¿Existen realmente los vampiros? Historias insólitas desde la antigüedad hasta la actualidad
Publicado el 07 Abr 2020
© Imagen: Fernando T. / codigooculto.com

En la mayoría de las personas, la palabra vampiro evoca automáticamente a una criatura de aspecto humano y largos colmillos que se alimenta de la sangre de sus víctimas. Los relatos sobre estos seres datan de mucho tiempo atrás y han formado parte de la cultura del hombre hasta el día de hoy.

Según el folclore popular, un vampiro es una criatura que se alimenta de la esencia vital de otro ser vivo. En algunas culturas aborígenes presenta a deidad demoníaca, aunque en Europa, se trataría de una persona que retorna de la muerte alimentándose de la sangre de los humanos para mantenerse como un cadáver viviente.

¿Existen los vampiros?

Los vampiros existen desde los tiempos más antiguos que recuerda el hombre. Sobre el origen de estos seres hay dos teorías principales:

Primera teoría acerca de los vampiros:

La primera teoría señala a Lilith, Madre de los Demonios y primera mujer de Adán, como la vampira primigenia. Fue creada por Dios a la vez que Adán, pero resultó tener un alma demasiado perversa. Fue apodada «Monstruo de la Noche» porque sólo engendró más que espíritus del mal. Se dice que durante las orgías de sangre que realizaba noche tras noche, seducía a los hombres mientras dormían para incrementar su diabólica descendencia, conocida como súcubos.

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La Lilith de Notre Dame. Cortesía: ubuntudiosas.com

Segunda teoría acerca de los vampiros:

La segunda teoría se remonta cuando Caín mató a su hermano Abel y fue desterrado a las tierras de Nod, después de haber sido condenado a vagar llevando consigo una maldición. Temería al sol de por vida y sentiría una sed insaciable de sangre. Durante su exilio conoció a Lilith, que le enseñó a canalizar el poder de la sangre para aumentar su fuerza como vampiro. De ahí que los vampiros también sean conocidos como «cainitas».

El protagonismo de los vampiros alcanzó su máximo apogeo entre los siglos XV y XVI en Europa, especialmente en Rumanía y Hungría. Transilvania, en la región central de Rumanía, es conocida por ser la cuna de los vampiros y donde pasó gran parte de su vida el más famoso de todos ellos; el conde Vlad, uno de los más crueles de la historia.

Los Vampiros y las plagas

La concepción de los vampiros modernos está bastante bien definida. Seres con colmillos, que beben sangre humana y no se reflejan en espejos. Se dice que se les puede ahuyentar con ajo o matarlos con una estaca en el corazón.

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Cortesía: ngenespanol.com

Pero los vampiros en la antigüedad no surgieron con una definición tan clara. Algunos estudiosos sobre el tema opinan que la concepción moderna de estos personajes de Noche de Brujas fue producto de la evolución de diversas creencias arraigadas en toda Europa. Estas creencias partían del temor de que los muertos, una vez enterrados, podían regresar para hacer daño a los vivos.

Se cree que esas leyendas comúnmente se debían al desconocimiento sobre la descomposición del cadáver. Al contraerse la piel, los dientes y las uñas del cadáver parecen alargarse, y a la vez que los órganos internos se descomponen, un líquido oscuro puede drenar por la nariz y la boca. La gente que ignoraba este proceso interpretaría que ese líquido era sangre y supondría que el cadáver había estado bebiéndola de los vivos.

Pero los cadáveres no eran los únicos que estaban bajo sospecha. Antes de entender cómo se propagaban algunas enfermedades, la gente debió creer que los vampiros eran las fuerzas ocultas que devastaban lentamente sus comunidades. Según Mark Collins Jenkins, autor del libro Vampire Forensics, la única constante en la creencia de los vampiros ha sido su estrecha asociación con la enfermedad.  De modo que para tener algún control sobre las enfermedades se tenía que matar a los vampiros o evitar que se alimentaran. Por esa razón, el pánico por los vampiros coincidía con los brotes de alguna plaga.

Cortesía: amazon.es

A mediados del siglo XVIII, el papa Benedicto XIV declaró que los vampiros eran fantasías humanas, y la reina Habsburgo, María Teresa, condenó las creencias sobre vampiros como producto del fraude y la superstición.

Pese a los esfuerzos anti-vampíricos, la psicosis continuó. El mayor pánico de vampiros ocurrió en Nueva Inglaterra, Estados Unidos, a fines del siglo XIX, dos siglos después de los juicios de brujas en Salem.

