, que instruyó a los

primeros pobladores de Mesopotamia. En los otros dos describe la historia desde la creación del mundo, hasta la época de Alejandro y sus sucesores, pasando por la lista de los reyes antediluvianos que fija en diez”.

Es interesante observar que esta primera enumeración, sobre antiguos monarcas longevos, parecen remitir a los patriarcas del génesis bíblico, también mencionado en número de diez. Según Beroso estos reyes desconocidos para la historia oficial, gobernaron por espacio de cuatrocientos treinta y dos mil años, a diferencia del Génesis, que solo computa «mil seiscientos cincuenta y seis años». En cifras consideradas siderales.

Un texto donde se incluyen, los discutidos fragmentos de Beroso.

Aunque se cita a los templos babilónicos como fuente de Beroso, se cree fue en los archivos de Borsippa, importante ciudad babilónica, consagrada al dios Nabu que se piensa hijo del enigmático Marduk, donde Beroso logró encontrar su principal información sobre la perdida historia del mundo.

Volviendo al templo de Marduk donde Beroso ocupó importantes funciones, el mismo estaba muy cercano a una torre de siete pisos Etemenanki, «mansión de lo alto entre el cielo y la Tierra», y descrito como un soberbio zigurat. Por mucho tiempo este edificio estuvo vinculado a la legendaria Torre de Babel, aunque actualmente la idea aparece desechada.

Quiero recordar al lector en artículos pasados, hablamos sobre la obra del ya desaparecido estudioso peruano Jesús Bernardo Gamarra Farfán, quién en su reinterpretación de la historia antigua, Cosgomonía de los Tres Mundos, aludió restos de Etemenanki, corresponderían en realidad a las ruinas de Sacsayhuaman, siendo el Cuzco la antigua Babilonia. Prometo volver a retomar la controversial idea.

Otros estudiosos creen que ejemplares de Babylionyaka, pudieron alguna vez formar parte de la desaparecida Biblioteca de Alejandría. Al enigmático escriba caldeo se le atribuye también, la fundación de la primera escuela de astrología erigida en Isla de Kos, Grecia, que se dice fuera apadrinada por los egipcios, y que tuvo como principal preocupación la difusión de los antiguos misterios mesopotámicos dentro del mundo helenístico.

El rastro de Beroso se pierde en las nieblas del tiempo, sobreviviendo además de los pequeños fragmentos que a continuación vamos a comentar, una inquietante profecía que se dice pronunciara, alertando sobre el fin del mundo, como así relata Graham Hancok en Las Huellas de los Dioses, 1998.

“Yo Beroso, intérprete de Bellus, declaro que cuando todo herede la Tierra, será arrojado en las llamas cuando los cinco planetas se reúnan en Cáncer, dispuestos en una hilera de forma que, a través de sus esferas, pueda pasar una línea recta”.

El Otro Génesis – Relato de Beroso el Caldeo

“Historias como la leyenda de Oannes, y las figuras y textos más antiguos concernientes a la aparición de las primeras civilizaciones terrestres (interpretados, hasta hoy, exclusivamente como mitos o desvaríos de la imaginación primitiva), merecerían estudios críticos más amplios que los realizados hasta la actualidad. Estos estudios no deberían rechazar una rama de investigación relativa a contactos directos con una civilización extraterrestre”. Vida Inteligente. Carl Sagan, 1967.

Antiguas ruinas de la ciudad babilónica Borsippa, desde donde Beroso habría obtenido algunas de sus fuentes. Crédito: cemml.colostate.edu

En «De las cosmogonías y causas del diluvio», el cronista griego Alejandro Polyhistor, uno de los responsables del rescate en traer a luz Fragmentos de Beroso, cita los siguiente:

“Hubo un tiempo en que no había nada, salvo oscuridad, y un abismo de aguas en el que residían seres horripilantes, que eran producto de un principio doble. Aparecieron hombres con dos alas, algunos con cuatro y dos caras. Tenían un cuerpo, pero dos cabezas; una de hombre y la otra de mujer. También en sus otros órganos, eran las dos cosas, hombre y mujer. Se veían otros pies de caballo; otros tenían patas de caballo detrás, pero delante tenían forma de hombre y parecían centauros.

 También se criaban toros con cabezas de hombre; y perros con cuerpos cuádruple y cola de pez. También caballos con colas de perros; también de pez. También caballos con cabezas de perros: también hombres y otros animales, con cabeza y cuerpo de caballo y cola de pez. Resumiendo, había criaturas con las extremidades de todas las especies animales. Añádanse a éstos, peces, reptiles, serpientes, junto con otros animales maravillosos, que asumían la forma y el semblante, unos de otros. De todos estos se conservaron delineaciones en el Templo de Belo en Babilonia”.

