Se trata de una «masa» de color blanco hallada en una tumba egipcia y que tiene aproximadamente 3.200 años, y que podría convertirse en el queso más antiguo del mundo nunca antes encontrado.
Fue descubierto en la tumba de Ptahmes, un funcionario de alto rango en la ciudad de Memphis en el siglo 13 a.C.
El sepulcro se ubica en el sur de la localidad del El Cairo en Saqqara, que se conoce también como la «Ciudad de los Muertos».
Dentro de la tumba se han hallado artefactos antiguos como amuletos, vasijas de barro y estatuillas. Mide un poco más de 70 metros de largo, y estuvo oculta por casi un siglo luego de haber sido descubierta en 1885 para luego hundirse en arenas movedizas.
Los arqueólogos volvieron a escavar en 2010, y luego de tres años llegaron a una tumba que contenía varios frascos rotos. Uno de estos frascos tenía en su interior una «sustancia blanquecina solidificada» y un pedazo de tela de lona que podría haber cubierto el depósito para preservar lo que en él había.
Los investigadores procedieron a disolver la masa blanca hallada y purificaron sus componentes proteicos y los analizaron mediante un proceso que separa las diferentes partes de un líquido, denominado cromatografía líquida.
Luego de este proceso, midieron las diversas moléculas existentes en la muestra mediante un proceso conocido como espectroscopia de masas. El resultado sorprendió a los investigadores, se trataba de un producto lácteo hecho con leche de vaca mezclada con leche de cabra u oveja.
Se sabe que en el antiguo Egipto la leche debía consumirse poco después del ordeño o sino se dañaba debido al fuerte calor y a la falta de refrigeración. Debido a eso, a menudo la leche se convertía en queso u otros productos como el yogur.
Sin embargo, se descubrieron rastros de una bacteria antigua y mortal conocida por matar al ganado y causar graves enfermedades en las personas.
La bacteria es conocida como Brucella melitensis y es causante de la brucelosis, que increíblemente aún existe hoy en día.
Esta enfermedad puede transmitirse de los animales a las personas al consumir productos lácteos no pasteurizados. Sus efectos son terribles en animales, causando que tanto perros, cerdos, vacas, cabras y camellos pierdan su capacidad de reproducción.
Si llega a transmitirse a los humanos, los síntomas incluyen dolores, pérdida del apetito, dolor de cabeza, debilidad y dolor abdominal.
Hasta ahora, solo se han descubierto signos de la brucelosis en restos egipcios que datan del año 750 a.C.
Los investigadores han comunicado que necesitarán más investigación para confirmar con exactitud la edad del queso.
El estudio científico ha sido publicado en la revista Analytical Chemistry de la American Chemical Society.
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