En 1979, la antropóloga Mary Leakey, y su esposo Louis Leakey, uno de los más grandes antropólogos del siglo XX, se encontraban de expedición en la región de Laetoli, Tanzania, cuando se toparon con un grupo de huellas humanas que fueron datadas en 3.6 millones de años.
Se cree que una erupción volcánica de hace 3.6 millones de años aproximadamente, provocó que unas huellas de homínidos se conservaran en el piso. Fueron un total de 3 y se convirtieron en las pisadas más antiguas conocidas hasta la fecha.
Las misteriosas huellas de Laetoli
Durante la expedición en 1979, Mary Leakey descubrió unas extrañas pisadas sobre el terreno de ceniza volcánica, alertando inmediatamente a su esposo.
Cuando observaron detenidamente, notaron que se trataba de las marcas de 3 individuos muy similares a huellas humanas. Sin embargo, había un problema.
Cuando se realizó la datación, las huellas de Laetoli tenían una antigüedad de, al menos, 3.6 millones de años. Algo que contradice totalmente a la ciencia.
Este descubrimiento fue examinado por diferentes expertos, desde antropólogos hasta especialistas en marcas de animales, arqueólogos y otros profesionales. Todos dieron su punto de vista sobre el hallazgo, y todos coincidieron en que eran humanas.
Las pisadas apenas tenían pequeñas diferencias con el hombre moderno, lo que desconcertó totalmente a los expertos. Sin embargo, a pesar de que esto podría probar que el hombre existió hace millones de años, la ciencia ha determinado que se trataría de la huella del Australopithecus afarensis.
Algo extraño, ya que las huellas de este homínido, que existió hace 4 millones de años, no coinciden en absolutamente nada con las de Laetoli.
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En un comienzo, no tiene el dedo gordo del pie móvil, como los simios, además de que posee un arco típico en los humanos modernos. Por otro lado, Mary Leakey asegura que podría tratarse de algún simio desconocido similar al hombre.
Sin lugar a dudas
Pero lo que más confunde a los expertos es la cantidad de utensilios y piezas artificiales que pertenecen al Precámbrico, encontradas en la zona. Por ello, la existencia de elementos que precisan de la habilidad de un ser inteligente para poder fabricarlas, refuerzan la teoría de que las huellas de Laeoli sí son humanas, sólo que provienen de una época donde, se creía, el humano aún no existía.
Resulta sumamente complicado determinar a qué especie pertenecen las pisadas, pero otros expertos creen que la antigüedad y el tamaño no dejan muchas opciones de donde elegir. Por ello, el candidato más cercano es el Homo ergaster o, cuando mucho, un Homo erectus primitivo.
Cabe mencionar que el Homo ergaster es primer homínido cuyas proporciones de las extremidades eran similares a la del humano actual; piernas largas y brazos más cortos.
Este yacimiento de Laetoli está ubicado a unos 45 kilómetros al suroeste de la garganta de Olduvai, próximo al Parque Nacional del Serengeti. Además de las ya mencionadas, también tiene miles de pisadas de animales.
Es increíble cómo, a pesar de que la ciencia moderna ha alcanzado un desarrollo impensable en años anteriores, el origen del ser humano continúa siendo todo un misterio. Por ello, es posible que las huellas de Laetoli sí pertenezcan a un humano mucho más moderno, pero de una época mucho más antigua…
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