Corre 1798 cuando un joven caudillo francés llamado Napoleón Bonaparte decide embarcarse en una misión que va a cambiar su vida, la conquista de Egipto.

Aunque aquel episodio, que la historia refiere como una estrategia del nativo de Córcega para disputar al rival británico su poderío, se erige por lo bajo una necesidad encubierta, cuyos secretos aún siguen sin revelarse.

Y es que la llegada de Bonaparte al Egipto no solo va a transformar al impetuoso militar marcando su posterior destino, sino el mundo mismo será presa de ese mismo fervor. Presentado el tema, invito al lector me acompañe en la búsqueda de pistas que ayuden a entender este pasaje oculto involucrando al gran Napoleón Bonaparte.

Ajusten sus cinturones, se avecina un viaje movido.

Napoleón Bonaparte y un destino marcado

“¿Qué ha hecho, pues, este pequeño teniente para despreciar así a los hombres? ¿Y qué quiere significar diciendo que todos los hombres son «la claridad de la Luna» y que sólo él es «la del Sol»? No lo sabemos, pero mejor que nadie quizá lo supiera aquel viejo granadero que, con veinte grados de frío, caminaba al lado del Emperador, en el Beresina: «¿Tienes frío?» «¿Yo, mi Emperador? No. ¡Cuando os veo, me dais calor!”. Dmitri Merezhkovski. Vida de Napoleón, 1930.

Quién iba a cambiar la faz de Francia, Napoleone di Buonaparte, vino al mundo un 15 de Agosto de 1769, nacido en Córcega, una antigua isla de la república de Génova, Italia, posesión adquirida luego por Francia. Hijo de Carlo Buonaparte, jurista y noble francés vinculado a la corte de Luis XV, su madre fue María Letizia Ramolino, descrita como matriarca adelantada a su tiempo, y que además de Napoleón diera a luz siete hijos más.

Un primer misterio aparece marcando la vida del futuro emperador, y como veremos de vital importancia para nuestro retrato. Ocurre que en 1769, siete días antes de su nacimiento, un gran cometa fue avistado en toda Europa, de una brillantez inusitada, descubierto por el sabio francés Charles Messier. Aquella aparición se interpretó como un guiño significativo.

Pero el destino de Napoleón parecía remontarse a mucho tiempo atrás, sino nos atenemos al gran profeta Nostradamus, que trescientos años antes legara en una de sus cuartetas el siguiente pasaje:

“Un emperador nacerá cerca de Italia. Que será vendido muy caro al imperio. Dirán con qué gente se alía. Que les parecerá menos príncipe que carnicero”.

Napoleón Bonaparte tenía 29 años cuando concurrió a Egipto, guiador por una fuerza misteriosa.

Algunos especulan especulan que tras estas líneas alusivas, no solo emerge el nombre de Napoleón, sino su figura es interpretada como uno de los tres anticristos presagiados por Nostradamus. Lo cierto es los primeros años del joven Napoleón, están marcados por una personalidad solitaria, desconfiando de sus semejantes, al punto de ser descrito como huraño, y hasta taciturno. Napoleón rehuía del estudio formal aunque resaltaba su pasión por las matemáticas, así como gran lector de los clásicos griegos, y grecorromanos. En 1784 con tan solo quince años, Napoleón es aceptado en la prestigiosa École Royale Militaire de París. A partir de allí inicia un ascenso imparable, convertido en un militar destacado, que luego sería celebrado como un gran estratega de guerra.

Es el inicio de su leyenda. Innumerables batallas van marcando su ruta, teñida como una personalidad brillante, cuya mente parece estar siempre un paso delante al de sus oponentes. Se empieza hablar de él como un maestro del espionaje, y señor de la guerra. Nacido para estar en el campo militar, nada avizora cambios, y sin embargo en 1798, cumplidos 29 años, Napoleón se apresta a enfrentar un momento crucial en su vida, Veamos.

Napoleón en Egipto. Secretos de una iniciación silenciada

¿Pero que motivó a Napoleón a embarcase en ese proyecto? Sin duda alguna el prestigio y la fama que le redundaría y que evidentemente ayudaban a sus ambiciones de poder. Era claro que no quería que la popularidad por los éxitos de la campaña de Italia bajase.  Pero también había una especie de renacimiento del exotismo oriental que se popularizó con obras como El viaje a Egipto y Siria de Constantine Volney, publicada en 1794, y que en su momento fue la mejor fuente de consulta sobre Egipto”. Óscar Hugo Montagno Ortega. Napoleón en Egipto un exitoso fracaso, 2018.

