General de la USAF habría enviado a su hijo a Roswell en 1947 para labores de espionaje
Publicado el 13 Abr 2022
© Imagen: Anthony Bragalia / X Files

¿Es posible que un alto mando de la USAF en Washington emplazara a su propio hijo en la base de Roswell en 1947 para espiar y controlar todo lo que ocurría allí después del famoso accidente OVNI? ¿Existió una campaña para silenciar lo encontrado en el desierto de Nuevo México? Eso al menos es lo que asegura el investigador Anthony Bragalia en un reciente reporte que CODIGO OCULTO va a analizar en exclusiva.

El investigador Anthony Bragalia acaba de publicar un interesante artículo donde pone de manifiesto un dato desconocido hasta la fecha y que podría sugerir que el alto mando del ejército del Aire en Washington estaba intentando controlar la situación en la zona de Roswell después del supuesto accidente de un OVNI en el desierto de Nuevo México. Bajo el título de “A ROSWELL SPY EXPOSED: GENERAL’S SON MONITORED UFO CRASH WITNESSES”, Bragalia cuenta los detalles de esta noticia:

“Un condecorado Comandante y General de la Fuerza Aérea del Ejército destinó personalmente a su propio hijo en la base de Roswell, después del accidente OVNI de 1947, para espiar al personal involucrado en el asunto”.

Pero no estamos hablando de un militar cualquiera.

Desde hace años existen serias sospechas sobre su verdadera implicación en la investigación de los extraños restos hallados en Roswell. En ese punto Bragalia lo tiene claro:

“El General, comandante en funciones del Comando Aéreo Estratégico en ese momento, Clements McMullen, estaba profundamente enredado en el encubrimiento del incidente de Roswell. Quería que una persona de máxima confianza escuchara y le informara personalmente de cualquier chisme o rumor que pudiera haberse escuchado sobre el accidente”.

Pero, ¿Quién es el general McMullen?

Bragalia explica en su reportaje quien era McMullen:

“Un nombre que no suele asociarse con el incidente Roswell es el del general Clements McMullen, que murió en 1959. Sin embargo, se le menciona en el libro del difunto Stanton Friedman ‘Crash at Corona‘. Friedman había entrevistado al general de brigada retirado Thomas Dubose, Jefe de Estado Mayor del Comandante de la Octava Fuerza Aérea, Roger Ramey. En una entrevista grabada en 1990, DuBose le dijo a Friedman que estaba en su oficina en la base de Fort Worth, TX, la tarde del 8 de julio de 1947 cuando recibió una llamada del General McMullen del Comando Aéreo Estratégico en DC. La llamada estaba destinada a Ramey, pero éste se encontraba en una exhibición aérea en Denton, Texas, cuando la recibió. DuBose, en cambio, atendió la llamada y McMullen le ordenó a DuBose que le dijera (no le pidiera) al general Ramey que enviara inmediatamente a Washington parte del material encontrado caído en el lugar del accidente del OVNI y que silenciara cualquier historia sobre la recuperación por parte del ejército de un platillo volante estrellado, inventando una tapadera que implicara un globo derribado para ‘quitarnos a la prensa de encima'”.

El general Clements McMullen aparece en el polémico UFO REPORT (1995) donde se pretendió explicar el caso Roswell como el resultado de un experimento secreto llamado Mogul

El general Clements McMullen aparece en el polémico UFO REPORT (1995) donde se pretendió explicar el caso Roswell como el resultado de un experimento secreto llamado Mogul. Cortesía: José Antonio Caravaca

Algunos investigadores han señalado que incluso, en tono amenazante le comentó a DuBose que este era un asunto de extremada importancia que superaba por completo sus competencias. DuBose dijo que McMullen fue particularmente firme en que no debía decir nada de esto a nadie.

¿Me entiendes?” gritó McMullen, a lo que DuBose respondió: “¡Sí, señor!“.

DuBose indicó que la orden era que se enviara una pequeña cantidad del material de los restos del accidente a Washington DC por “coronel mensajero”.