Figurillas de los Akpallus, actualmente en el Museo Británico.

Este es un primer pasaje muy significativo transmitido por Beroso, y que para su real decodificación amerita la lectura de Antropogénesis (Doctrina Secreta III), donde la gran esoterista rusa, Helena Petrovna Blavatsky, nos revela asombrosas pistas.

Estancia II (Libro de Dzyan):

“La Rueda volteó por treinta crores más. Construyó Rupas; Piedras Blandas que se endurecieron; Plantas Duras que se ablandaron. Lo visible de lo invisible. Insectos y pequeñas Vidas. Ella la sacudía de su dorso cuando invadían a la Madre … Después de treinta crores, se volvió por completo. Repósala sobre su dorso: sobre su costado … No quería llamar a los Hijos del Cielo; no quería buscar a hijos de la Sabiduría. Ella creó de su propio Seno. Produjo Hombres Acuáticos, terribles y perversos. Los Hombres Acuáticos, terribles y perversos, los creó ella misma de los restos de otros. De los desperdicios y el fango de su Primera, Segunda y Tercera los formó. Los Dhyanis vinieron y miraron … los Dyanis, procedente del resplandeciente Padre-Madre, vinieron de las Blancas Regiones, de las Mansiones de los Mortales Inmortales. Ellos se disgustaron. Nuestra Carne no está ahí. No hay Rupas aptos para nuestros hermanos de la Quinta. No hay Moradas para las Vidas. Aguas Puras, no turbias deben ellos beber. Sequémoslas. Las Llamas vinieron. Los Fuegos con las Chispas; los Fuegos de la Noche y los Fuegos del Día. Ellos secaron las aguas turbias y obscuras. Con su calor las agotaron. Los Lhas de las Altura y los LLamayín de Abajo vinieron. Hicieron morir a las formas de dos y cuatro caras. Lucharon con los Hombres-Cabríos, con los Hombre Cabeza de Perro y con los Hombres con cuerpos de pez. El Agua Madre, el Gran Mar, lloró. Ella se levantó, desapareció en la Luna, que la había elevado, que la había hecho nacer. Cuando fueron destruidos, la Tierra madre quedó vacía. Pidió que la secaran”.

Las Stanzas de Dzyan, incluidas en la Doctrina Secreta y divulgada al mundo en 1878, por la esoterista rusa H.P. Blavatsky, sigue siendo un texto fundamental para el conocimiento del pasado del hombre. Cortesía: amazon

Nos narra Blavatasky acerca de este pasaje, que el eje terrestre sufrió una inclinación luego de ser trastornada por uno de los tantos diluvios. En medio de estos disturbios la naturaleza física por sí misma, decide ensayar un intento de creación, «alentada por el impulso evolucionario», aunque alejada de cualquier intervención divina, dando por resultado monstruos, «medios humanos y medios animales». Un verdadero bestiario ancestral. Blavatsky indica que la naturaleza física fracasa en sus acciones por dar a vida a un hombre espiritual, necesario para su creación de otros elementos.

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Teniendo en cuenta este escenario abordemos el punto crítico de nuestro informe, que es la lista de las cronologías antediluvianas enumerada por Beroso, según enuncia otro de sus cronistas, Apolodoro.

“Éste nos die que el primer rey fue el caldeo Alorus, de Babilonia: reinó durante diez saris; después vinieron Alarapus y Amelon, oriundos de Pantibiblon; después Ammenon de Caldea, en tiempos del cual apareció el Annedotus Musarus Oanes, procedente del Golfo Pérsico. Le sucedió Magalarus de Pantibiblon, que reinó por espacio de diez saris, después vino el pastor Daonus, de Pantibiblon, que reinó por espacio de diez saris; en su tiempo (afirma) apareció, procedente del Golfo Pérsico, el cuarto Anedotus, que tenía la misma forma que los anteriores, o sea un aspecto que era parte de pez y en parte de hombre.

Después Eudoreschus, de Pantibiblon, reinó durante dieciocho saris. Durante su reinado apareció otro personaje, llamado Odacon. Venía, como el anterior del Golfo Pérsico, y tenía la misma forma complicada, mezcla de pez y de hombres. Después reinó Amempsinus de Laranchae, y como era el octavo en el orden sucesorio, gobernó durante diez saris. Después vino Otiartes, caldeo nacido en Laranchae, quién reinó durante ocho saris. Después de la muerte de Otiartes, su hijo Xisusthrus reinó durante dieciocho saris. Fue entonces cuando se produjo el gran diluvio”.

Helena Petrovna Blavatsky, retratada en 1875.

