La historia de nuestro mundo se ha escrito, sobre todo, a base de guerras. En las civilizaciones antiguas, la historia la escribía el vencedor de cada batalla y han quedado para la posteridad innumerables nombres propios y ejércitos que hicieron del arte de la guerra su modo de vida.
Ningún guerrero que formara parte de alguno de los gloriosos ejércitos de la Antigüedad se caracterizaba por ser débil ni física ni mentalmente. Todo lo contrario: eran hombres que peleaban por convicción propia o por obligación, pero jamás pensando en renunciar al servicio de su país. La guerra siempre fue el pretexto ideal para expandir un territorio, obtener recursos de sobrevivencia u obligar a un pueblo a pagar tributos. En resumen, tal y como ocurre en la actualidad, para imponerse mediante el poder y el miedo a un grupo humano más débil. Y sólo los más aptos podían formar parte de tan importante empresa.
Los Espartanos
Esparta fue una de las ciudades griegas más importantes de la Antigüedad junto con Atenas y Tebas. Los miembros de su ejército son conocidos como los guerreros más disciplinados y valientes de la historia, ejemplo de perfecta organización en objetivos comunes por encima del egocentrismo. Eran la fuerza guerrera principal del estado de Esparta.
Los soldados espartanos se preparaban para la guerra con un intenso entrenamiento militar llegando a ser considerados como los más letales de la época. El estado se configuraba alrededor de sus guerreros. Cuando un niño sano cumplía siete años pasaba a ser entrenado militarmente, dejando a un lado a los más débiles e incluso abandonándolos.
En el apogeo de Esparta, estaba extendida la idea de que un soldado espartano valía igual que varios hombres de cualquier otra milicia conocida, y es que los soldados de Esparta escribieron la historia de su pueblo a base batallas y de muertes a sus espaldas.
Los guerreros estaban dispuestos a todo con tal de obtener la gloria de su pueblo y vencer en batalla porque sabían que sus dioses, mujeres, compañeros de tropa o generales los reconocerían como héroes al final de la guerra si ganaban o si morían peleando con bravura y disposición. En el campo de batalla iban con una sola idea en mente: matar, vencer y regresar a su pueblo para celebrar con su familia y amigos la conquista de otro territorio, la caída del imperio rival o regocijarse ante los esclavos tomados.
Los Berserker
Los Berserker (o berserks) fueron un tipo de guerreros de los pueblos nórdicos con características muy especiales. Despertaron la admiración entre propios y extraños de la cultura vikinga, sin embargo, estos guerreros inspiraron un profundo terror en su época.
Un posible origen etimológico de «berserker» se derivaría de berr («desnudo») y serkr (prenda de vestir similar a una camisa). Otra teoría afirma que deriva del germánico berr («oso»), ya que solían usar pieles de animales como osos y lobos. Con su aspecto animal, pues iban vestidos hasta con las cabezas de estos animales, y su actitud desenfrenada no es raro que se les consideraba una verdadera amenaza.
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Estos guerreros se destacaban por su agresividad y se les distinguía por ir semidesnudos y vestidos con pieles de animales. Además de su actitud en combate eufórica casi descontrolada, se dice que estos parecían insensibles al dolor, que mordían sus escudos en el frenesí de su estado alterado y que se enfrentaban al peligro sin ningún reparo. Esta agresividad inusual de los berserker se le atribuye al consumo del hongo Amanita muscaria, la cual contiene una droga psicoactiva que puede producir efectos alucinógenos. Se dice que el uso de los hongos y otras plantas antecede a la época vikinga, lo cual es muy factible que los berserker los utilizaran con estos propósitos.
Los berserker profesaban una gran devoción por el dios nórdico Odín, su dios supremo y del que creían eran elegidos para ser guerreros de esta clase. Los berserker son mencionados en diversas sagas nórdicas importantes como en la saga de Egil Skallagrímson y la Hrólfs saga kraka.
Posteriormente, el jarl Eirik Hákonarson, también conocido como Eric de Noruega, declaró a los berserker fuera de la ley en el año de 1015. En Islandia se hizo lo mismo en el código Grágás, y para el siglo XII los berserker ya habían desaparecido.
