Graham Hancock aseguró que una cultura antigua con grandes conocimientos en astronomía y matemáticas fue aniquilada por un enorme cometa hace miles de años.
El arqueólogo e investigador, reconocido por ser de los primeros en mirar la historia antigua desde otra perspectiva, se convirtió en una de las principales fuentes del argumento contra el canon histórico tradicional.
Además, mostró evidencia de como un gran objeto celeste destruyó por completo una civilización humana, mucho más antigua que los asentamientos conocidos.
Una civilización antigua de hace 22.000 años
Hancock propuso muchas teorías alternativas que generaron polémica en la comunidad científica. Por ejemplo, aseguró que algunas estructuras longevas como la Esfinge, eran en realidad restos de una etapa mucho más antigua de la humanidad, que existió antes del final de la última Edad de Hielo.
Basó su argumento en la correlación entre eventos culturales y geológicos de diferentes lugares muy distantes, como Indonesia, Turquía, Egipto e India. Estos indicarían que una civilización vivió mucho antes de lo que afirma la ciencia.
Es probable que la humanidad ya se había desarrollado y era avanzada mucho antes que el nacimiento de Mesopotamia y Egipto. Pueblos que la arqueología toma como el comienzo de la civilización.
De hecho, Hancock propuso que las civilizaciones antiguas conocidas habían heredado el conocimiento de una civilización mucho más avanzada que existió unos 6.000 años o más, previo a la suya, y que fue destruida por un gran cataclismo. Mismo que puso fin a la última Edad de Hielo, alrededor del año 12.000 a. C.
En su libro «Magicians of the Gods», Hancock explicó que viajó a diferentes partes del mundo, recabando evidencias de esta civilización «antepasada perdida», que desapareció por los fragmentos de un cometa masivo.
Sugirió que este comenta viaja junto a la lluvia de meteoros Táuridas que llega a finales de junio hasta comienzo de julio, y desde finales de octubre hasta principios de noviembre.
Explicó que esta lluvia de meteoritos en particular está llena de restos masivos de un cometa colosal que se fragmentó por alguna razón desconocida hace unos 20.000 años. Sus fragmentos, algunos de hasta 2 kilómetros de diámetro, se estrellaron con el hielo de América del Norte y Europa, provocando el “Dryas Reciente“.
Un cometa devastador
Mencionó que los fragmentos se acercaban a más de 90 kilómetros por hora, generando enormes cantidades de calor que derritieron inmediatamente millones de kilómetros cuadrados de hielo, desestabilizando la corteza terrestre y provocando el famoso “gran diluvio universal“, mencionado en diferentes mitos y leyendas.
Una segunda ráfaga de impactos igual de devastadores provocó más inundaciones hace 11.600 años. Fecha exacta de la destrucción de la Atlántida, según Platón.
La evidencia mostrada en su libro revela, más allá de la duda razonable, que una civilización avanzada creció durante la Edad de Hielo, siendo destruida por cataclismos globales hace 12.800 y 11.600 años.
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Además, causó el resurgimiento del frío por culpa del polvo y cenizas que cubrió la atmósfera durante más de 1.000 años.
El arqueólogo ha colaborado con diferentes exploraciones, visitando sitios enigmáticos como el Gunung Pedang, en Indonesia. Ahí encontró restos de basalto columnar que, según explicó, perteneció a una pirámide del año 22.000 a. C., o incluso antes.
Explicó que los sobrevivientes, conocidos en antiguas culturas como «los Sabios», «los Magos», «los Resplandecientes» y de otras muchas maneras, viajaron por el mundo en sus «barcos» para mantener el legado de la civilización moribunda. Así se establecieron en Göbekli Tepe, en Baalbek, Giza, Sumeria, México, Perú e Indonesia.
La arqueología asegura que Göbekli Tepe, en Turquía, tiene más de 9.600 años y es la mayor evidencia de los efectos que tuvo un escenario devastador antiguo. Hancock explicó que la región sirvió a los supervivientes para conservar, al menos, algún conocimiento de la civilización que fue alguna vez.
Rastros de una civilización anterior
Los expertos creen que no es casualidad que los primeros rastros del resurgimiento de la civilización, en forma de la arquitectura megalítica más antigua, además del conocimiento agrícola, sea Göbekli Tepe, hace 11.000 años. Fecha que coincide con el Dryas Reciente y el retorno de un clima global más benevolente.
Magicians of the Gods también muestra evidencia de que fragmentos del cometa también llegaron a Egipto. Un antiguo culto en Heliópolis desarrolló una forma de preservar el conocimiento histórico en beneficio de las nuevas generaciones, desarrollando esquemas astronómicos y arquitectura ancestral.
En 2015, Hancock afirmó en un artículo publicado en el Daily Mail, que un cometa destructor llegaría a la Tierra en unos 20 años, restando actualmente, solo 13 años:
“Estos magos nos dejaron un mensaje, no un mensaje espiritual metafórico, sino una advertencia directa y urgente. Lo que pasó antes puede volver a pasar; lo que destruyó su mundo puede destruir el nuestro“.
El impacto del cometa sería mucho peor que la detonación de todas las armas nucleares existentes; una colisión con los restos del cometa lo suficientemente grande como para arrasar con la vida en la Tierra.
La hipótesis de Hancock, criticada por muchos defensores de la corriente principal de la historia, ha conseguido recaudar suficiente información y evidencia para ser considerada legítima, aunque moleste a los que defienden la corriente principal.
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