La reciente presentación de la NASA sobre el objeto interestelar 3I/ATLAS generó más preguntas que certezas, y puso en evidencia la distancia entre las interpretaciones institucionales y las inquietudes científicas que rodean a uno de los visitantes más enigmáticos que han atravesado el sistema solar. El análisis realizado por Avi Loeb subraya que, aunque la agencia reafirmó la clasificación del objeto como un cometa natural, varios aspectos permanecen sin explicación clara y merecen una exploración más profunda.
La presentación de la NASA y sus límites
La rueda de prensa ofrecida el 19 de noviembre confirmó lo que se anticipaba: la NASA presentó a 3I/ATLAS como un cuerpo cometario convencional, sostuvo que su comportamiento coincide con lo observado en otros cometas y explicó que la demora en procesar los datos se debió a cuestiones administrativas. Sin embargo, esta postura, según plantea Loeb, deja fuera elementos relevantes para comprender la verdadera naturaleza del objeto. La imagen compartida por la cámara HiRISE, obtenida el 3 de octubre a unos 30 millones de kilómetros, mostró un punto extendido debido al movimiento de la nave y a la baja resolución, lo que limita su capacidad para clarificar las anomalías asociadas a este visitante interestelar.
Loeb escribió en su blog:
“Una hora antes, un periodista me preguntó qué esperaba de la conferencia de prensa y le respondí: ‘No espero grandes noticias. La NASA repetirá el mantra oficial de que 3I/ATLAS es un cometa natural y que no pudieron procesar los datos hasta esta semana debido al cierre del gobierno. Ambos son mensajes aburridos. La imagen de HiRISE probablemente mostrará una bola de luz borrosa, como la imagen del Hubble aquí. Pero espero que me sorprendan’.
Loeb agregó:
“No me sorprendió. No hubo grandes noticias. La NASA repitió el mantra oficial de que 3I/ATLAS es un cometa natural y que no pudieron procesar los datos hasta hace poco debido al cierre del gobierno”.

Exposición de 3.2 segundos de 3I/ATLAS realizada por la cámara HiRISE a bordo del Mars Reconnaissance Orbiter con una resolución espacial de 30 kilómetros por píxel. Debido a las vibraciones y al movimiento de la nave espacial durante el periodo de observación, la luz de 3I/ATLAS se ve difuminada por varios píxeles. Las direcciones del Sol y el movimiento de 3I/ATLAS se indican con flechas. Crédito de imagen: NASA / JPL-Caltech / University of Arizona
Los principales enigmas de 3I/ATLAS
Entre los puntos que Loeb considera inexplicados se encuentra la enorme masa del objeto, que sería un millón de veces mayor que la de 1I/’Oumuamua y unas mil veces superior a la de 2I/Borisov. Esta diferencia extrema plantea interrogantes sobre los procesos que pudieron formar un cuerpo tan grande y expulsarlo más allá de su sistema de origen. También destaca la sorprendente alineación de su trayectoria con el plano de los planetas del sistema solar, un evento cuya probabilidad estima como extremadamente baja, y que convertiría su detección en un golpe de suerte difícil de justificar bajo un escenario completamente natural.
Loeb pone especial atención en las imágenes captadas por astrónomos aficionados durante las semanas previas al perihelio del 29 de octubre. En ellas se aprecian chorros de material muy colimados que se extienden hacia y en contra del Sol, alcanzando longitudes que podrían aproximarse al millón de kilómetros. Estas estructuras resultan más llamativas que la imagen presentada por la NASA, y refuerzan la necesidad de estudiar sus mecanismos de formación.
Lo que se espera de las nuevas observaciones
En las próximas semanas, telescopios de mayor capacidad, junto con observaciones del Hubble y del James Webb, permitirán analizar la composición y el comportamiento de los chorros. Loeb considera que estos datos serán esenciales para determinar si provienen de la sublimación de hielos o si revelan procesos más inusuales. El acercamiento más próximo a la Tierra, previsto para el 19 de diciembre, ofrecerá una oportunidad clave para obtener mediciones más precisas y completar el rompecabezas.

El objeto interestelar 3I/ATLAS, señalado con un círculo en el centro, visto por la cámara pancromática (o en blanco y negro) L’LORRI a bordo de la nave espacial Lucy de la NASA. Esta imagen se creó apilando una serie de tomas realizadas el 16 de septiembre de 2025, mientras el objeto se dirigía velozmente hacia Marte. Crédito de imagen: NASA /Goddard / SwRI / JHU-APL.
Un llamado a ampliar la búsqueda
Loeb también recomienda que la NASA verifique si existen otros objetos asociados a 3I/ATLAS, ya sea acompañándolo o habiendo partido de sus proximidades. Considera que esta investigación podría realizarse mediante sondas o satélites en operación, así como por proyectos que estudian fenómenos inusuales en el entorno espacial cercano. La posibilidad de hallar fragmentos o cuerpos relacionados ampliaría la comprensión de su origen y de los procesos que lo moldearon.
Ojo al piojo
Loeb finaliza invitando a mantener una actitud de apertura ante lo inesperado. En un terreno donde las teorías suelen adelantarse a los hechos, recuerda la importancia de permitir que los datos guíen las interpretaciones y no al revés. La historia de 3I/ATLAS aún se está desarrollando, y podría aportar elementos decisivos para ampliar nuestra comprensión del espacio interestelar y sus visitantes más desconcertantes.
Pueden ver más sobre la presentación de NASA en este ENLACE.
Referencias: “There is Nothing More Deceptive than an Obvious Fact: NASA’s Press Conference on 3I/ATLAS”, Avi Loeb, Medium. (Fuente)
¿Te gustó este contenido? Te invito a compartirlo con tus amigos. Síguenos en nuestra Página de Facebook, para recibir a diario nuestras noticias. También puedes unirte a nuestro Grupo Oficial y a nuestra comunidad en Telegram. Y si crees que hacemos un buen trabajo, considera apoyarnos.
Por: CodigoOculto.com










0 comentarios