Catafracto – Europa (siglo VII)
El catafracto era una unidad de caballería pesada en la que tanto el jinete como el caballo estaban blindados con armadura. Si bien es cierto que su poder de choque era determinante y su invulnerabilidad casi total, sus principales defectos notorios era que tanto el jinete como el caballo se cansaban pronto, se movían más lentamente que otras caballerías y no aptos para una lucha prolongada en el desierto. Sin embargo, poseían una capacidad de maniobra mucho mayor que las desorganizadas caballerías pesadas occidentales, que sólo tenían dos movimientos: la carga frontal y la de tomada (rebasando la línea enemiga). Los catafractos, que cargaban en formación más ordenada, efectuaban ataques envolventes, por el flanco, cargas frontales e incluso hostigamiento, ya que en ciertos periodos se les dotó de armas ligeras como arcos y dardos.
Entre los pueblos que utilizaron catafractos a lo largo de su historia fueron: Imperio aqueménida, Imperio parto, sármatas, armenios, Imperio seléucida, Reino de Pérgamo, Imperio sasánida, Imperio romano, Imperio bizantino.
Tras su uso regular por parte de los persas, los catafractos fueron adoptados como tropas de élite romanas, siendo el origen de la caballería pesada en la Europa Occidental que continuó con el mismo modelo en el Imperio bizantino, pero con estribos añadidos, lo que convirtió a los catafractos bizantinos en una fuerza de choque casi invencible. Constituyeron uno de los factores determinantes para la reconquista de Justiniano de gran parte del Imperio Occidental.
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Las obras de arte heredadas del periodo bizantino permiten conocer los detalles de los últimos catafractos. Llevaban una armadura con escamas en el torso, cota de malla cubriendo completamente la cara, bandas de metal o cuero duro en los antebrazos, un escudo pequeño y un casco. Los caballos también solían estar protegidos por una cota de escamas.
Las armas ofensivas consistían en una lanza y una maza. Es fácil imaginar que pesar de la protección que les proporcionaba esta armadura, el peso dificultaba los desplazamientos de un grupo de infantería cerrado. Sin embargo, su fuerza no estaba solamente en el impacto de la carga, sino que era prácticamente la única caballería de la historia que podía mantener combate cerrado con la infantería durante un tiempo prolongado.
Tras la derrota en la batalla de Manzikert en el año 1071, a manos de la rápida caballería ligera de los turcos selyúcidas, los catafractos prácticamente desaparecieron de la historia.
Jenízaros – Imperio otomano
La sola mención de su nombre provocaba el pavor entre sus enemigos. Fueron la unidad de élite del Imperio Otomano y forman parte de la leyenda militar de cualquier época.
El cuerpo fue creado en 1330 por el rey otomano Orhan I. Este monarca necesitaba una fuerza permanente y de gran calidad en el campo de batalla para proteger su incipiente imperio, que le diera la seguridad que no le daban los jefes tribales por su lealtad dudosa si el enemigo les ofrecía mayores recompensas y también propensos a cuestionar su poder.
La inspiración que podría haberle llegado a Orhan de los Mamelucos era una tropa conformada por turcos (entre otros pueblos) esclavos al servicio primero de Persia, y luego de Egipto a partir del siglo IX. La premisa era tomar esclavos o prisioneros de guerra que no pertenecieran al pueblo que los formaba militarmente, y crear un cuerpo guerrero permanente y altamente capacitado, lo que vendrían a ser las actuales tropas de élite.
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La mayoría de los integrantes de los jenízaros eran cristianos, bien fueran prisioneros de guerra, esclavos, o jóvenes de las regiones cristianas bajo dominio turco, especialmente en Europa. Pese a que los jenízaros venían de esclavos y prisioneros, como tropa se les recompensaba muy bien hasta el punto de que no pocos se enriquecían y enriquecían también a sus familias. Los mandatarios otomanos lograron dar prestigio al cuerpo y la selección era también estricta para poder entrar en el cuerpo de los jenízaros.
Otro atractivo para integrar el servicio en los jenízaros era una instrucción cultural esmerada, que los convertía no solamente en perfectas máquinas de luchar, si no también en personas que podían desenvolverse en cualquier entorno social como la diplomacia internacional. En una época en que la educación inaccesible para un esclavo, que a uno se la otorgaran y, encima, le pagaran, era algo de auténtico privilegio.