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Papa Benedicto XIV. (Wikimedia Commons)

Era 1892 en Exeter, Rhode Island, una joven de 19 años llamada Mercy Brown murió de tuberculosis, enfermedad conocida en la época como tisis. Su madre y su hermana también fallecieron de la misma enfermedad, y Edwin, su hermano, estaba enfermo. Los vecinos temían que alguna de las mujeres fallecidas, pudiera dañar a Edwin desde la tumba.

Cuando exhumaron el cuerpo de Mercy Brown, encontraron que tenía sangre en la boca y en el corazón, y fue interpretado como una señal de vampirismo. El corazón de Mercy fue quemado por los vecinos y mezclaron las cenizas en un brebaje que hicieron beber a Edwin, una creencia muy común para combatir a los vampiros. Pero en lugar de sanar, el muchacho murió meses después.

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Tumba de Mercy Brown. Cortesía: ngenespanol.com

Vlad, el Empalador

Después de indagar sobre historias de vampiros de otros autores, el escritor irlandés Bram Stoker tuvo conocimiento de la existencia en el siglo XV de un sanguinario príncipe rumano llamado Vlad Tepes. A finales del siglo XIX, Stoker concibió una novela de terror relacionada con las leyendas centroeuropeas sobre vampiros y no muertos.

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Bram Stoker. (Wikimedia Commons)

A mediados del siglo XV, el Imperio otomano se hallaba en plena fase de expansión por el suroeste de Europa, sometiendo a Grecia, y Bulgaria. Frente a los otomanos se encontraban el reino de Hungría y los principados de lo que después sería la actual Rumanía: Valaquia y Moldavia, junto a Transilvania, territorio autónomo perteneciente a Hungría.

Las guerras de frontera se desencadenaron con extraordinaria violencia, sobre todo por las ejecuciones y represalias masivas. El príncipe Vlad de Valaquia surgió en este ambiente, y su vida fue una lucha constante por la supervivencia y por el poder.

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Vlad Tepes. (Wikimedia Commons)

La fama sanguinaria de Vlad se debe en primer lugar a los métodos que empleó en la guerra. Desde que en 1460 decidió negarse a pagar tributo a los turcos, la guerra se hizo inevitable, y fue tan brutal y sanguinaria como las libradas en Tierra Santa siglos atrás.

Un ejemplo de sus métodos salió a relucir en la campaña de 1462, cuando en respuesta a una ofensiva turca, Vlad atravesó el Danubio para saquear el país búlgaro, en ese entonces en manos del Imperio otomano. Al final de la campaña envió al rey húngaro Matías Corvino dos sacos llenos de orejas, narices y cabezas, acompañado de una carta en la que le decía:

He matado a hombres y mujeres, a viejos y jóvenes, desde Oblucitza y Novoselo hasta Samvit y Ghigen. Hemos matado a 23.884 turcos y búlgaros, sin contar aquellos a los que quemamos en sus casas, o cuyas cabezas no fueron cortadas por nuestros soldados… Terminemos juntos lo que juntos hemos iniciado, y aprovechemos esta situación, puesto que, si Dios Todopoderoso escucha las oraciones y los ruegos de la Cristiandad, si favorece los ruegos de sus piadosos servidores, nos concederá la victoria sobre los infieles, enemigos de la Cruz“. Vlad, pues, se sentía inspirado como un cruzado.

Paralelamente, aplicó las mismas tácticas violentas contra sus propios súbditos, a fin de asegurar su autoridad. El temor que inspiraba dio lugar a historias como la de la jarra de oro que dejó frente a su residencia, para que los sedientos viajeros pudiesen beber agua en ella. Nadie osó nunca robarla. Pero el empalamiento fue el método de castigo que identificó a la figura de Vlad. No fue su invención, sino que su historia se remontaba al menos a la antigua Asiria.

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Cortesía: travelbugtours.ro/dracula

Las fuentes señalan que Vlad llegaba a extremos prolongando la agonía de los condenados y utilizaba los cuerpos de los empalados como una brutal advertencia. La muestra más conocida de su ensañamiento fue el conocido Bosque de los Empalados, lugar en el que Vlad hizo talar todos los árboles para empalar a más de 20.000 prisioneros. El cronista Calcondilo relata que Mehmet II, retrocedió horrorizado al visitarlo en 1461, aunque al mismo tiempo elogió a un gobernante que demostraba ser un experto en emplear la psicología mediante el terror.

