Hace algunos años, el objeto interestelar llamado ‘Oumuamua cruzó el sistema solar. Ahora, un equipo de científicos se encuentra elaborando planes para interceptar uno de estos objetos venidos desde otra estrella.
Por fin tenemos los medios tecnológicos para detectar objetos interestelares. Hemos detectado dos en los últimos años, ‘Oumuamua y 2I/Borisov, y sin duda hay más por ahí.
Por ello, hay mucho interés en desarrollar una misión que pueda visitar uno una vez que lo hayamos detectado. Pero, ¿cómo sería esa misión?
Ahora, un borrador de un equipo de científicos, principalmente estadounidenses, ha intentado responder a esta pregunta y nos ha acercado un poco más al lanzamiento de una misión de este tipo.
Visitantes interestelares
Parte de lo que hace interesante una misión de visitantes interestelares es que los visitantes interestelares son muy extraños. Borisov se comportó como un cometa típico una vez que entró en el Sistema Solar, pero ‘Oumuamua era una bestia completamente diferente.
Recreación artística del viajero interestelar bautizado como ‘Oumuamua. Crédito: ESO / M. Kornmesser
Nunca desarrolló una cola cometaria, como muchos científicos esperaban. Además, mostró una aceleración que no parecía explicarse por medios radiativos o de otro tipo, lo que llevó a algunos científicos destacados a afirmar que incluso podría haber sido una sonda alienígena.
La única manea de confirmar de qué se trata realmente es una misión que pueda interceptarlo. Pero primero tendríamos que verlo, y los astrónomos ya están trabajando en ello.
El Vera C Rubin Observatory Legacy Survey of Space and Time (LSST) podrá detectar entre 1 y 10 objetos interestelares del mismo tamaño que ‘Oumuamua cada año, según los cálculos de los autores.
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¿Cómo encontrar un objeto interestelar?
Eso es una gran oportunidad para encontrar el candidato adecuado. Pero, ¿qué criterios debería cumplir ese candidato?
Lo más importante sería: “¿De dónde viene?“. Aunque no existe un ángulo “óptimo” para que un objeto interestelar (ISO, por sus siglas en inglés) se acerque, sí que hay una diferencia en función del lugar en el que guardemos el “interceptor interestelar” (ISI).
Según el artículo, el mejor lugar para ello es probablemente el punto de Lagrange L2 Tierra-Sol. Tiene más de una ventaja: en primer lugar, se necesita muy poco combustible para permanecer en la estación, y cualquier ISI podría tener que permanecer esperando en modo de almacenamiento durante años.
Una vez que es llamado a la acción, tiene que reaccionar rápidamente, y otro residente de L2 podría ayudarle a hacerlo.
Crédito: urikyo33 / Pixabay
Trabajo en equipo
El Time-domain Spectroscopic Observatory (TSO) de la NASA es un telescopio de 1.5 m que está previsto ubicar en el punto de Lagrange de L2, junto con otros telescopios más famosos como el James Webb (JWST).
A pesar de su asombrosa capacidad para captar imágenes espectaculares, el JWST tiene un importante punto débil: es lento. Puede tardar entre 2 y 5 días en enfocar un objeto concreto, lo que lo hace inútil para el seguimiento de los ISO. El TSO, en cambio, sólo tarda unos minutos.
Se podría complementar con otro telescopio, el planeado Near Earth Object Surveyor, que se pretende situar en el punto de Lagrange L1 del sistema Tierra-Luna.
Cuando se combinen con el TSO, estos dos telescopios de reacción rápida deberían ser capaces de capturar imágenes de cualquier ISO que entre en el Sistema Solar interior y que no esté directamente en una trayectoria a lo largo de la línea de base L1-L2.
Telescopio Espacial James Webb. Crédito: NASA
Una vez detectado, llegar al ISO es la siguiente tarea. Lamentablemente, algunos estarán fuera de alcance desde el punto de vista de la mecánica orbital.
Pero los autores calculan que hay un 85 por ciento de posibilidades de que un ISI almacenado en L2 sea capaz de encontrar un objeto de interés del tamaño de ‘Oumuamua en un plazo de 10 años.
Así que, en esencia, una vez que seamos capaces de detectar los ISO, sólo es cuestión de esperar pacientemente la oportunidad adecuada.
Una vez que el ISI alcance el ISO, podrá comenzar a observar de cerca, incluyendo un mapa espectroscópico completo de materiales tanto naturales como artificiales, lo que podría ayudar a resolver el debate sobre si tales objetos son sondas fabricadas por extraterrestres.
También podría vigilar cualquier desprendimiento de gases que pudiera explicar las misteriosas fuerzas que actúan sobre ‘Oumuamua.
No cabe duda de que hay muchas más cosas interesantes que los científicos desearían comprender sobre el primer objeto interestelar que visitemos.
Pero según los cálculos de este artículo, habrá muchas oportunidades para hacerlo y muchos datos que recoger cuando lo hagamos.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en el servidor de preimpresión arXiv.org.
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El 30 de Julio de 2021, apenas creado el Proyecto Galileo, desde la Patagonia Argentina le recomendaban al Prof. Loeb que para tener resultados concretos de su búsqueda, debía hacer justamente lo que ahora, 16 meses después, se publica en ese trabajo.
Se menciona allí específicamente el entorno LaGrange.
La extensa carta de unos 18 mil caracteres que incluye otros detalles y comunicaciones, algunos de los cuales ni siquiera el Prof. ha comenzado a tratar, se liberó al conocimiento de los miembros de la red privada G-JWRED-S en el mes de Julio pasado.
La coincidencias no existen.