Sin embargo, pese a estos privilegios, los jenízaros continuaban sin ser hombres libres porque seguían siendo propiedad del sultán, y estaban sometidos a ciertas restricciones como la de movimiento o la de relacionarse libremente con el resto de la población turca. El mismo cuerpo de jenízaros era su familia, de tal forma que cuando fallecían, sus bienes pasaban al cuerpo.
Los jenízaros tuvieron una importante participación en batallas como la toma de Constantinopla, sitiar Castelnuovo y Viena en dos oportunidades, o la de Lepanto, y aunque los turcos sufrieron derrotas, fueron artífices de la expansión del Imperio por el norte de África, el este de Europa, la Península Arábiga, y Oriente Medio.
El poder de los jenízaros aumentaba conforme el Imperio se expandía y se iba haciendo más fuerte, pero hacia el siglo XVI empezó un lento declive que los llevaría a su desaparición.
La decadencia se originó, como ha sido habitual en las élites guerreras que se implican en el poder político, por su corrupción y laxitud, relajando la férrea disciplina y la vida austera que los había llevado a cierto nivel de poder.
En determinado momento los jenízaros se dieron cuenta de que podían entronizar y derrocar sultanes. Eran conscientes de que su gran poder, formación y agresividad en combate, hacían casi imposible para cualquiera organizar una resistencia contra ellos. De esta manera aumentaron sus exigencias al sultán de turno y, a la vez, a venderse al mejor postor al trono a cambio de prebendas, riquezas, títulos y privilegios. También protagonizaron varias protestas, las cuáles los gobernantes sólo podían calmar aceptando sus peticiones.
Como consecuencia de quienes empiezan a acumular riqueza y privilegios, lo último que desean es arriesgar sus vidas en un campo de batalla, así que los jenízaros empezaron a dejar su estricta disciplina militar y de su entrenamiento. Su ferocidad y eficacia fue decayendo, al mismo tiempo que el Imperio Otomano empezaba también a decaer.
En 1622, Osman II había intentado disolver el cuerpo de jenízaros, pero terminó cayendo prisionero y asesinado. En 1826, el sultán Mahmud II vio la oportunidad de disolver el cuerpo y así lo hizo. Una vez asegurado su poder, Mahmud II comunicó que quería reorganizar el ejército al modo europeo. Ante el previsible amotinamiento de los jenízaros, Mahmud se había preparado en secreto, y en el momento en que esta guardia avanzó sobre el palacio de Topkapi, los cañones dispararon contra sus cuarteles desbandando al cuerpo en medio de una lucha en las calles de Constantinopla.
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La que había iniciado como una prestigiosa casta guerrera, acabó sus días como una élite política corrupta, lo que, no obstante, no les quita su puesto entre los grandes cuerpos armados de la historia.
Los Samuráis
Aunque no existe certeza del origen exacto de la palabra samurai, la mayoría de los historiadores concuerdan que el nombre proviene del verbo japonés saburau que significa “servir a alguien”. Los primeros samuráis aparecieron en el siglo IX y eran originalmente personas que protegían a los miembros de alto rango de la corte imperial. Cuando el poder de la aristocracia se debilitó y la sociedad comenzó a ser dominada por guerreros, la gente que luchó y que dirigió las batallas fue llamada samurái. Durante el Sengoku-jidai o período de los Reinos combatientes que duró hasta el establecimiento del Shogunato de Edo en 1603, cualquiera podía convertirse en samurái a través de su servicio en los campos de batalla, sin importar su abolengo. Sin embargo, durante este período se creó un rígido sistema social, clasificando a la gente en campesinos, comerciantes, etc. Bajo este sistema, los samuráis eran considerados de la clase alta y gobernaban Japón.
Con el inicio del período Edo, ya no era necesario que los samuráis lucharan en los campos de batalla, pero su filosofía, conocida hoy en día como Bushido, fue transmitida de generación en generación. Las normas fueron interpretadas de manera diferente por cada persona, pero la filosofía era “dedicar tu vida a realizar tus propias acciones y cumplir tus responsabilidades”, “servir a tu señor, hasta el extremo de sacrificar tu vida”, y “estar preparado a dar tu propia vida en caso de fracaso”. Éste último acto incluía el acto de seppuku, en el cual el samurái se cortaba el abdomen y literalmente quitarse la vida por un fracaso grave.