Se dice Napoleón fue un iniciado en los misterios antiguos, siendo anunciado su nacimiento por el paso de un brillante cometa. Cortesía: abc.es

Aunque para la mayoría de los historiadores la campaña de Napoleón en Egipto significó un nuevo paso en sus ansias de conquistas imperiales, existe una historia oculta, sobre la real motivación que tuviera Napoleón para embarcarse en ese viaje tan especial. Al parecer su devoción por Egipto, datan de sus días como joven teniente, que según atesoran algunos cuadernos de su pluma personal, Napoleón aparece entregado a este misterio, obsesionado con la Gran Pirámide, así como del gran Alejandro Magno.

Así lo narra Emil Ludwig en Napoleón, su libro de 1928, donde escribe:

“Frente a Egipto, situado entre dos mares, en realidad entre Oriente y Occidente, Alejandro Magno concibió el plan de trasladar allí la sede de su imperio y hacer de Egipto el punto central del comercio del mundo. Aquel conquistador ilustrado comprendió que el único medio de reunir todas sus conquistas en un Estado, Egipto se lo brindaba uniendo África y Asia a Europa.

Estas palabras, las ha leído tan a menudo que, treinta años más tarde, las recordará todavía”.

En la novela de 1863 El Hombre Rojo de las Tullerías, publicado por Paul Christian (seudónimo de Jean-Baptiste Pitois), bibliotecario, y astrólogo, así como antiguo discípulo del conocido ocultista Eliphas Levi, se menciona un curioso encuentro entre Napoleón y un monje benedictino, experto cabalista llamado Don Bonaventura Guyon, presentado como ex prior de Lagny, que se convierte en el astrólogo secreto de Napoleón.

Dibujo de Dominique Vivant Denon, uno de los sabios que acompañara a Napoleón en su aventura por tierras egipcias. Cortesía: blog4ever.com

Un pasaje introductorio de El Hombre Rojo de las Tullerías, ahonda aún más en los saberes que supieron acompañar a Napoleón:

“Estas llaves de los antiguos santuarios de Caldea (…) fueron entregadas a Napoleón I en su juventud, y fue por no haberse armado con ellas por lo que, como un moderno Prometeo, se convirtió en presa de las mismas fuerzas a las que ya había vencido”.

Curiosamente en la misma novela se menciona una cámara subterránea donde estarían ocultas 22 cartas del tarot grabadas en oro, y que Paul Christian popularizaría a partir de entonces como los Arcanos (secretos ocultos de tintes mágicos). Considerando estos informes no resulta extraño la elección de Egipto por parte de Napoleón, presa de un llamado irrechazable. Su arribo a la tierra de las pirámides se produce un 1 de Julio de 1798, y no lo hace solo, que además de su ejército tiene reclutado a los mayores sabios de su tiempo.

LECTURA RECOMENDADA: La Biblioteca de Asurbanipal. “Archivo de Otro Mundo”

Según relata el estudioso francés Jean Michel Angebert en Los Místicos del Sol, 1976:

“Rodeado de sabios que ha hecho embarcar con sus tropas en dirección a la patria de los faraones, anima debates en los cuales los mismos temas se repiten sin cesar: la posibilidad de la existencia de habitantes en los otros planetas, el problema de la creación del mundo… A Monge y a Laplace que se empeñan en explicarle que todo en la Naturaleza ha sido creado de forma razonable, Bonaparte les replica, mostrando las estrellas: «Por mucho que digáis, señores, ¿quién ha hecho todo eso?”.

Bellísimo talismán que perteneciera a Napoleón, exhibiendo una esfinge como motivo, protagonista de una puja millonaria. Cortesía: prnewswire.com

El Egipto que va a recibir a Napoleón está lejos del esplendor de antaño, desbastado tras diferentes incursiones enemigas. Las tribus mamelucas que por entonces rigen el país, y son aliados de los británicos, deciden iniciar una ofensiva en contra del ejército francés, pero Napoleón logra aplastar la revuelta.