Más tarde, DuBose informó de que vio una pequeña cantidad del material envuelta en plástico y atada a la muñeca de un coronel, Alvin Clarke, preparándose para salir en avión».

Jesse Peak de MUFON decía que el general Ramey:

“Fue contactado por el Mayor General Clements McMullen, Comandante Adjunto del Comando Aéreo Estratégico para preguntarle si DuBose había oído hablar del objeto que había sido recuperado en las afueras de Roswell. Inmediatamente después de ver lo que la prensa local publicó en Roswell, DuBose llamó al Coronel William Blanchard, el Comandante del Campo Aéreo del Ejército de Roswell y le ordenó que le enviara el material del accidente en un contenedor sellado a Fort Worth. Después de que el avión de Roswell llegara con todo el material, DuBose ordenó al Comandante de la Base, el Coronel Al Clark que tomara el material y lo transportara personalmente en un Bombardero bimotor B-26 al Mayor General McMullen, quien le informó de la situación. El mayor general McMullen estaba en Washington DC, donde le dijo a DuBose que enviaría el material por correo personal en su avión a Benjamin Chidlaw, al comandante general del Comando de Material Aéreo en Wright Field. Hoy todos conocemos Wright Field como la base de la Fuerza Aérea Wright Patterson. Todos los que transportaron el material prestaron juramento de secreto y toda la operación se llevó a cabo bajo el más estricto secreto”.

El General McMullen siempre ha levantado suspicacias entre los investigadores sobre su verdadera implicación en el incidente de Roswell

El General McMullen siempre ha levantado suspicacias entre los investigadores sobre su verdadera implicación en el incidente de Roswell. Cortesía: Anthony Bragalia

Esta información es corroborada en el informe oficial “The Roswell Report” publicado en 1995 aunque se aseguraba que no había nada de interés en dicho maletín que se le envió a Washington.

Pero es que McMullen, tal y como señala Bragalia, participó en las tareas de desinformación del caso Roswell:

“En una grabación de vídeo casera extremadamente rara del general DuBose hablando sobre McMullen, nos enteramos de que fue McMullen quien ordenó el encubrimiento utilizando la versión de un globo meteorológico.  DuBose decía sobre McMullen que: ‘Era un maldito entrometido. Quería saber quién orinaba fuera del tiesto’. DuBose dijo que McMullen le advirtió que el evento [en el que estaban involucrados] era ‘más que Top Secret'”.

Pero posiblemente el dato más importante y revelador sobre McMullen estaba oculto hasta la fecha.

LECTURA RECOMENDADA: ¿Investigó Albert Einstein el platillo volante recuperado en Roswell en 1947?

Un hallazgo inesperado

Bragalia se hace eco del descubrimiento que puede revelar las maniobras ocultas del general en la trama del OVNI de Roswell:

“John Schlund es un escritor e historiador militar con muchos años de trayectoria, cuyos libros incluyen títulos como ‘Into the Blue’, y sitios web como ‘usafflagranks.com’. En una sección dedicada a la biografía del general Clements McMullen, Schlund, que no tenía ningún interés previo en el tema de los OVNIS, realizó un descubrimiento sorprendente. Al parecer Schlund, que tuvo acceso a la información de traslados, señala que: ‘Mientras estaba en Andrews Field con su padre, él (Frank) se enteró de su próxima asignación… el Ala de Bombarderos 509, ubicada en Roswell, Nuevo México. Su fecha de traslado efectivo debió ser el 2 de diciembre de 1947’. Continúa: ‘No hay órdenes oficiales que pasen por el protocolo o los canales militares regulares que lo asignen al 509º Ala de Bombardero. Que yo sepa, fue asignado al lugar por su padre'”.