Un samurái era un guerrero que dominaba los combates de todo tipo, aunque el uso de las espadas (en especial la katana) era su especialidad. Las katanas solían medir unos 60 centímetros y tener solo un único y afiladísimo filo. Para un samurái, la katana era como su alma. Pero no era la única arma que utilizaban: también estaban el tanto (cuchillo), la wakizashi (una espada más corta que la katana), el bokken (sable de madera) y el daikyu (arco), entre otras.
Tan importante o más que la espada era la armadura. Todas las batallas comenzaban con un ritual para colocarse la armadura, la cual consistía en varias piezas: el kabuto (casco que protegía la cabeza), el menpo (mascara que tapaba el rostro) y la armadura en sí que, cuanto más importante y rico era el samurái, más detalles y peso llevaba.
Además de las artes del combate, los samuráis eran personas cultas que dominaban artes como la escritura y la caligrafía, la música, la meditación y hasta ceremonias tradicionales como la del té o del ikebana (arreglos florales). Gracias a todos estos conocimientos, una vez acabado el periodo del shogunato, la mayoría de los samuráis lograron ocupar altos cargos administrativos
Con la Restauración Meiji en 1868 la era del samurái acabó. La antigua clasificación de estatus social fue prohibida y reemplazada por un sistema de solo nobles y plebeyos. Mientras que algunos de los samurái ascendieron al estatus de noble, la mayoría tenía que ganarse la vida. Aunque habían perdido su estatus de samurai, conservaron sus principios de lealtad y valores tradicionales.
La Guardia Pretoriana
En la antigua república romana, la Guardia Pretoriana era la guardia personal de un comandante y después, en el periodo imperial, una fuerza de élite asignada para proteger al emperador y a Roma. Con los años, la guardia se convertiría en una peligrosa amenaza y los emperadores se vieron obligados mantener las buenas relaciones para asegurar su reinado. En los siglos I y II muchos emperadores fueron asesinados con la participación de la Guardia Pretoriana, e incluso uno de ellos, Macrino, fue declarado emperador. El cuerpo que fue creado específicamente para proteger a la persona del emperador se había convertido en su mayor riesgo.
En el periodo republicano, los pretorianos fueron una pequeña escolta que protegía a un comandante del ejército, general o gobernador. Esta pequeña fuerza creció en número durante las guerras civiles de Roma donde cada líder tenía una gran guardia personal. Augusto, el primer emperador de Roma, fue más allá y creó una guardia permanente de nueve cohortes con un total de al menos 4,500 hombres para protegerse a sí mismo y a la familia real, la Guardia Pretoriana. Esto se sumaba al pequeño grupo de guardaespaldas (mayormente germánicos) que él y varios de sus sucesores emplearon.
Augusto nombró a dos prefectos (praefectus praetorio) para comandar la Guardia Pretoriana. Curiosamente, eran los únicos hombres autorizados en llevar una espada en la presencia del emperador. Con el tiempo, estos prefectos se convirtieron en miembros del consejo asesor del emperador e incluso adquirieron algunas funciones judiciales, financieras y logísticas del ejército.
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Durante el reinado de Tiberio, el sucesor de Augusto, la Guardia fue ampliada a 12 cohortes. Vitelio la expandió nuevamente al incorporar parte de su ejército del Rin, de modo que la Guardia ahora tenía dieciséis cohortes de mil hombres. Las unidades de 100 hombres fueron comandadas por un centurión, el mayor de los cuales era el trecenarius.
Los miembros de la Guardia recibieron privilegios decretados en un diploma firmado por el emperador. El salario de la Guardia triplicaba al otorgado a legionarios ordinarios. Su recompensa más elevada fue otorgada cuando Augusto le dejó a cada miembro 1,000 sestercios en su testamento comparado con los 300 que recibió un legionario. Los pretorianos también se distinguían por su armadura más fina y escudos ovalados, a diferencia del escudo rectangular de otras legiones. Tenían su propio estandarte cuando estaban en batalla, probablemente un águila y una corona. Al servir por un periodo más corto, los guardias pretorianos eran capaces de ascender a mandos militares más altos a una edad más temprana, una vez que fueran licenciados. También les fueron otorgados otros privilegios por varios emperadores, como inmunidad fiscal.
