Siempre se ha dicho que la naturaleza nunca dejará de sorprendernos; En el estado de Quintana Roo de la Península de Yucatán, específicamente en el cenote El Zapote, se produce un extraño fenómeno que crea unas misteriosas estalactitas conocidas como «Las Campanas del Inframundo».
Su nombre es un claro homenaje a la canción «Hell Bells» de la banda de hard Rock AC/DC, sin embargo, tiene su razón de ser. Las misteriosas formaciones tienen exactamente forma de campana y se producen a 50 metros de profundidad.
Están ubicadas a medio camino del descenso a una caverna con forma de reloj de arena, haciendo todo el entorno mucho más impactante. La zona donde se forma es de unos 6 metros de ancho dentro de la cueva, cubriéndola por completo.
Como era de esperarse, este extraño fenómeno ha provocado que cientos de personas se reúnan año tras año solo para poder admirar las famosas Campanas del Inframundo.
Las misteriosas campanas del Inframundo
Suelen tomar formas circulares y elípticas, aunque el anillo no termina de completarse. En su mayoría, queda un espacio abierto entre un cuarto y un tercio de la «pared» de la campana, lo que muchos sugieren, también les da forma de herradura. Dicha sección siempre queda orientada hacia las paredes de la cueva.
Estas misteriosas creaciones naturales son conocidas como espeleotemas, o formaciones de cuevas y pueden crecer mucho, llegando incluso a superar los 2 metros de altura y el metro de ancho. De hecho, sus paredes alcanzan hasta los 3 centímetros de grosor.
Los expertos explican que el crecimiento de las formaciones como las Campanas del Inframundo se debe a los depósitos de carbonatos. Estos se producen cuando la evaporación o el dióxido de carbono escapa del agua y generan la saturación de la calcita, la cual se precipita, creando los depósitos.
También se tiene conocimiento de que los depósitos de carbonatos subacuáticos se generan a través de procesos biológicos y físico-químicos. Por lo que es posible que las campanas parezcan ser de este tipo de formaciones subacuáticas.
Esto se debe a las escasas pruebas de exposición al aire que tienen, y los niveles de agua de la cueva parecen haber superado siempre las profundidades a las que se desarrollaron.
Condiciones únicas para su creación
Otro suceso que ayuda a la formación de las Campanas del inframundo es que las cuevas de Yucatán están inundados de agua salada del mar, la cual se filtra desde el fondo. A su vez, recibe agua dulce subterránea que proviene de las precipitaciones que se acumulan en la parte superior.
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El agua de mar y el agua dulce no se unen y permanecen separadas por una capa mezclada conocida como haloclina.
Las formaciones se crean justo en el margen entre la haloclina y la capa de agua dulce superior. Los investigadores también descubrieron que el contenido de oxígeno que existe en la capa de la haloclina es prácticamente inexistente, mientras que la capa de agua dulce sí posee.
Uno de los más grandes investigadores de este suceso es el profesor Wolfgang Stinnesbeck, del Instituto de Geociencias de la Universidad de Heidelberg, Alemania. Junto a su equipo exploró la cueva en forma de reloj de arena y publicó un artículo sobre las Campanas del Inframundo.
Según él, el crecimiento de las estructuras está regulado por las condiciones físicas y biogeoquímicas específicas que existen por encima y en la haloclina.
Cabe resaltar que la antigüedad de estas formaciones ronda los 5.000 años y su proceso y formación continua hasta nuestros días.
El mundo submarino es fantástico y nos demuestra que con las condiciones necesarias, puede suceder cualquier cosa. Una de las pruebas de que la naturaleza siempre supera la ficción y nos regala obras cuasi mágicas como las Campanas del Inframundo.
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