McMullen y Ramey fabricaron la versión del globo sonda para esconder la verdad

McMullen y Ramey fabricaron la versión del globo sonda para esconder la verdad. Cortesía: José Antonio Caravaca

Bragalia está convencido que el interés de McMullen está relacionado directamente con los misteriosos y nunca esclarecidos acontecimientos ocurridos en el Rancho Foster en julio de 1947 y donde estuvieron implicados los militares de la base de Roswell:

“Schlund afirma que, al mantener todo en familia, el hijo de McMullen, Frank, sería un oído en la base que informaría a su padre de las conversaciones que se pudieran estar generando sobre el accidente entre el personal de la base. Los registros encontrados indican una estrecha relación entre el comandante de la base de Roswell, William Blanchard, y Frank McMullen. Frank permaneció en la base aproximadamente un año”.

En su publicación Schlund asegura desde la objetividad que:

“Se ha informado que el General McMullen, actuando como Comandante Adjunto del Comando Aéreo Estratégico, dio órdenes directas de crear una historia de encubrimiento para el incidente y por lo tanto crear lo que se ha conocido como el encubrimiento gubernamental del accidente OVNI de Roswell. Esta biografía no probará ni refutará las acusaciones históricas de ocultación de los ovnis. Si el Gobierno de los Estados Unidos clasificó la información, estoy seguro de que el general McMullen, como oficial profesional de la Fuerza Aérea, respondió de manera adecuada para controlar y contener la situación”.

Por tanto, para un experto como Schlund la probabilidad de que todo se debería a una maniobra premeditada del general McMullen con algún interés encubierto no puede descartarse del todo.

Demasiada casualidad para ser cierta

El hijo del General McMullen fue trasladado desde Japón hasta Roswell por su propio padre para supuestamente controlar la información que circulaba en la base.

El hijo del General McMullen fue trasladado desde Japón hasta Roswell por su propio padre para supuestamente controlar la información que circulaba en la base. Cortesía: Anthony Bragalia

Por su parte Bragalia sospecha abiertamente que McMullen seleccionó personalmente a su hijo Frank McMullen, que tenía el rango de capitán, para que actuara como un auténtico espía bajo sus órdenes:

“El General, bien entrenado en materia de inteligencia, buscaba a alguien que llevara a cabo labores de vigilancia, tomara nota de aquellos que pudieran haber hablado ‘más de la cuenta’, y quizás incluso podría haber actuado para desinformar o amedrentar a los testigos”.

Para el investigador este destino no podía ser fruto de la mera casualidad:

“De todas las bases a las que podría haber sido asignado el hijo del General, ¿cuál es la probabilidad de que fuera destinado a la misma base en la que su propio padre estaba participando en las tareas de respuesta tras el accidente? ¿Por qué el general McMullen, actuando completamente por su cuenta, reasignó a su hijo a la base de Roswell de forma tan repentina?”.

Pero hay más. Incluso este traslado parece que se saltó por completo las normas establecidas en la USAF. Bragalia lo cuenta:

“Una revisión de los registros militares demuestra que el oficial había retirado urgentemente a su hijo de su destino en Japón y lo trasladó a Roswell. ¿Cómo fue que, violando el protocolo, reubicó él solo a su hijo Frank McMullen en el centro de interés, el lugar que se estaba ocupaba de las consecuencias inmediatas tras la caída de un OVNI?”.

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Tampoco podemos olvidar que uno de los militares que tuvo un gran protagonismo en el año 1947 y que se encargó de dinamitar cualquier posibilidad de misterio en el famoso accidente de Roswell fue el general Roger Ramey. Curiosamente no era la primera vez que Ramey se enfrentaba a una cuestión relacionada con los OVNIs (aunque este fenómeno apenas llevaba unas semanas en los titulares de prensa). El militar estuvo informado puntualmente del avistamiento de Kenneth Arnold (24/06/1947), y fue de los primeros en restar importancia a este crucial suceso. Junto a su jefe de inteligencia el coronel Alfred Kalberer formaron un tándem demoledor para ofrecer respuestas convencionales a los avistamientos de platillos volantes desde su fulgurante aparición en las noticias. Por ejemplo, sobre las observaciones de Lubbock, Ramey dijo a los periodistas que la gente era presa de una “oleada de calor”.