Conseguida esta victoria, un Napoleón reconfortado da rienda suelta a sus verdaderos intereses, nada menos que radiografiar Egipto y sus misterios, dando inicio este estudio en la gran pirámide de Giza, aunque no sin dificultad. La estructura se encuentra habitada por miles de murciélago que vuelven el trabajo de los sabios un verdadero infierno, sin embargo, nada detiene el importante estudio. Un nombre comienza a destacar dentro del importante grupo de científicos, se trata del joven Edme–François Jomard, descrito como un entusiasta de la arqueología, cartografía, e ingeniería, que va a llevar a cabo una serie de mediciones en la Cámara del Rey, cuyos resultados harán saltar las alarmas de su tiempo.

Así lo narra el escritor Peter Tompkins en Secretos de la Gran Pirámide, 1987:

“Jornard estuvo siempre convencido de que los constructores de la Pirámide poseían los conocimientos astronómicos prácticos que se necesitaban para medir un grado geográfico, y en consecuencia la verdadera circunferencia de la Tierra, y de que habían desarrollado una ciencia geográfica y geodésica avanzada, que inmortalizaron en la geometría de la Gran Pirámide”.

Estatua de Ramsés II actualmente propiedad del Museo Egipcio de Turín, que parece guardar gran semejanza física con Napoleón, quién se consideraba su reencarnación. (Public domain)

Allí en Egipto habría nacido la verdadera geometría, donde sabios como Diodoro, Solón, Platón y Pitágoras, algunos de los grandes sabios griegos fueron a estudiar. Las afirmaciones de Jornard no fueron bien recibidas por sus pares, que no podían aceptar la imponente estructura piramidal funcionara como medida geodésica planetaria ¿Egipto por delante de Grecia en materia geométrica? Imposible clamaban los franceses, comenzando una de las primeras discusiones que desde entonces dividiría a los egiptólogos. Poco después tuvo lugar un descubrimiento sorprendente, sucedido cuando el militar Louis Charles Antoine Desaix incursionando en las arenas egipcias, sacó a luz el maravilloso Templo de Hathor, en cuyo techo fuera localizado el Zodíaco de Dendera, extraordinario calendario astronómico. Y nuevamente la incomodidad. Sin embargo, el descubrimiento crucial fue realizado en 1799 por el capitán Pierre–François Bouchard tras el hallazgo de la Piedra Rosetta. Comenzaba una nueva era.

Sus ambiciones de dominación en cuanto a poder, mellaron en Napoleón su camino de iniciado, truncando la realización de la Gran Obra Alquímica, del cuál era legitimo heredero. Cortesía: factoriahistorica / wordpress

Pero una aventura mayor estaba por reclamar al gran corso.

Napoleón y la Gran Pirámide. Historia de un destino anunciado

“En Egipto me siento libre y, para detenerme en mis empresas, sólo estaría yo. El freno de las civilizaciones asfixia en Europa los impulsos de la Naturaleza. No los aguantaré más. Sueño con una religión que crearé. Los viejos dogmas han de ser destruidos, las virtudes vueltas a inventar, las bases de los conocimientos humanos recobradas y vueltas a forjar. Las tierras de donde salieron los hombres no han dicho su última palabra. La India y el Tíbet han de ser revisados Daré con sus secretos”. Saint-Georges De Bouhélier Napoleón, grandeurs et miséres, 1938.

Otras de las controversias que signaron los días de Napoleón en Egipto, tienen que ver con su paso con la Gran Pirámide, donde se dice pasara una noche en sus entrañas. Existen una gran división entre los estudiosos, con voces a favor y en contra sobre aquella experiencia. Pero examinemos el caso, a través de algunos testimonios.

En su obra de 1851 Souvenirs intimes du temps de l’Empire (Recuerdos íntimos de la época del Imperio), Emile Marco de Saint–Hilaire, aporta lo siguiente:

“El general jefe del Ejército de Egipto habría entrado efectivamente solo en las galerías del monumento, acompañado por un guía que le dijo que iba a mostrarle lo que Alejandro Magno había sido el último en contemplar. Habiendo jurado silencio, Bonaparte no contestó a la pregunta de Junot, su ayudante de campo, diciendo que había prometido no revelar nada de lo sucedido en el monumento”.

Según refiere Jean Michel Angebert en la obra ya citada, Los Místicos del Sol, una fuente aunque poco acreditada, encarnada en el diario oficial de la época, Le Moniteur, parece hacerse eco de esa misteriosa visita, artículo publicado en 1798.