En 1462 Vlad fue derrotado por los turcos y tras doce años prisionero en Hungría, recobró su libertad como candidato al trono de Valaquia. En su tercera etapa como gobernante cayó abatido en una emboscada turca. Su cabeza fue exhibida como trofeo en Estambul, y su cuerpo fue enterrado en el monasterio del lago Snagov.

Elizabeth Báthory, la condesa y vampira

Perteneciente a una de las familias húngaras más ricas de la época, Elizabeth Báthory fue una mujer de gran belleza y delicada apariencia. Obsesionada con el esoterismo y de gustos sexuales ambiguos, es conocida por ser una de las mentes femeninas más perversas y sádicas de la historia.

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Elizabeth Báthory. Cortesía: muyhistoria.es

Su depravado comportamiento la llevó a asesinar a más de seiscientas cincuenta personas, especialmente doncellas. Ella estaba convencida que sus famosos «baños de sangre» le mantendrían joven y bella por toda la eternidad.

Báthory fue una niña culta, educada en la política, la ciencia y las artes. Dominaba cuatro idiomas y mostró un gran interés por la astronomía y la alquimia. A la edad de cuatro o cinco años, la Condesa ya sufría ataques de rabia intensa que algunos médicos de la época diagnosticaron como epilepsia. A los once años se comprometió con Ferenc Nadasdy de 26, hijo de otra familia húngara de la aristocracia. Un año después comenzó a vivir en su castillo para ir adaptándose al nuevo clan, pero quedó embarazada a los trece años de uno de los sirvientes.

Este incidente obligó a la familia de Ferenc a recluirla en secreto en una remota fortaleza.  En ese lugar dio a luz a su hijo, que fue inmediatamente sacado del país. Dos años después, Báthory contrajo matrimonio con su prometido.

Contra las costumbres de la época, la noble húngara mantuvo su propio apellido, mientras que su marido cambió el suyo. Al poco tiempo de casarse, Elizabeth empezó a encontrarse muy sola en el castillo, ya que el Conde, un general del ejército conocido como «El Caballero negro», tenía que acudir al campo de batalla. Es entonces cuando la noble empieza a interesarse por el mundo del esoterismo, rodeándose de una siniestra corte de brujos, hechiceros y alquimistas.

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Cortesía: magnet.xataka.com

Durante su soledad, Elizabeth puso en práctica algunas de las técnicas de tortura preferidas de su marido como el introducir agujas debajo de las uñas de sus sirvientas, quemar las manos de las doncellas obligándolas a coger llaves o monedas al rojo vivo, o arrojarlas en la nieve hasta verlas morir congeladas.

En 1585, la aristócrata tuvo a su primera hija, Ana. En los nueve años siguientes tuvo tres más: Úrsula, Katherina y Pablo. Las cartas que ella escribía a sus familiares hacían creer que Elizabeth era una buena esposa y una madre protectora, una personalidad totalmente contraria a la realidad.

Elizabeth enviudó en 1604 tras la muerte de Ferenc debido a una súbita enfermedad en el campo de batalla. La Condesa despierta de su letargo para entregarse al sadismo. Su primera acción es echar del castillo a su suegra Úrsula junto con todos sus parientes. Después encerró en los sótanos a las muchachas que ésta protegía, donde además recibieron toda clase de castigos. Y a partir de ese momento dio rienda suelta a sus perversiones sexuales.

Su crueldad llegó a tal extremo que hizo coser la boca a una joven que hablaba mucho. A otra de sus criadas le prendió fuego al vello púbico, e incluso, una camarera fue obligada a sentarse en una parrilla al rojo vivo sólo por tener fama de coqueta y libertina.

Pero la belleza de la aristócrata se fue degradando con los años y pide consejo a una de sus nodrizas. Ésta le sugiere darse «baños de sangre» y hacer los sacrificios para recuperar su juventud. Y así lo hizo.

Un día, una joven sirvienta propinó accidentalmente un tirón a Elizabeth mientras la peinaba. En un ataque de rabia, la Condesa le dio tal bofetada que la sangre de la doncella salpicó su mano. Al percatarse que el tramo de piel humedecida por la sangre había rejuvenecido, ordenó que le cortaran las venas y el cuello para llenar una bañera con su sangre. A partir de este momento se obsesionó por esta práctica, iniciando una orgía descontrolada de asesinatos. Se especula que en lapso de diez años cometió más de seiscientos cincuenta asesinatos con la ayuda de sus sirvientes.

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Cortesía: lavanguardia.com

Ante la alarma de la población por las desapariciones de las jóvenes, el Rey Mathías II de Hungría ordena a un primo de la Condesa, el conde Thurzo, realizar la correspondiente investigación.