El general Ramey es uno de los protagonistas que se llevó la verdad a la tumba

El general Ramey es uno de los protagonistas que se llevó la verdad a la tumba. Cortesía: Anthony Bragalia

El 15 de julio de 1947, ante la presión de la prensa por conocer más información sobre estos extraños fenómenos, el militar afirmó que:

“No tenemos armas en forma de Disco Volador. No existe nada de verdad en las especulaciones que dicen que la Fuerza Aérea está probando nuevas armas secretas”.

Estas nuevas informaciones reabren de nuevo el eterno debate sobre si las autoridades norteamericanas han contado toda la verdad sobre lo ocurrido en Roswell en 1947. Pese al tiempo transcurrido y las toneladas de informaciones publicadas sobre este suceso, las dudas e interrogantes siguen sin el aire, por lo que el misterio de Roswell permanecerá latente hasta que todas preguntas encuentren respuestas…

Anexo:

Coronel William Blanchard

Coronel William Blanchard. Cortesía: Anthony Bragalia

Mientras se encontraba en plena fase de recopilación de información y testimonios para su libro “UFOs and Nukes” (2008), el investigador Robert Hastings entrevistó en 1998 a Chester Lytle, ingeniero del Proyecto Manhattan, que trabajó para el Departamento de Defensa estadounidense y la CIA. Lytle había sido protagonista de un interesante avistamiento OVNI producido sobre la base de Kirtland (Albuquerque) en la década de los 50 mientras que un arma nuclear estaba siendo cargada en un B-29. Pero la verdadera sorpresa para Hastings ocurrió casi al final de la entrevista, al conocer que Lytle tenía interesantes datos inéditos sobre Roswell. El ufólogo escuchó atónito el relato del ingeniero. Al parecer, Lytle había vivido una curiosa “anécdota” junto al Coronel William Blanchard (que estuvo al mando de la base de Roswell en la época del famoso incidente) que disparó su curiosidad sobre este extraño evento. Todo ocurrió a mediados de febrero de 1953, cuando el ingeniero estaba visitando la base de Eielson, cerca de Fairbanks (Alaska), en compañía del general Blanchard. Al parecer Lytle buscaba urgentemente un avión para reunirse con su esposa en Chicago que estaba punto de dar a luz. Entonces el general le indicó que podían volar en un avión de la Fuerza Aérea que se dirigía a Illinois, y aterrizar en una de las bases cercanas a Chicago. Lytle aceptó la amable oferta. Durante el viaje charlaron sobre varios asuntos y de alguna manera, surgió el tema de los OVNIs.

En esos momentos Blanchard le dijo a Lytle que una nave extraterrestre se estrelló cerca de Roswell. Asombrado por esta revelación inesperada, Hastings preguntó directamente a Lytle:

¿Realmente Blanchard le dijo que el objeto de Roswell era una nave extraterrestre?“. Lytle respondió: “¡Oh, absolutamente!“.

Según Hastings, Blanchard le confesó al ingeniero que los militares recuperaron 4 cuerpos en el desierto. Pero la curiosidad de Lytle no se detuvo ahí. Según cuenta Hastings en su libro, el ingeniero pudo contactar con un experto de alto nivel de seguridad de la USAF que conocía más datos, no divulgados hasta la fecha, sobre el destino de los misteriosos cuerpos. Algunos de los extraterrestres habían sido enviados, en primeras instancias a la Base de Muroc Army Air Field (ahora Base Edwards de la USAF) en el sur de California, aunque tiempo después todos los cuerpos terminaron en la Base de Wright Field (ahora Wright-Patterson AFB), en Dayton, Ohio. Lytle aseguró que también estaba al tanto de algunas “filtraciones sobre las autopsias de los cuerpos, y de las personas que habían participado en ellas y los habían visto.”

Los cuerpos fueron almacenados en el Hangar Nº 5, de acuerdo al informador del ingeniero. A pesar de que Chester Lytle tenía acreditación de alta seguridad para acceder al almacenamiento de las armas atómicas, nunca le fue permitido entrar a ciertas instalaciones de la base de Wright-Patterson donde supuestamente estaban custodiados los cadáveres alienígenas.

