Existe actualmente una infección altamente contagiosa que está trasmitiéndose entre los humanos y a la que ni siquiera la ciencia puede hacer frente: la resistencia a los hechos.

Se trata de una cepa virulenta de seres humanos que son virtualmente inmunes a cualquier forma de conocimiento verificable, dejando a los científicos sin saber cómo combatirlos.

La situación se plantea como altamente preocupante, ya que a pesar de que estas personas poseen todas las facultades para recibir y procesar información, sin embargo, de alguna manera, han desarrollado defensas que, para todos los efectos, han dejado esas facultades totalmente inactivas.

La situación empeora

En los últimos años, los avances en ciencia, astronomía, medicina han traído consigo nuevos e importantes conocimientos para la humanidad, pero a pesar de ello, aunque los hechos verificables se han multiplicado, las defensas de estas personas contra esos hechos se han vuelto más poderosas.

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El principal problema es que hasta ahora los científicos no poseen una comprensión clara acerca de los mecanismos que evitan que los humanos resistentes a los hechos absorban datos.

Algunos han sugerido que la tensión puede haber desarrollado la capacidad de interceptar y descartar información en ruta desde el nervio auditivo al cerebro. Y según esto, algunos académicos opinan que las funciones normales de la conciencia humana han sido completamente anuladas.

Aunque la situación empeora con los años, los científicos sugieren que la amenaza de los seres humanos resistentes a los hechos disminuirá en el futuro. Los científicos creen que estas personas se volverán más receptivas a los hechos cuando se enfrente a la necesidad, es decir, cuando se encuentren en un entorno sin alimentos, agua u oxígeno; cuando una crisis global irreversible llegue y golpee la Tierra. Pero esto no es nada alentador.