Hace varias décadas dos sondas espaciales fueron lanzadas, se trataba de las Voyager, las cuales atravesaron el Sistema Solar para ingresar el espacio interestelar. Es posible que estas primeras naves enviadas por humanos en escapar de nuestro vecindario estelar se hayan cruzado con alguno de los más grandes enigmas del universo… Diversos informes indican que se captaron extrañas transmisiones provenientes de las sondas, y estos “mensajes” simplemente desconcertaron a los científicos.
La Voyager 1 y la Voyager 2 son las primeras naves espaciales en la historia de la humanidad que se dirigen más allá del sistema solar. Su misión comenzó hace más de treinta años y los dispositivos aún transmiten datos invaluables a la Tierra.
Tan pronto como los vehículos comenzaron a acercarse al límite de nuestro sistema solar y el espacio interestelar, empezaron a registrar señales bastante extrañas que entusiasmaron a la comunidad científica y los dividieron en dos campos.
Algunos creen que estas señales son transmitidas por otras civilizaciones, mientras que otros asumen que las señales son de origen natural.
Voyager 1 y Voyager 2: su misión principal y los descubrimientos que dieron al mundo
Las misiones Voyager 1 y Voyager 2 fueron lanzadas por la NASA en 1977. Gracias a estas dos naves espaciales, ahora tenemos imágenes de alta calidad de Saturno, Neptuno, Júpiter y Urano.
Fue gracias a las Voyager que los científicos de la Tierra aprendieron que existen volcanes activos en el satélite de Io, y fueron ellos quienes hicieron posible descubrir 24 satélites cerca de los planetas distantes del sistema solar.
En 2012, tuvo lugar un evento histórico: la Voyager 1, la primera nave espacial en la historia de la humanidad, que ingresó al espacio interestelar.
Pero ya durante el acercamiento a la frontera condicional, las Voyager comenzaron a transmitir datos inusuales a la Tierra. Los sensores instalados en los dispositivos comenzaron a registrar pulsos de radio cortos con la misma amplitud, repetidos al mismo tiempo.
Además, los espectrómetros transmitían datos que podrían ubicar mundos potencialmente habitados cerca de naves espaciales.
Por el momento, ambos dispositivos han transmitido unos 700 gigabytes de datos únicos a la Tierra (nada mal para las computadoras creadas hace más de 40 años). Por el momento, los vehículos ya han entrado en la llamada “pista magnética”, el área donde el campo magnético del Sol está conectado con el espacio exterior.
LECTURA RECOMENDADA: Voyager encuentra el límite definitivo del sistema solar
Señales inusuales y su probable naturaleza de origen
Entonces, mientras descifraban los datos obtenidos, los científicos descubrieron estas extrañas señales que son registradas por ambos dispositivos (la distancia entre ellos es de solo un par de miles de millones de kilómetros).
Inicialmente, este fenómeno se atribuyó a la radiación de fondo de la heliósfera, que rodea nuestro sistema como una enorme burbuja y lo protege de aproximadamente el 70% del flujo de radiación interestelar.
Como han sugerido los científicos, esta “burbuja” bien puede generar pulsos electromagnéticos, pero un análisis más detallado de los datos mostró que estas señales llegan a la zona fronteriza del sistema solar desde el espacio profundo.
Además, en mayo de este año, la Voyager transmitió a la Tierra una grabación de audio del zumbido interestelar, donde, entre el ruido de las ondas de plasma de gas interestelar, algunos científicos registraron ciertos patrones.
Pero hasta ahora, no ha sido posible descifrar las señales que emanan del Sol, de señales de otros mundos del ruido general, y no ha sido posible descifrarlas. Y los científicos que están estudiando este fenómeno se dividen en dos campos.
Misteriosas señales desde el espacio interestelar
Algunos creen que los Voyager registraron señales que son enviadas por otros seres inteligentes, mientras que otros creen que estas señales son el resultado de averías del equipo o que los dispositivos solo registran señales que emanan de objetos espaciales de origen natural.
Cabe señalar que solo se ha descifrado una pequeña parte de los 700 gigabytes de información, y no se sabe qué podrán descubrir los científicos cuando puedan descifrar todo.
Los científicos también indican que las señales detectadas en el “ruido” se parecen vagamente a las llamadas ráfagas rápidas de radio (FRB), en las que los científicos han estado interesados durante mucho tiempo.
La radiación FRB es un pulso de RF extremadamente potente que dura solo un par de milisegundos y se repite cada 16 días.
No hay una coincidencia completa con los datos obtenidos de las Voyager y las ráfagas de FRB, pero el hecho de estas señales no tienen relación, los científicos tampoco pueden decirlo con total certeza, ya que aún no se han descifrado suficientes datos.
Los científicos están 100% convencidos de que la mayor parte del “ruido” interestelar no llega a la Tierra y es retrasado por la heliosfera, lo que significa que si alguien realmente quiere contactar con la Tierra, entonces la señal debe ser captada fuera del sistema.
¿Qué opinas? ¿Son las señales solo ruido natural o son emitidas por una civilización o civilizaciones inteligentes?
Como lector de CODIGO OCULTO, lo invitamos a unirse a nuestro club MindTrix para debatir sobre enigmas, ciencia y actualidad con personas de ideas afines de todo el mundo. ¡Unirse es gratis, regístrese ahora!
Sigo las misiones Voyager, desde los 6 años, mi nombre es Sergio Marenco, vivo en Glew, Buenos Aires, Argentina. Soy odontólogo, y creo en la diversidad de vida en el universo, y las FRB, pueden ser señales tatuajes de otros mundos habitados, que quedan filtradas en nuestras heliosfera, por lo cual nunca las antenas SETI las hayan registrado. Un paso más al conocimiento. Queda descontada la duda de vida no humana!