Un equipo de científicos han hallado, por primera vez en la historia, evidencia de un choque de enanas blancas y marrones, que podría haber sido visto desde la Tierra en el año 1670.
Utilizando el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) en Chile lograron encontrar los restos de una supuesta explosión ocurrida a más de 2.000 años luz de la Tierra.
Durante el año 1670, este evento espacial denominado Nova Vulpeculae o CK Vulpeculae fue una de las 100 estrellas más brillantes del cielo. Sin embargo poco tiempo después desapareció, causando que los astrónomos sospechen que se trataba de una supernova.
Aunque otros estudios habían sugerido que este colosal incidente ocurrió por el choque de dos estrellas como nuestro Sol; el último estudio ha sugerido algo más sorprendente: una colisión entre una estrella muerta (enana blanca) y una estrella fallida (enana marrón).
Albert Zijlstra, profesor de la University of Manchester dijo en un comunicado:
El tipo que creemos que sucedió aquí es nuevo, nunca antes considerado o visto antes. Este es un descubrimiento extremadamente emocionante”.
La explosión causó una forma de reloj de arena que hasta ahora es complicada de explicar. Mediante el análisis de los escombros, los científicos descubrieron que la fusión de una estrella enana blanca y una estrella enana marrón podría ser la respuesta.
También se ha sugerido que la forma de reloj de arena fue el resultado de la enana marrón, que es una estrella fallida que no pudo encender la fusión nuclear en su núcleo, por lo que se destrozó y sus restos se esparcieron sobre la superficie de la enana blanca.
Esto causó que la enana blanca se desintegre, incinerándose con cientos o miles explosiones termonucleares. El material de la anterior enana marrón que quedó regado alrededor de la enana blanca, como un disco giratorio, empezó a disparar chorros al espacio.
Los científicos concluyeron que esto es probablemente lo que ocurrió al observar cómo la luz de otras dos estrellas más alejadas atraviesa los escombros de la fusión estelar. El análisis de la luz mostró la presencia de litio, algo que por lo general se destruye en el interior de las estrellas (excepto en las enanas marrones), sugiriendo que una de estas estuvo presente en la colisión.
El profesor Sumner Starrfield dijo en un comunicado:
La enana blanca habría sido aproximadamente 10 veces más masiva que la enana marrón, por lo que la enana marrón se convirtió en espiral en la enana blanca y habría sido desgarrada por las intensas fuerzas de marea ejercidas por la enana blanca”.
En el año 1670, la explosión causó una brillante luz que fue presenciada por el monje Anthelme y el astrónomo Hevelius.
El estudio científico ha sido publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
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