En un polémico experimento, un equipo de científicos estadounidenses han utilizado portaaviones fuera de servicio para liberar partículas a la atmósfera con el objetivo de atenuar el Sol y frenar el cambio climático.
En un esfuerzo por frenar los peores efectos del cambio climático, los científicos están experimentando con un dispositivo construido sobre un portaaviones retirado en la bahía de San Francisco que atenuaría el Sol al liberar sal en las nubes; según informa The New York Times (NYT).
Sí, has leído bien. Investigadores de la University of Washington (UW), están tratando de introducir sal en las nubes del océano, lo que teóricamente desviaría la luz del Sol hacia arriba y mantendría la Tierra más fría.
Geoingeniería solar
Aunque se trata de una táctica un tanto descabellada, no carece de precedentes científicos. La “geoingeniería solar“, como la llaman los científicos que están detrás del concepto de oscurecimiento del Sol, se ha teorizado durante años como una forma de detener temporalmente el cambio climático mientras los humanos intentan averiguar cómo revertir sus peores efectos.
En concreto, el experimento de la UW que se lleva a cabo a bordo del USS Hornet estudia lo que se conoce como “aclaramiento de nubes marinas“, que adopta un enfoque similar al de la llamada “siembra de nubes”, introduciendo diminutas partículas de aerosol en las nubes. En lugar de hacer llover, como la siembra de nubes, el blanqueamiento de nubes pretende reflejar la radiación solar hacia fuera y hacia arriba. En el caso de la UW, utilizan sal como aerosol.
Y acaban de encenderlo por primera vez. Según el NYT, activaron el dispositivo de pulverización que se utilizaría para salar las nubes sobre el Océano Pacífico para asegurarse de que podía emitir de forma constante el penacho de aerosol salino que, a medida que avancen los experimentos, tendría que llegar hasta las nubes para funcionar.
Deseos arriesgados
Aunque este concepto es ciertamente intrigante, no está exento de detractores, entre los que se encuentran tanto el gobierno estadounidense como Greenpeace.
En una declaración al NYT, la Casa Blanca -que ha invertido en otras investigaciones de ingeniería solar marina- se distanció del experimento a bordo del Hornet, declarando que “el gobierno de EE.UU. no está involucrado en el experimento de Modificación de la Radiación Solar (SRM) que tiene lugar en Alameda, California, ni en ningún otro lugar“.
Greenpeace, por su parte, está preocupada por lo que podría ocurrir si este tipo de tecnologías funcionan demasiado bien.
David Santillo, científico de Greenpeace Internacional, declaró al NYT:
“Podrían cambiar los patrones climáticos, no sólo en el mar, sino también en la Tierra. Es una visión aterradora del futuro que deberíamos intentar evitar a toda costa”.
Como ocurre con otras propuestas de geoingeniería, quizá el mayor problema del aclaramiento de las nubes sería aplicarlo a una escala lo suficientemente grande como para marcar la diferencia. Sin embargo, dada la velocidad a la que seguimos degradando el clima sin hacer gran cosa por arreglarlo, el razonamiento de “cada granito de arena ayuda” también podría aplicarse en este caso.
Fuente: The New York Times
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Crédito imagen de portada: depositphotos.com
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