El 30 de diciembre de 1610, el conde Thurzo y sus hombres ingresaron en el castillo de Cachtice y vio con estupor a una criada agonizando en el cepo del patio, con los huesos de la ingle totalmente fracturados.  En el salón interior encuentran a una chica desangrada y otra aún con vida, aunque con el cuerpo agujereado. En la mazmorra, descubren a una docena que todavía respiraba, algunas de las cuales fueron perforadas y cortadas durante las últimas semanas. Y en los alrededores del palacio desenterraron otros 50 cadáveres. Todo el castillo estaba cubierto con manchas oscuras y despedía un olor a carne

La Condesa y sus brujos fueron sorprendidos en medio de uno de sus sangrientos rituales. Capturaron a todos los presentes y fueron conducidos a prisión.

Aunque el juicio contra Elizabeth Báthory jamás se llevó a cabo, sus cómplices no se salvaron y fueron ejecutados de forma cruel. Se les arrancó los dedos con tenazas al rojo vivo para después quemarlos en la hoguera. Elizabeth se salvó de ser ejecutada, pero fue condenada a prisión perpetua y a ser emparedada en el castillo de Esei. Murió cuatro años más tarde.

El Vampirismo como Patología

El vampirismo o hematodipsia es una de las parafilias más retorcidas: quienes la padecen no usan la sangre que extraen de sus víctimas para sobrevivir, sino que es un trastorno vinculado a la satisfacción de un placer por el sufrimiento ajeno. Sienten la imperiosa necesidad de ingerir, realizar tratamientos o rituales con sangre, bajo la creencia de que este fluido contiene propiedades rejuvenecedoras o que alargan la vida.

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Cortesía: eluniversopordescubrir.wordpress.com

Una posible explicación yace en la posibilidad de que quienes ingieren sangre lo hacen por puro fetichismo, para encontrar el placer sexual necesario que les permita llevar a cabo sus más maquiavélicas fantasías. Los psicólogos coinciden en señalar que se trata de un trastorno mental vinculado con el sadismo, que impulsa a los afectados a herir y agredir a otros para conseguir algún fin en concreto. Algunos expertos encuentran un paralelo entre el vampirismo y la necrofilia.

Otra de las patologías asociadas a los vampiros es la porfiria. La porfiria es una enfermedad de tipo metabólico que comúnmente tiene un origen hereditario. En ella se ve afectada la producción del grupo HEMO, un elemento importante por ejemplo para la hemoglobina, responsable del transporte del oxígeno a través de la sangre. Como consecuencia, se produce un exceso de unas moléculas llamadas porfirinas, entre otras, que se acumulan en la piel, y se sufre un constante estado de anemia.

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Cortesía: elespejogotico.blogspot.com

Un síntoma muy típico es la sensibilidad a la luz. Las porfirinas absorben radiación ultravioleta y provocan una reacción que dañan las células. Al igual que los vampiros, los que la padecen no la soportan, describiendo una sensación de ardor intenso en las zonas expuestas, pudiendo incluso producirle ampollas. Otro de los síntomas es la orina de color rojo como si hubieran bebido sangre, así como los dientes, aunque éstos se tiñen de un tono más bien marrón oscuro y hay quienes afirman que se les contrae las encías dando la apariencia que son más largos de lo normal. Otro rasgo real que refuerza el mito del vampiro es la aversión al ajo: no soportan el olor ya que tiene un compuesto capaz de agravar los ataques si éste entra en su organismo.

Como padecen de anemia, lo que sí es cierto en cuanto a la sangre es que suelen necesitar ayuda externa mediante transfusiones. No tienen tendencia a morder cuellos para extraer la sangre de sus víctimas.

Todos estos síntomas sumados a la fotosensibilidad que les hace rehuir de la luz solar y les confiere un aspecto pálido, convierten a estos sujetos de hábitos nocturnos en arquetipos de los vampiros para el imaginario de las personas.

Los Vampiros modernos

Hoy en día existen por lo menos dos mil vampiros en Italia, están entre nosotros e incluso beben sangre, como en las antiguas leyendas, afirma Davide Santandrea, presidente de la asociación que los agrupa. En la provincia de Romagna existe la «Lega italiana real vampires», que reúne a estos individuos de todas las regiones del país.

