La historia se ha encargado de reconocer la grandeza e importancia de algunos de los nativos americanos más representativos de su tiempo. Tal es el caso de Caballo Loco, consagrado como el último Gran Jefe Sioux que hizo frente al ejército norteamericano en defensa de sus territorios.

Muchos historiadores lo describen como un hombre carismático, por la forma que dirigió y se ganó el respeto de sus hombres. También lo señalan como un genio militar, por las batallas ganadas a los chalecos azules, especialmente cuando logró vencer en la batalla de Little Big Horn en 1876. 

Las acciones emprendidas por Caballo Loco, defendiendo a su pueblo, sus costumbres y su tierra, lo llevaron a pasar gran parte de su vida en guerra. Sin embargo, a pesar de haber obtenido grandes victorias en el campo de batalla, no murió luchando como tal vez hubiese querido.

Comienza a forjar su nombre

El historiador Gregorio Doval menciona que Caballo Loco (llamado Tasunka Witko) nació en la tierra que hoy se conoce como Dakota del Sur en 1842. La vida de este nativo americano, estuvo signada por las dificultades desde que vino al mundo, pues perdió a su madre siendo aún muy niño.

“Caballo Loco”, llamado Tasunka Witko, en 1877 poco antes de su muerte. Se cuestiona la autenticidad de la foto. (Public domain)

Fue entonces cuando su padre decide tomar como nueva esposa a su hermana, para que el pequeño no creciera solo. Así comienzan a transcurrir los primeros años de su vida, un niño fuerte y saludable. A los 12 años ya montaba a caballo y había cazado su primer búfalo.

También a muy temprana edad, tuvo que ser testigo presencial de algunas masacres feroces orquestadas por los militares norteamericanos. Era la lucha contra los nativos, para expulsarlos de sus territorios de toda la vida y encerrarlos en pequeñas reservas.

De acuerdo con el experto Gregorio Doval:

“A los 16 años tiene su primera participación activa dentro de un combate contra el ejército. Es allí donde adopta el nombre de su padre y comienza a llamarse Caballo Loco.”

Durante esa incursión recibió una herida y es el punto de partida de su legado.

Un guerrero valiente

En poco tiempo Caballo Loco ya era reconocido como un guerrero valiente, demostrando su valía en varios combates enfrentando a los invasores en batalla. Con la fuerza de su hacha y la puntería de su flecha, conquistó la lealtad de su pueblo demostrando grandes dotes de liderazgo.

Caballo Loco con atuendo de guerra. Crédito: Demetrio Četáņ Čík’ala / Wikimedia Commons (CC BY-SA 4.0)

Ya convertido en todo un jefe nativo de los siouxs oglala, obtiene el mayor de sus triunfos ante el Séptimo de Caballería comandado por el teniente coronel George Armstrong Custer. La misión de este hombre era arrebatar las tierras de los nativos y obligarlos a vivir para siempre en las reservas. Pero su plan fracasó.

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Sí, Caballo Loco junto con otro gran nativo americano el jefe indígena Toro Sentado, derrotaron a Custer en Little Big Horn. El teniente coronel no solo perdió esa batalla, también perdió la vida. Esto supuso una cacería por parte del ejército norteamericano, que juró venganza contra Caballo Loco.

La resistencia frente al hostigamiento

Batalla de Little Big Horn. (Public domain)

Tanto el gobierno como los militares y la población en general, reclamaban sangre indígena a toda costa por la muerte de Custer. Así fue como empezó un hostigamiento mortal hacia las tribus que se prolongó por varios meses. Al punto que muchos de ellos tuvieron que huir de sus tierras y pasar a ser nómadas.

La llegada del frío invierno, la falta de alimentos y municiones limitaban todo accionar de los guerreros nativos. En este punto, Dee Brown un reconocido historiador de Estados Unidos refiere en una de sus obras literarias:

“El hambre y el frío eran insoportables, a Caballo Loco le afectaba no poder alimentar a su pueblo.”

Traición y muerte

Caballo Loco y su tropa en camino a Camp Sheridan para reunirse con el General Crook en Red Cloud Agency, 6 de mayo de 1877. (Public domain)

A falta de comida y la imposibilidad de cuidar de su gente, Caballo Loco aconsejado por los suyos, decidió aceptar un encuentro con el enemigo. La idea era conversar para llegar a acuerdos que pudieran poner fin a aquella persecución mortal. Aunque en el fondo, no estaba muy conforme con aceptar las condiciones de la retirada.

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En medio de esas conversaciones de supuesta paz, sucedieron algunos acontecimientos que acabaron con la vida de este nativo americano. Tenía solo 34 años de edad y nunca fue derrotado en el campo de batalla, pero fue traicionado y asesinado por la espalda.

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