Un dato clave sobre esta historia, refiere también según Apodoloro, que a Xisusthrus, a través de un sueño donde se le manifiesta nada menos que Cronos (una de las deidades primordiales), le ordena al símil del Noé bíblico, «escribir una historia de los orígenes, los progresos y el fin último de todas las cosas, hasta nuestros días; que enterrase esas notas en Sippara, la Ciudad del Sol».

Antes de avanzar el lector debe interpretar según los exégetas que cada sari equivale, a 3.600 años. Así cuando realizamos la multiplicación de cada reinado, es imposible no asombrarse ante la elevada longevidad de los soberanos involucrados en una lista sabemos, fuera de toda nomenclatura históricas, tachada de inmediata como mítica. Una segunda cuestión es el misterio de los famosos Oannes conocidos como los legendarios Akpallus, instructores divinos que se cree fueron siete. Y éste último como un misterio de primer orden.

Sobre el primer punto el de las dinastías legendarias, Zecharían Sitchin, que popularizara a los Anunnakis a través de su famosa saga, arriesga en su polémico El Doceavo Planeta, 1976, ciertas cuestiones vinculadas a las reclamaciones de Beroso.

“Pero, ¿Qué es un año? Nuestro año es simplemente el tiempo que lleva a la Tierra completar una órbita alrededor del Sol. Dado que la vida se desarrolló en la Tierra cuando ya estaba orbitando el Sol, la vida en la Tierra sigue el patrón de esta duración orbital. Vivimos tal cantidad de años porque nuestros relojes biológicos están ajustados a tal cantidad de órbitas de la Tierra alrededor del Sol. Existen pocas dudas que la vida en otro planeta se temporizaría en función de los ciclos de ese planeta.

Si la trayectoria del Duodécimo Planeta alrededor del Sol tuviera tal extensión que una órbita suya se llevara a cabo en el mismo tiempo que a la Tierra, le lleva hacer 100 órbitas, un año de los nefilim equivaldría a cien años nuestros. Si su órbita fuera 1.000 veces más larga que la nuestra, 1.000 de nuestra Tierra equivaldrían a sólo un año de los nefilim. ¿Y qué ocurre si, como sugerimos, su órbita alrededor del Sol, durara 3.600 años? Entonces, 3.600 de nuestros años, serían sólo un año en su calendario, y también un solo año en su vida. El tiempo del mandato (reinado) del que hablan los sumerios y Beroso no sería, de este modo, ni legendario ni fantástico: sólo habría durado cinco, ocho o diez años de los nefilim”.

Las misteriosas dinastías divinas sumerias ¿Sabremos algún día toda la verdad?

Por supuesto estamos ante una explicación que tiene a la vida alienígena, como origen de esta cronología fantástica, según establece Sitchin. Otros autores sugieren la Tierra en ese pasado remoto, habría contado con otras formas de vida donde esta longevidad pudo manifestarse, aunque seguimos en dudas sobre como humanidades tan avanzadas pudieron desarrollarse prácticamente de cero. Y nuevamente la cuestión ¿dinastías míticas o reales?

El segundo punto también en discusión es acerca de los famosos Oannes (los hombres peces), o mejor dicho instructores divinos que juegan un papel complementario en este misterio. Nos cuenta Beroso.

“En el primer año hizo su aparición, procedente de una parte del mar de Eritrea que limitaba con Babilonia, un animal dotado de razón que se llamaba Oannes. El cuerpo entero del animal era como el de un pez y debajo de una cabeza de pez tenía otra cabeza y también pies, parecidos a los de un hombre, unidos a la cola del pez. También su voz y su lenguaje era articulados y humanos; y una imagen suya se ha conservado hasta hoy. De día solía conversar con los hombres; pero no tomaba alimentos entonces; y le dio una visión de las letras y las ciencias y arte de todas las clases.

Les enseñó a construir casas, a fundar templos, a recopilar leyes y les explicó los principios del conocimiento geométrico. Les hizo distinguir las semillas de la Tierra, y les mostró como se recogían los frutos; en una palabra, les instruyó en todo lo que era susceptible de suavizar los modales y humanizar al género humano. Tan universales eran sus instrucciones que desde entonces no se les ha añadido nada material que constituya una mejora. Cuando se ponía el Sol, aquel ser acostumbraba a echarse otra vez al mar y pasaba todas las noches en las profundidades porque era anfibio”.

Merovingios en la saga Mátrix, y que en una cuarta entrega volverá a tratarse. Cortesía: Warner Bros. Pictures

Nos enfrentamos aquí a otro enigma de carácter sagrado. El estudioso español Marius Lleget en su libro, 1977, Entrega una pista inquietante.