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Cortesía: mundo.sputniknews.com

Santandrea, afirma que, para ser un vampiro, lo principal es tener una condición fisiológica específica. El síntoma más evidente es tener una temperatura corporal por debajo de la normal, lo que implica una tendencia a llevar una activa vida nocturna; además de tener la costumbre beber sangre para obtener energía vital. Sin embargo, sólo el 10 por ciento de estas personas practica el consumo de sangre. Para este rito, son voluntarios los que proporcionan su sangre.

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Cortesía: mejorconsalud.com

Santandrea, que fundó la organización en 2013, reúne «vampiros» de carne y hueso y lucha por sus derechos.

También tratamos temas médicos, basados en estudios estadounidenses de vampiros desde hace 30 años. No nos vemos como los vampiros que se muestran en las películas y en la televisión. No es una moda. No somos muertos ni inmortales y no dormimos en ataúdes, no le tememos al ajo ni al agua bendita. Somos personas, pero desde el punto de vista médico somos diferentes de otras personas”, explica Santandrea.

La temperatura corporal de los vampiros oscila entre 34 y 34.5 grados, siendo mucho menor en comparación con la gente común. Son sensibles a la luz solar, pero no significa que puede matarlos, como se muestra en el cine. Sin embargo, estos rayos sí son capaces de provocarles problemas con la piel.

Otra característica de los vampiros es la regeneración rápida del tejido óseo después de las fracturas. Además, tienen un ciclo diario invertido: por la noche son hiperactivos, mientras que por la tarde quieren dormir.

Algunos de estos vampiros reales poseen habilidades extrasensoriales como la psicometría (la capacidad de ver y leer el pasado al tocar objetos y personas). Esta habilidad ha permitido a algunos vampiros cooperar con la policía.

También puede leer:

Bibliografía

Sitios web:

  • El vampirismo: un mito muy real
    https://www.lavanguardia.com/vivo/lifestyle/20181121/452970163257/vampirismo-mito-real.html
  • Entrevista con un vampiro (real): “Basta una cucharada de sangre a la semana”
    https://www.elmundo.es/papel/historias/2015/11/26/56559ca946163f81098b4633.html
  • Vampiros ¿existen de verdad?
    https://elpais.com/cultura/2009/05/23/actualidad/1243029604_850215.html
  • 3 ‘vampiros reales’ de la Historia
    https://okdiario.com/curiosidades/vampiros-reales-463564
  • La verdad detrás de los vampiros
    https://www.ngenespanol.com/el-mundo/existieron-los-vampiros-de-verdad/
  • Vlad Tepes El Empalador, El Drácula Histórico
    https://historia.nationalgeographic.com.es/a/vlad-tepes-empalador-dracula-historico_11548
  • Elizabeth Báthory, la condesa y vampira que se bañaba en sangre
    https://www.lavanguardia.com/sucesos/20190524/462425827584/elizabeth-bathory-condesa-banos-sangre-vampira-asesina-vlad-tepes-dracula-las-caras-del-mal.html
  • Vampirismo: la enfermedad fatal que mató a cientos de personas
    https://www.bbc.com/mundo/noticias-49343546
  • Vampirismo: causas y casos reales de esta rara parafilia
    https://psicologiaymente.com/clinica/vampirismo
  • Los ‘vampiros’ viven entre nosotros
    https://mundo.sputniknews.com/increible/201710241073439997-vampiros-reales-italia
  • Cinco vampiros históricos que existieron en la vida real
    https://hipertextual.com/2017/05/vampiros-reales
  • El Origen De Los Vampiros
    https://www.seresmitologicos.net/muertos-vivientes/vampiro
  • Porfiria, la enfermedad que dio origen al mito del vampirismo
    https://www.lasexta.com/tecnologia-tecnoxplora/ciencia/divulgacion/porfiria-enfermedad-que-dio-origen-mito-vampirismo_20161027581932b50cf24962cc11e582.html
  • ¿Que es el Vampirismo Clínico o Síndrome de Hematodipsia?
    http://postmortemx.com/que-es-el-vampirismo-clinico-o-sindrome-de-hematodipsia

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Pedro Noguchi

Pedro Noguchi

Autor

Pedro Noguchi es comunicador audiovisual con estudios en electrónica y fotografía, conductor del programa «Paradigma 0» (http://bit.ly/2vHBf4Z). Como fundador del grupo de investigación Dharma Paranormal de Perú, tiene el objetivo de difundir los nuevos aportes en la investigación de las manifestaciones metafísicas, bajo un enfoque que integre la experimentación con las teorías espirituales. Pedro Noguchi es colaborador permanente en CodigoOculto.com desde Marzo de 2019.

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