No hay dudas que el testimonio de Lytle es muy interesante debido, precisamente, a sus acreditaciones de alto secreto. Hastings confía en la veracidad de su relato y recuerda, entre otras cosas, que el ingeniero, de reputación intachable, diseñó y fabricó el primer disparador de implosión de la bomba atómica que fue probada en Alamogordo, en el 1945. Incluso exmilitares, que no tenían ningún conocimiento previo sobre el supuesto OVNI estrellado en Roswell, como Chester P. Barton, coinciden en unos hechos incuestionables.

El teniente Barton que fue entrevistado en 1995 por el investigador Joe Stefula, aseguró que en 1947, mientras estaba destinado en la base de Roswell, recuerda que vio en el desierto una zona quemada con restos metálicos que pensó se trataba de un accidente aéreo de un B-29. Le dijeron que no se acercara, ya que toda el área estaba contaminada de radiactividad. Barton no le dio mayor importancia a aquel acontecimiento.

Un artículo escrito por José Antonio Caravaca.

Las imágenes FRANK Y MCMULLEN y parte del texto pertenecen a Anthony Bragalia y son reproducidos con autorización expresa del propio autor.

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José Antonio Caravaca

José Antonio Caravaca

Autor

José Antonio Caravaca está considerado como uno de los ufólogos más destacados del panorama actual. Pertenece a la última hornada de investigadores y escritores centrados en el mundo de las paraciencias surgidos a principios de la década de los noventa en España. Viajero y lector empedernido ha publicado más de 1.000 artículos de investigación sobre OVNIS, criptozoología, arqueología y otras cuestiones relacionadas con lo heterodoxo. Es colaborador de las revistas especializadas: "ENIGMAS", "AÑO CERO", "MAS ALLA" y "EL OJO CRITICO", además de otros medios de comunicación internacionales. En 2015 sus reveladoras pesquisas sobre las denominadas "Diapositivas de Roswell" tuvieron una amplia repercusión mundial. Pero por si algo es conocido Caravaca es por ser el autor de la célebre "Teoría de la Distorsión", la última gran aportación al pensamiento OVNI que ha establecido un amplio debate en la comunidad ufológica. Sus artículos sobre la Distorsión han sido traducidos a varios idiomas como el inglés, portugués, francés, italiano, polaco o japonés. Es autor de: "LA ULTIMA PROFECIA DE JULIO VERNE" (Espejo de Tinta. 2007) prologado por el periodista y escritor J.J. Benítez. "EXPEDIENTE ROSWELL: EL INFORME DEFINITIVO" (Editorial Oblicuas.2016) prologado por el conocido novelista e investigador Javier Sierra. "OVNIS: LAS OPERACIONES SECRETAS DE LA CIA" (Editorial Oblicuas.2017). "OVNIS: LAS 50 MEJORES EVIDENCIAS" (Editorial Cydonia. 2017). ENCUENTROS CERCANOS CON OVNIS ¿UNA ARQUITECTURA PSIQUICA DESCONOCIDA? INTRODUCCION A LA TEORIA DE LA DISTORSION (Editorial Guante Blanco.2018) DISTORSION: OVNIS, APARICIONES MARIANAS, BIGFOOTS, HADAS, FANTASMAS Y EXTRAÑAS CRIATURAS ¿UNA TEORIA EXPLICATIVA? (Editorial Guante Blanco.2019). ICA: LA INCREIBLE HISTORIA DE UN PASADO QUE NUNCA EXISTIO (Editorial Guante Blanco.2020) En 2013 participó en una obra conjunta con varios investigadores y periodistas españoles bajo el título: "Hay otros mundos" (Editorial Cydonia). José Antonio Cavaraca es colaborador permanente en CodigoOculto.com desde septiembre de 2021. También puedes seguirlo en su sitio web: http://caravaca.blogspot.com/

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