“Hoy, 25 Termidor del año VI de la República francesa, una e indivisible, correspondiente al 28 de la Luna de Mucharem, año 1213 de la Hégira, el general jefe, acompañado por oficiales de su Estado Mayor, por varios miembros del Instituto Nacional, así como por un intérprete y un destacamento de tropa, se ha trasladado a la Gran Pirámide y ha sido introducido en ella por el imán Muhamed, encargado de enseñarle su construcción interior. A las nueve de la mañana ha llegado con su séquito a la cima de las montañas de Guizéh, al noroeste de Menfis. Después de haber examinado detenidamente las pirámides inferiores, se ha parado ante la pirámide de Cheops. El general jefe y su séquito, habiendo penetrado en el interior de la pirámide susodicha, han hallado en primer lugar un canal de cien pies de largo y tres pies de ancho, que les ha conducido, por una pendiente rápida, hacia el valle que sirve de tumba al faraón que erigió este monumento y un segundo canal, muy deteriorado y que sube hasta la cima de la pirámide les ha llevado sucesivamente a dos plataformas, y de aquí a una galería abovedada cuya longitud es de ciento dieciocho pies y que desemboca en el vestíbulo de la tumba principal». Esta última sala, a la cual el general jefe ha llegado por fin, es de bóveda plana y larga de treinta y dos pies por dieciséis de ancho y diecinueve de alto. Se ignora si los árabes expoliadores han penetrado alguna vez en este santuario de la pirámide cuya entrada parecía tapiada. Sin embargo, el general ha entrado en él, acompañado solamente por el intérprete y el imán que le había servido de conductor.

La Cámara del Rey dentro de la Gran Pirámide, representa el grado máximo de iniciación en cuanto a graduación de misterios. Imagen de Pinterest

Hay quién dice la primera versión de esta historia, sobre Napoleón pernoctando en la Gran Pirámide, data de una obra lanzada en 1822, The Napoleon Anecdotes, del escritor británico William Henry Ireland, aunque se duda de tal confirmación por los antecedentes fraudulentos de su autor. Pero más allá de las dudas, si realmente Napoleón pasó una noche en la Gran Pirámide ¿Qué pudo haberle ocurrido en su interior? Debemos entender Napoleón luego de su introducción en la Pirámide fue conducido a un lugar específico, llamada La Cámara del Rey. Allí en una sala vacía donde sólo se aloja un sarcófago perfecto de granito rojo, los ocultistas refieren el mismo como la gran Sala del Gran Oriente, o también Sala del Juicio, lugar donde se dice, según escribe Georges Barbarin en su obra El Secreto de la Pirámide, “la Muerte es vencida y sumergida por la Luz, y donde Dios vive siempre”.

El candidato sumergido en este misterio, una vez tendido dentro del sarcófago de piedra, le es practicada una muerte ritual, con el fin de liberar su espíritu, que ya sin ataduras es lanzado a la búsqueda eterna, centrado en la comunicación con la divinidad, ya sea celeste o subterránea, pudiendo ejercer también, funciones de curación. Una vez atravesadas las pruebas, el candidato triunfante se convertirá en Adepto. Espíritu renacido y despierto, consciente de los verdaderos misterios de la vida universal. Pero La Cámara del Rey es sólo el inicio de una verdad suprema, en cuyos pasillos piramidales se ocultan secretos aún más poderosos, como el del electromagnetismo y desintegración de la materia. Son principios de la piedra filosofal. Napoleón como buen iniciado, silenciará su experiencia, temiendo incomprensión. Poco antes de su salida de Egipto, en El Templo de Amón le será entregado un poderoso talismán, valioso objeto que lo acompañará durante su posterior gobierno en Francia. Tiempo después, cuando Napoleón se crea invencible y regale el talismán, abandonada la magia de Egipto, el místico del sol ya no volverá a brillar.

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Napoleón y Ramsés II. ¿Un vínculo de otro mundo?

En su libro de 1895 The Great Pyramid and Napoleón. A masonic study, el estudioso norteamericano Harry Ridgely Evans, revela un hecho no menos que curioso en su trabajo, asegurando Napoleón se creyó la reencarnación del Gran Ramsés II, el elegido de Ra, y uno de los faraones más importantes de Egipto. Para ratificar su informe, Evans cita un elemento perturbador, señalando la existencia de una estatua de Ramsés II exhibida en el Museo Egipcio de Turín, y que parece guardar asombrosa semejanza con Napoleón. Hasta Aquí.

