Un equipo de científicos han descubierto patrones misteriosos de rayas que cruzan enormes distancias en las nubes de Venus.
El descubrimiento nos está dando una nueva perspectiva de las condiciones brutales y el clima en el extraño planeta segundo más cercano al Sol.
Basado en un modelo avanzado de computadora, el equipo sugiere que el aire en movimiento causado por corrientes de chorro polar, similares a las de la Tierra, podría ser responsable de estas irregularidades, que pueden extenderse unos 10.000 kilómetros.
Viendo los misteriosos patrones
Los patrones se están viendo lentamente gracias a la tecnología de escaneo infrarrojo a bordo de la sonda espacial Akatsuki: puede mirar debajo de las nubes gruesas de ácido sulfúrico, de 45-70 kilómetros de altura, que generalmente mantienen la superficie y Nube inferior cubierta de Venus fuera de la vista de nuestros telescopios.
Los investigadores escriben en su estudio:
Aquí, por primera vez, logramos reproducir los patrones de la estructura de la línea observada, como regiones de fuertes flujos descendentes que se desarrollan en simulaciones globales de alta resolución de la atmósfera de Venus”.
Si bien Venus y la Tierra comparten un tamaño similar y una atracción gravitatoria, y posiblemente efectos de corriente de chorro polar similares, sus atmósferas son muy diferentes: poseen aire venenoso, lluvia de ácido sulfúrico y temperaturas abrasadoras, lo que hace que aterrizar una nave espacial en Venus sea muy difícil.
También están los vientos del este de 360 kilómetros por hora que azotan todo Venus con una duración de aproximadamente cuatro días terrestres.
Sin embargo, las diferentes capas de la atmósfera venusiana tienen características diferentes: justo debajo de estos vientos es donde la sonda Akatsuki se las arregla para mirar, trazando las formas de nubes más bajas.
Rayas gigantes en la atmósfera de Venus
El descubrimiento de las rayas gigantes detalladas aquí pueden decirnos más sobre lo que está sucediendo en la atmósfera en general. Si bien hemos visto ciertas partes de estos patrones durante décadas, este último estudio agrega un nuevo nivel de detalle y una explicación plausible de lo que realmente los está causando.
Los científicos utilizaron modelos avanzados de computadora para hacer coincidir los patrones de nubes con los datos de las pruebas y concluir que las diferencias en la temperatura y presión del aire (inestabilidad baroclínica), así como los fuertes vientos de rotación mencionados anteriormente, están causando el efecto de raya.
Nunca hemos visto patrones como estos en las nubes de la Tierra, y los fenómenos podrían ser exclusivos de Venus y su atmósfera.
El planeta sigue siendo un tema fascinante para el estudio de los astrónomos, ya sea para descifrar los patrones de terreno en la superficie o para cartografiar los vientos caóticos que se activan cuando el Sol se pone.
Un día, podríamos obtener lecturas mucho más precisas de lo que está sucediendo en Venus; solo tenemos que descubrir cómo construir dispositivos electrónicos que puedan sobrevivir a esas temperaturas superficiales de 460 grados Celsius.
Volar globos en el aire más fresco y tranquilo por encima de las nubes podría ser una forma de observar más de cerca el planeta.
Por ahora, hay mucho más investigación que hacer (el modelo del equipo no tiene en cuenta los efectos de las reacciones fotoquímicas y los niveles de radiación, por ejemplo) y puede esperar más de Akatsuki y la simulación por computadora de AFES-Venus en el futuro.
El estudio científico ha sido publicado en la revista Nature Communications.
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