El poder de la Guardia Pretoriana obligó al emperador Septimio Severo a reemplazar a los miembros más importantes con legionarios leales de sus ejércitos del Danubio. Aun así, la Guardia Pretoriana no dejó de ser un poderoso instrumento de poder. Macrino, un praefectus praetorio, organizó el asesinato de Caracalla y fue declarado emperador por sus propios hombres. Finalmente, Constantino I disolvió la Guardia Pretoriana después de que respaldaran a su rival, Majencio. Los Prefectos del Pretorio sobrevivirían, sin embargo, ya que se habían convertido en importantes administradores de varias regiones dominadas por el Imperio Romano, continuarían desempeñando sus funciones durante el periodo bizantino.
Guerrero Azteca Águila
El continente americano no fue ajeno a esta relación de guerreros históricos. Los guerreros Águilas fueron una clase especial de guerreros en la milicia mexica, los cuales junto a los guerreros Jaguar componían primordialmente las élites guerreras del antiguo Imperio azteca. Fueron los únicos dentro de la sociedad que no estaban restringidos por derechos de nobleza, los cuales aún los más comunes como los macehuales (la clase más baja dentro de la sociedad azteca), podían ser admitidos.
Los guerreros no solo debían tener las capacidades para enfrentarse en batalla con las mejores habilidades por su exclusivo y riguroso entrenamiento, sino que también tenían que ser capaces de atender cualquier situación de urgencia que se presentara en el pueblo.
Durante las campañas militares, los guerreros eran enviados al combate y debían ser capaces de apresar a doce enemigos con vida en dos campañas, es decir, debían capturar a seis en cada una.
La táctica característica del guerrero águila consistía en una incursión rápida y estratégica a los asentamientos o campamentos enemigos, en grupos separados, de los cuales se desprendía un contingente de fuerzas especiales. Según se peleara se podía obtener diferentes recompensas como algún título de nobleza, estos guerreros vivían cerca del Templo Mayor, donde tenían su cuartel y habitaciones especiales, era en este lugar y en el recinto principal del Templo Mayor donde recibían su entrenamiento. Los prisioneros que capturaran eran sacrificados a los dioses.
La pérdida de un guerrero era considerada como una tragedia para todo el pueblo y se ponía en marcha todo un proceso funerario para honrar su memoria. Las viudas de estos guerreros se soltaban los cabellos y bailaban al ritmo de los tambores. Los huérfanos llevaban unas cajas llenas de joyas y tapones para los oídos de sus padres fallecidos. El cuerpo del guerrero era llevado al interior del santuario para ser cremado y después, sus cenizas se colocaban en la sala principal custodiadas por figuras simbólicas, joyas y objetos de oro.
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La ferocidad de los guerreros aztecas se puso de manifiesto en uno de los episodios más significativos en la historia de la Conquista española en México, cuando Hernán Cortés y sus tropas sufrieron su más grande derrota en manos de los mexicas el 30 de Junio de 1520. Este episodio fue conocido como La Noche Triste.
Los Caballeros Templarios
Los caballeros templarios, pertenecientes a la Orden del Temple, fueron una de la órdenes militares cristianas más poderosas de la Edad Media. Eran monjes guerreros que defendían a los cristianos que peregrinaban a Jerusalén, Tierra Santa, tras su conquista en la Primera Cruzada en 1099. La orden se creó entre 1118 y 1119 al ofrecer Hugo de Payns y otros nueve caballeros sus servicios al rey Balduino II de Jerusalén para defender a los soldados que regresaban de las batallas en Oriente.
Los Templarios no sólo son guerreros, sino que además son monjes, hacen votos de pobreza, obediencia y castidad. Esta orden era un ejército de lo más eficaz. Con una disciplina férrea y magníficamente equipado, tenían una fuerza arrolladora a pesar de su desventaja numérica. Los templarios aplastan a los musulmanes en el asedio de Ascalón en 1153, la batalla de Montgisar en 1177 y la de Arsuf en 1.191.
Los templarios luchan siguiendo normas estrictas. Tienen prohibido la retirada a menos que se les ordene y solo si se encuentran en inferioridad numérica de más de 3 a 1. Se sabía que nunca formaban filas, nunca desertaban. La cruz roja de los templarios representa la gloria del martirio de la muerte en combate.