Conclusión

Napoleón sigue dividiendo a los historiadores, donde su papel se ve opacado debido a sus ansias imperialistas. Y, sin embargo, los sucesos de Egipto parecen marcar un momento bisagra para la humanidad, que en la recuperación de ese saber perdido, inicia una nueva era en cuanto conocimiento pasado. Y todo gracias a la visión de Napoleón, verdeo renacido en los grandes misterios.

Bibliografía

Libros:

• Angerbert, Jean Michel. (1976). Los Místicos del Sol. Barcelona: Plaza & Janes.
• Barbarin, Georges. (1998). El Secreto de la Pirámide. Buenos Aires: Kier.
• Christian, P. (1987). El Hombre Rojo de las Tullerías. Barcelona: Obelisco.
• Emil, Ludwig. Napoleón. (1928). París: Payot.
• Evans, Harry. (1895). The Great Pyramid and Napoleón. A masonic study.
• Washington D.C.: Hartman & Cadick, P rinters.
• Merezhkovsky, Dmitry S. (1930). Vida de Napoleón. Madrid: Espasa Calpe.
• Saint–Hilaire, Emile Marco de. (1838). Souvenirs intimes du temps de l’Empire. Volume 1. París: Ambroise Dupont.
• Sierra, Javier. (2014). La Pirámide Inmortal. Barcelona: Planeta.
• Tompkins, Peter. (1971). Secretos de la Gran Pirámide: Buenos Aires: Procyón.

Sitios web:

• ABC Historia
  Cervera, César. Lo que Napoleón Bonaparte vio dentro de la Gran Pirámide de Egipto y le dejó aterrorizado.
  ‘https://www.abc.es/historia/abci-napoleon-bonaparte-dentro-gran-piramide-egipto-y-dejo-aterrorizado-201511110304_noticia.html
• Archivos de la Historia
  Montagno Ortega, Óscar Hugo. Napoleón en Egipto, un exitoso fracaso
  ‘https://archivoshistoria.com/napoleon-en-egipto-un-exitoso-fracaso/
• BL
  Mccombie Smith, Ionna. La misteriosa noche de Napoleón Bonaparte en la Cámara del Rey en Giza.
  ‘https://thebl.com/science/napoleon-bonapartes-mysterious-night-in-the-kings-chamber-at-giza.html
• Cometasentrerios
  Anunziato, Alberto. El Cometa de Napoleón.
  ‘http://cometasentrerios.blogspot.com/2016/12/el-cometa-de-napoleon-1769.html?m=0
• El Norte de Castilla
  Gómez, Alfredo. «Napoleón sufrió una transmutación y salió divinizado de la Gran Pirámide de Giza».
  ‘https://www.elnortedecastilla.es/culturas/libros/201410/01/napoleon-sufrio-transmutacion-salio-20141001201553.html
• Metirta Esoterismo
  El Tarot Astrológico de Paul Christian.
  ‘https://metirta.online/35-el-tarot-astrologico-de-paul-christian/
• Human Be Free
  La Experiencia Mística De Napoleón Bonaparte Dentro De La Gran Pirámide De Giza.
  ‘https://humansbefree.com/2021/05/napoleon-mystical-experience-great-pyramid-of-giza.html
• Javier Sierra
  ¿Fue Napoléon iniciado en la gran pirámide?
  ‘https://www.javiersierra.com/biografia/periodismo/mis-reportajes/napoleon-en-la-gran-piramide/
• La Puerta del Tarot
  Cristilof. Paul Christian y el Tarot Falconer
  ‘https://lapuertadeltarot.blogspot.com/2011/03/paul-christian-y-el-tarot-falconier.html
• La Razón
  Claramunt Soto, Álex. Napoleón y las pirámides de Egipto.
  ‘https://www.larazon.es/cultura/napoleon-y-las-piramides-de-egipto-MN24292259/
• Quora
  Bessolo, Gustavo. ¿Qué vio Napoleón dentro de la gran pirámide cuando pasó la noche en ella?
  ‘https://es.quora.com/Qu%C3%A9-vio-Napole%C3%B3n-dentro-de-la-gran-pir%C3%A1mide-cuando-pas%C3%B3-la-noche-en-ella
• Strange History
  Napoleón y la Gran Pirámide: Mito y Realidad.
  ‘http://www.strangehistory.net/2013/12/02/napoleon-and-the-great-pyramid/
• The Ultimate Frontier
  Valentín, Tom. El gran plan en la gran pirámide.
  ‘http://the-ultimate-frontier.org/history/Pyramid.htm

Un artículo escrito por Débora Goldstern, colaboradora de CodigoOculto.com

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