“Cada 2050 años, aproximadamente, en virtud del movimiento de giro sobre sí mismo del eje terrestre, descubierto por Hiparco de Nicea, entramos en un nuevo signo zodiacal. El Signo del Pez, que habría de distinguir más tarde a los iniciados del Próximo Oriente, está tal vez relacionado con el fabuloso recuerdo del paso de los Akpallus en por tierras de Mesopotamia y Asia Menor“.

Es interesante remarcar el término Akpallus no encuentra como indican algunos lingüistas correspondencia fonética, aunque es interpretado como sabio o instructor, y se encuentran asociados con Enki, el llamado liberador de la Humanidad. Beroso también describe a estos seres como monstruosos, más tarde retirados al Apsu para nunca regresar.

El mito es largo y nos llevaría mucho tiempo explorarlo. Pero no quiero finalizar sin entregar al lector una pista, que tiene a los merovingios como eje de este misterio aún vivo.

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Merovingios ¿Realeza divina vinculada con los Akpallus?

Desde hace mucho tiempo vengo investigando a los merovingios, enigma aún poco explorado, aunque si popularizado en los últimos años, no sólo por Dan Brown, sino también a través de la trilogía de Mátrix.

Debido a una cuestión de tiempo, me imposible extenderme sobre todo éste misterio que dejaremos para otra ocasión. Pero si quiero referenciar al lector una pista, que espera sepa decodificar. Se trata de Meroveo (450-458), nativo de la actual Bélgica.

Según describe la leyenda su padre fue Clodión, llamado el de los largos cabellos (y atención éste dato), una de sus esposas Basina I fue confrontada con un monstruo anfibio, el Quinotauro, quién la poseyó. De esta unión nacería Meroveo, el rey melenudo y futuro iniciador de la dinastía merovingia, que luego reinaría en Francia. Uno de los símbolos identificando a esta dinastía divina es nada menos que la abeja (y atención con éste segundo dato). Otro de sus símbolos es el oso, que nos llevaría hacia el misterio arturiano. Muchos afirman, Meroveo y sus descendientes como Dagoberto II (vinculado a la cuestión de Rennes de Chateau), tenían la capacidad de la metamorfosis física, el hombre-pez. Saque el lector sus propias conclusiones.

Oannes, Apkallu y otros seres anfibios.

Conclusión

Cronología sideral e instructores divinos, constituyen temas apenas rasgados en este artículo, y que prometemos seguir ahondando. No caben dudas que la exploración del antiguo pasado terrestre, aún conllevan muchos enigmas. ¿Estaremos listos para afrontar sus inquietantes interrogantes acerca de nuestros discutidos orígenes? Está por verse. Continuará.

Bibliografía:

Libros:

• Blavatsky, H.P. La Doctrina Secreta. Antropogénesis. Buenos Aires: Kier, 1990.
• Bergier, Jacques. Los Libros Condenados. Barcelona: Plaza & Janes, 1979.
• Kramer, Samuel Noah. La Historia Empieza en Sumer. Barcelona: Ayma, 1978.
• LLeget, Marius. ¿Qué vio la mujer de Lot?. Barcelona: Roca, 1977.
• Pauwels, Louis; Bergier, Jacques. La Rebelión de los Brujos. Madrid:
  Biblioteca Fundamental Año Cero, 1994.
• Poesson, Paul. El Testamento de Noé. Barcelona: Plaza & Janes, 1974.
• Sagan, Carl; Schlovskii, Iósif. Vida Inteligente en el Universo. Barcelona: Reverté, 2008.
• Sitchin, Zecharia. El 12º Planeta. Barcelona: Obelisco, 2002.
• Temple, Robert K.G. El Misterio de Sirio. Barcelona: Martínez Roca, 1982.
• Wooley, C.L. Ur. La Ciudad de los Caldeos. México: Fondo de Cultura Económica, 1953.

Sitios web:

• Arqueología Hoy
  Sardá, Alejandra. Los monstruos de Beroso.
  ‘http://arqueologiahoy.over-blog.com/2017/12/los-monstruos-de-berosio.html
• Culturamas
  Sureda, Kika. Beroso el Caldeo.
  ‘https://www.culturamas.es/2019/12/05/beroso-el-caldeo/
• Cura Free
  Guinard, Patrice. La Lista de los Reyes Antediluvianos: un documento codificado.
  ‘http://cura.free.fr/esp/11reyes.html
• Pa Lo Que Hemos Quedao
  Oskarele. Beroso y la Humanidad Antediluviana.
  ‘http://plqhq.blogspot.com/2011/08/beroso-y-la-humanidad-antediluviana.html

Por: Débora Goldstern

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