Pronto se labraron una reputación de hombres honestos y valerosos, y comenzaron a recibir donaciones de la nobleza, que a su vez utilizaban para reforzar la seguridad de los peregrinos que emprendían la arriesgada empresa de viajar hasta Jerusalén. Ellos nunca tuvieron ambiciones económicas, ánimo de lucrarse, sino que se debían exclusivamente a los devotos de Dios.
Esta fiabilidad a la hora de manejar el dinero -crearon libros de cuentas y pagarés, por ejemplo- les acarreó una fama de gestores intachables, y más nobles y reyes de la época vieron en los templarios la salvaguarda ideal para sus abultadas riquezas. Pero la buena fama también se propagó por las clases más bajas y los peregrinos que se planteaban qué hacer con su capital mientras se embarcaba en el largo trayecto hasta Tierra Santa.
Y ahí fue cuando nació una de las primeras manifestaciones de la banca moderna: el viajero podía dejar su dinero en una de las encomiendas templarias que había en Francia (un pequeño inmueble territorial dirigido por un preceptor) para no verse obligado a cargarlo durante todo el recorrido y ser blanco fácil para los ladrones. Una vez entregado el depósito, los peregrinos recibían una letra de cambio que podían enseñar en otras delegaciones de la Orden que se encontraran a lo largo del recorrido y recuperar así su dinero.
Era una especie de cuenta corriente que le permitía a una persona disponer de su dinero más o menos de forma inmediata, con las limitaciones que Edad Media conllevaba, y ahorrarse el riesgo de ir cargado con fondos de más. También aprovecharon los reyes este sistema para hacer transferencias entre Francia e Inglaterra, y para enviar recursos a las tropas destinadas en Jerusalén.
Los caballeros templarios, sin embargo, desaparecieron abruptamente en 1312 por orden del papa Clemente V. Uno de los factores fue el retiro de apoyo por la pérdida de Jerusalén; y, por otro lado, fueron víctimas de acusaciones de herejía. Finalmente, su poder económico les valió poderosos enemigos, como Felipe IV de Francia, fuertemente endeudado con la orden.
Pueden encontrar más detalles e incluso el armamento utilizado por los mejores guerreros de la antigüedad, en el siguiente vídeo:
Bibliografía
Sitios web:
- De espartanos a caballeros águila: 8 guerreros de élite de la Antigüedad
https://culturacolectiva.com/historia/guerreros-de-la-antiguedad-de-espartanos-a-caballeros-aguila - Los mejores guerreros de toda la historia
https://www.muyhistoria.es/contemporanea/fotos/los-mejores-guerreros-de-toda-la-historia-261598873860/4 - Los 10 guerreros más letales de la historia
http://mty360.net/cultura/los-10-guerreros-mas-letales-la-historia/ - Los guerreros más letales de la historia
https://okdiario.com/historia/guerreros-mas-letales-historia-6337188 - ¿Cuáles son los mejores guerreros de la historia?
https://www.sport.es/es/noticias/preguntas/son-mejores-guerreros-historia-11708127 - Los 10 guerreros antiguos más letales de la historia de la humanidad
https://www.elciudadano.com/tendencias/los-10-guerreros-antiguos-mas-letales-de-la-historia-de-la-humanidad/06/07/ - Berserkers, los guerreros más temidos de la historia
https://lawebdelacultura.com/tiempo-libre/historia/berserkers-los-guerreros-mas-temidos-de-la-historia/ - Los 300 espartanos y otros guerreros de élite temidos en la historia
https://www.muyinteresante.com.mx/historia/los-300-espartanos-y-otros-guerreros-de-elite-temidos-en-la-historia/ - Los berserker, los guerreros vikingos más letales de todos
https://hipertextual.com/2017/04/berserkers-guerreros-vikingos - ¿Cuán letales eran las catafractas a diferencia de la caballería pesada?
https://es.quora.com/Cu%C3%A1n-letales-eran-las-catafractas-a-diferencia-de-la-caballer%C3%ADa-pesada - ¿Quiénes eran los samuráis?
https://web-japan.org/kidsweb/explore/spanish/spain/history/q9.html
Artículo escrito por Pedro Noguchi, colaborador de CodigoOculto.com
En esta lista de guerreros letales, ¿no podrían entrar los almogávares también? Pregunto…
https: //caminandoporlahistoria.com/el-origen-de-los-almogavares/