Los antiguos griegos llamaron al gélido norte “Arktikos” en honor a la Osa Mayor situada en el Polo Norte, pero los osos polares no viven aquí: es muy frío para ellos. La Antártida se traduce del griego como “lo contrario del Ártico”.

El 28 de enero de 1820, los participantes de la primera Expedición Antártica Soviética (1819-1821) en las balandras “Vostok” y “Mirny” bajo el mando de F.F. Bellingshausen y M.P. Lazarev descubrieron esta misteriosa Antártida, el sexto y último continente descubierto. A día de hoy, el territorio de la Antártida no pertenece a ningún país del mundo, y su superficie es de 13 millones 661 mil kilómetros (continentalmente unos 52 millones de km). En invierno, el territorio continental de la Antártida aumenta considerablemente de tamaño.

Curiosamente, la Antártida es el único continente sin husos horarios. No sólo es el lugar más frío de la Tierra, sino también el más seco. La cantidad media de precipitaciones anuales en la Antártida es de sólo 10 centímetros, a pesar de lo cual la Antártida contiene hasta el 70% de las reservas de toda el agua dulce del planeta.

El clima y la superficie de esta zona recuerdan tanto a las condiciones de Marte que la NASA probó aquí el programa espacial Viking. Aquí se encuentran los puntos de viento más fuertes y largos y la radiación solar más potente. La temperatura más baja del mundo, registrada oficialmente en la Antártida, es de 91.2 grados bajo cero. En verano – 30-50 grados bajo cero.

Aquí sólo crecen dos tipos de plantas, y de floración: la hierba capilar antártica y la perlita antártica. Crecen en las zonas más cálidas del continente, en las áreas de dos volcanes activos. Aparte de los pingüinos, no hay más fauna terrestre en la Antártida. El continente es un área protegida internacionalmente. Actualmente, no más de 4 mil personas viven en estaciones de investigación en la Antártida.

Pero más allá del interés científico por algunas cosas, parece que hay otras. Se han hecho muchas afirmaciones sobre el continente helado, generalmente con un enorme trasfondo conspirativo. Por un lado, por los trabajos “secretos” de los científicos allí, desde la época de Hitler. Por otro lado, según el mapa de la marina turca Piri Reis, una vez el lugar tenía vegetación y aparentemente algunas personas vivían allí. Por lo tanto, había una cultura. Por supuesto, no faltan los escenarios que sugieren que la Antártida es la base de una civilización extraterrestre que alguna vez estuvo oculta o sigue estándolo.

A partir de ahí, se “construye” un misterio constante con “escenarios” básicos y con demasiadas pistas que refuerzan regularmente ambos casos, pero sin ninguna evidencia tangible que pueda ser probada. Parecen escenarios de ciencia ficción que se usan como reales y confunden a la gente que está sedienta de aprender algo completamente diferente que la saque de su vida cotidiana.

Las afirmaciones y explicaciones formales de varias cosas que se dice que están sucediendo o están ahí, no existen, ni son refutadas. Como se puede ver, los escenarios “explotan” aún más. Este “indicio” viene a añadir otra piedrecita. La mayoría coincide en que la capa de hielo que cubre la Antártida ha comenzado a derretirse. Como esto ha comenzado y está sucediendo, este misterioso continente está revelando lentamente el desconocido pasado cubierto por su manto blanco.

Una enorme estructura emerge del hielo

¿Una antigua estructura artificial en la Antártida? Coordenadas: 69°53’42.0″S 38°42’22.0″E. Cortesía: Google Earth

Una enorme estructura oculta bajo el hielo ha comenzado a emerger y se está haciendo visible. Se encontró en Google Earth y se estima que tiene 300 metros de largo, 30 a 50 metros de ancho y paredes de 10 metros de alto. La palabra “muro” está mal empleada. Podríamos decir bancos, laterales, etc. Puedes verlo muy de cerca si pulsas sobre las coordenadas 69°53’42.0″S 38°42’22.0″E.  También puedes verlo aquí.

Los primeros en ver la misteriosa estructura fueron, por supuesto, los técnicos que trabajaban con las imágenes satelitales obtenidas. Ellos adaptaron las imágenes para dar el resultado final que ves en las coordenadas mencionadas. No estaba claro si lo que veían era artificial, es decir, si discernían un trozo de una antigua civilización que construyó esta estructura cuando la Antártida aún no era tierra helada. Tampoco estaba claro si formaba parte de una base extraterrestre, como muchos argumentarían. Por supuesto, lo más normal sería ver sólo una parte de la geomorfología natural de la Antártida. No les correspondía juzgar.

En un momento dado se envió allí una misión de exploración. Al llegar, el equipo llegó a la altura de 6 metros y vio formaciones que remitían directamente a “cajas” rectangulares uniformes como espacios separados de un complejo alargado de edificios cuyo techo se había derrumbado. A medida que descendían se hacían más reconocibles. Escaleras, rampas, pasillos irregulares, corredores, caminos.

Antártida. (Public domain)

Cuando la misión bajó, los hombres que entraron en este enorme y estrecho espacio se quedaron boquiabiertos con lo que vieron. Grandes habitaciones que se comunicaban entre sí a través de puertas de madera que se habían conservado. En casi todas partes había grandes ventanales que un día tendrían unas vistas impresionantes. En algunas de las habitaciones se encontraban comedores de piedra donde obviamente comerían los habitantes. Todo el complejo estaba construido con piedras ciclópeas poligonales para soportar fuertes terremotos.

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En su breve misión de exploración, los hombres no encontraron nada que revelara la identidad de la población que vivía allí, ni nada que pudiera explicarse como de origen extraterrestre. Lo que era evidente es que quienes vivían allí, abandonaron el lugar deliberadamente y sin prisa. No dejaron ningún rastro. Como si supieran que iba a ocurrir una catástrofe o por otros motivos.

La misión había terminado. El equipo regresó a la base e hizo su informe. Los superiores se pusieron en contacto con arqueólogos y otros expertos para enviar equipos más especializados. Mientras tanto, hasta que se hicieran todos estos procedimientos, que llevaban mucho tiempo, y se obtuviera un resultado, se les instruyó para que refutaran a cualquier investigador de sofá que localizara las coordenadas específicas de la estructura y luego se atreviera a decir que había descubierto una ciudad antigua a partir de una fotografía. Se les instruyó para que dijeran que se trataba de una paradoja, de un juego de sombras y luces, de formaciones geológicas naturales que engañan al ojo o de cualquier otra cosa que pudiera ser más convincente.

Pueden ver a continuación la extraña estructura en el mapa de la Antártida:

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