Durante el año 1993 en una cueva de Altamura, ubicada al sur de Italia, se descubrió un objeto bastante extraño. Dentro de la cueva de Lamalunga se encontró un esqueleto fosilizado completo de un ser humano, incrustado dentro de una roca. Se sabe que el “Hombre de Altamura“, era un neadertal que cayó allí y posteriormente falleció, quedando fosilizado e incrustado en la cueva. El hallazgo fue realizado por los científicos más de cien mil años después del trágico accidente.
Además, los restos estaban cubiertos de “cave popcorn” (“palomitas de la cueva”), pequeñas marcas en forma de manchas por todos los huesos. El aspecto de “palomitas de maíz” podía explicarse fácilmente. Cuando la calcita se disuelve en el agua de lluvia, puede acumularse en la superficie del suelo de la cueva o en lo que haya allí, en este caso un cráneo.
Lee-Gray Boze, científico físico del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) explicó a How Stuff Works:
“Las palomitas de las cuevas suelen aparecer en zonas húmedas donde el agua puede fluir por la superficie.
Muchos de los sistemas de cuevas más largos tienden a ser más secos, con algunas excepciones notables, y estas zonas secas suelen estar menos decoradas. Sin embargo, en las zonas húmedas, las palomitas de la cueva son una característica común, lo que suele indicar un ambiente húmedo y el flujo de aire.
Otros ambientes comunes pueden incluir el goteo de agua, en el que los goteos pueden causar la formación de palomitas de maíz en un radio alrededor de los sitios de goteo.”
Investigadores descubrieron cómo ocurrió el horrible final del “Hombre de Altamura”
Las palomitas, además de tener un aspecto delicioso, ayudaron a un equipo a descubrir la causa probable de la muerte del hombre.
Los investigadores escribieron:
“Los restos de fauna encontrados en algunas de las galerías suelen ser elementos óseos aislados acumulados en zonas deprimidas de la cueva, lo que sugiere que fueron transportados y dispersados por el agua. Este no fue el caso del esqueleto humano, dado que está ampliamente representado y concentrado en una pequeña zona. Por lo tanto, podemos plantear la hipótesis de que, tras la muerte y la descomposición del cuerpo, el esqueleto se desplomó donde se ha encontrado”.
El equipo cree que el hombre probablemente había caído en un sumidero y se había quedado atascado. Allí probablemente murió de hambre o deshidratado, antes de ser cubierto de “palomitas” y descubierto por los científicos más de cien mil años después. Al hombre de Altamura aún le quedaban algunas sorpresas.
El cuerpo del desafortunado hombre de Altamura tal como fue encontrado. Crédito de imagen: Riga et al, PLOS ONE 2020 (CC BY 4.0)
El esqueleto se dejó donde estaba, ya que removerlo probablemente le habría causado daños irreparables, y se dejó que los científicos estudiaran el cuerpo mediante observaciones in situ y fotografías de otros. Cuando se tomó una muestra del esqueleto -un fragmento del omóplato- para analizarla, pudieron determinar que no se trataba de un Homo sapiens, como otros habían teorizado, sino de un neandertal que había encontrado la muerte hace entre 128.000 y 187.000 años.
En 2020, otro equipo analizó los dientes del hombre y descubrió que estaban desgastados, lo que sugiere que era un adulto -aunque no un anciano- en el momento de su desafortunada muerte. También descubrieron que uno de sus dientes probablemente se perdió unas semanas antes de su muerte “ya que los otros dientes de la arcada maxilar derecha tuvieron tiempo suficiente para reorganizar su posición a lo largo de la fila de dientes”. El diente, añaden, “debió perderse unas semanas antes de la muerte, ya que la reabsorción alveolar se encuentra aún en una fase incipiente”.
En definitiva, no fueron unas semanas estupendas para el desventurado individuo.
Pueden encontrar mayores detalles en un estudio científico publicado en la revista PLOS One.
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