La rápida expansión de plantas con flores en una región de la Antártida, indica una preocupante advertencia climática, según informan un equipo de científicos. Los hallazgos sugieren que es posible que hayamos llegado a un punto de inflexión en este ecosistema frágil y remoto.
Un nuevo estudio de esta expansión de plantas analizó las dos plantas con flores nativas de la Antártida, Deschampsia antarctica y Colobanthus quitensis. Los investigadores midieron el crecimiento y la expansión de estas plantas en una pequeña isla subantártica llamada Signy Island de 2009 a 2019.
Ambas plantas crecieron más rápido cada año a medida que aumentaban las temperaturas, lo que el equipo atribuye al aire cálido del verano y una disminución en la población de lobos marinos que pisotean las plantas, lo que podría deberse a la disponibilidad de alimentos y las condiciones del mar.
Los investigadores escribieron en su artículo publicado:
“Presumimos que la sorprendente expansión de estas plantas se desencadena principalmente por el calentamiento del aire del verano y la liberación de la limitación de la perturbación del lobo marino”.
Aumento de las temperaturas
Entre 1960 y 2011, el aire aumentó 0.02 grados centígrados cada año, pero después de una ola de frío de cuatro años, ha aumentado a un ritmo rápido de 0.25 grados al año.
La tasa de crecimiento de D. antarctica entre 1960 y 2009 fue de casi el 21 por ciento por década. Esa tasa aumentó al 28 % por década entre 2009 y 2018. Mientras tanto, durante los mismos períodos, el crecimiento de C. quitensis pasó de poco menos del 7 % por década al 154 %.
Si bien todo esto podría ser una buena noticia para D. antarctica y C. quitensis, no beneficiará al área en su conjunto: las temperaturas más cálidas pueden dar a las especies invasoras un punto de apoyo en el ecosistema, lo que podría causar “pérdida y cambios irreversibles en la biodiversidad” a estos ecosistemas frágiles y únicos”, escriben los autores.
El mismo tipo de plan de expansión se ha registrado en las montañas de Europa, pero este estudio muestra “la primera evidencia en la Antártida de respuestas aceleradas de los ecosistemas al calentamiento climático”, señalan los autores. Resulta que la Antártida podría no ser tan resistente a la crisis climática como pensábamos.
Los investigadores escribieron:
“Esta hipótesis es compatible con las observaciones en el hemisferio norte, en particular en Europa, donde el cambio de uso de la tierra se correlaciona con el cambio de vegetación pero, como aquí, el principal impulsor de estas respuestas fue el calentamiento climático”.
Podría estar ocurriendo en otras regiones
Los investigadores sugieren que es probable que lo que está sucediendo en Signy Island esté ocurriendo en otro lugar, aunque se requerirán más estudios para saberlo con certeza. También se necesita más investigación sobre los posibles impactos futuros de la propagación.
Con tantos factores en juego, desde la expansión de las plantas hasta las lluvias estacionales y el derretimiento del hielo, es un desafío predecir con precisión hacia dónde se dirige la Antártida, pero está claro que este es un entorno muy delicadamente equilibrado y que está bajo una grave amenaza.
Los investigadores concluyeron:
“Nuestros hallazgos respaldan la hipótesis de que el calentamiento futuro desencadenará cambios significativos en estos frágiles ecosistemas antárticos”.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en Current Biology.
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