Uno de los dioses más conocidos por los sumerios es Ninurta, también llamado Ningirsu o Nimrod, según algunos. Estaba encargado de proteger la ciudad de Girsu, parte de la región de Lagash. Ninurta fue el resultado de la mezcla de dos dioses diferentes, el dios de la agricultura y el dios de la guerra. Ahora bien, ¿qué hazañas realizó esta figura para lograr tanto reconocimiento? Veamos algunas.
Genealogía y origen de Ninurta
Se dice que era el hijo de Enlil y Ninlil y que su esposa fue Nin Karrak. El culto y adoración a este dios se remonta a una de las regiones más antiguas de la Tierra: Sumeria. En Lagash una de las ciudades más relevantes, se encuentra una inscripción donde se puede leer «El señor de Girsu».
En el ámbito agrícola, Ninurta era conocido como el dios del trueno y las tormentas, en el tiempo primaveral. Asimismo, fue considerado como el dios de las inundaciones y el arado en otros momentos del año. Por otra parte, su figura es reconocida gracias a la heroica hazaña de recuperar la tablilla de los destinos de las manos del ave Anzú.
Hazañas y características
(Wikimedia Commons)
Ninurta se convirtió en la inspiración de numerosos poetas de la región sumeria gracias a su intrépida y valiente actitud. En este sentido, las hazañas realizadas en contra de los poblados de las montañas del este y oeste forjaron su particular personalidad y determinación.
Es por eso que la imagen que lo representa muestra a este dios sosteniendo un arco de oro con una lanza mágica conocida como Sharur. Según cuenta la leyenda, esta lanza tenía la capacidad de hablar y transformarse en un león con alas. Sin embargo, hay más detalles que caracterizan la imagen de este dios.
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En las alabanzas que se dedicaban en su honor se hacía referencia a él como dios granjero y benefactor de los enfermos. Además, también se le veneraba por ahuyentar a los demonios, haciendo honor a su posición como el hijo de Enlil, dios del aire y los vientos. Gracias a esto, pudo ganarse el respeto y admiración por parte de los demás dioses.
La leyenda de Anzú
Una vez que Anzú roba la tablilla de los destinos, la asamblea de dioses se reunió para deliberar quién sería el responsable de recuperarla. Finalmente, se decidió que fuera Ninurta el que enfrentaría a esta enorme criatura divina. De modo que, de inmediato comenzó con la búsqueda de su nuevo adversario.
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Como hemos visto, Ninurta tenía una actitud imponente y desafiante. Así que, según cuenta la leyenda, al conseguirse con Anzú comenzó a lanzarle flechas, pero debido a que este último tenía en su poder la tablilla de los destinos, las flechas no le causaban daño alguno. Es por eso que Ninurta tuvo que optar por un arma más potente, ¿Cuál fue?
Este dios decide lanzar el «til-dum» o rayo relámpago en forma de lanza y clamar al viento del sur, logrando quitarle las alas a Anzú, haciendolo vulnerable ante las flechas. Una vez derribado, Ninurta le corta la garganta a Anzú y devuelve las Tablillas del Destino a Enlil su padre, quien debía tenerlas bajo su control.
Ninurta y su papel en el imperio Neoasirio
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La fama y gloria de este dios se consiguió después de muchos años cuando los grandes reyes del imperio asirio lo honraron invocando su nombre en la batalla. Cuando resultaban ganadores, atribuían a Ninurta sus victorias y el éxito de su reinado. Tigleth Pileser y Adad Nirari II le mostraron loable honor a este dios.
Aun así, el verdadero reconocimiento vino de parte del rey Ashurnasirpal II al construir la ciudad de Kalhu con el inmenso templo de Ninurta. En el templo, se puede ver cómo este rey mandó decorar las paredes con relieves que hacían referencia a las victorias del dios.
Una de las figuras mesopotámicas más famosas encontradas en el templo, es la de Ninurta junto a Anzú el ave. Este relieve ha sido utilizado a lo largo de los años en portadas de revistas o libros que hablan sobre el Cercano Oriente. Sin duda, el templo dedicado a Ninurta fue conocido mucho más allá de los límites de su región.
Artículo escrito por: Luisa Lugo, redactora de CodigoOculto.com
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