Si tú eres padre ¿serías capaz de separarte de tu hijo y dejarlo en medio de la nada? Seguramente tu respuesta sea un rotundo no. Lamentablemente, sí se han visto casos donde ocurre esto y a estos niños se les denomina “niños salvajes“.
Estas personas quedaron completamente aisladas de otras personas y de la sociedad, limitando o volviendo nula su capacidad de interactuar con otros.
Por lo tanto, este suceso ha dificultado el poder adaptarse de nuevo al mundo civilizado. Pero existe cierta historia sobre la vida de Hadara, el niño avestruz y su estilo de vida. A continuación, vamos a profundizar sobre él y veremos algunas experiencias que vivió.
La historia de Hadara, un niño salvaje
Este niño tuvo que pasar un momento muy trágico con tan solo dos años de edad. Fue separado abruptamente de sus padres en el desierto del Sahara, dejándolo totalmente indefenso y con nulas posibilidades de sobrevivir.
La historia de Hadara, el niño que vivió con avestruces
Y cuando todo se veía perdido sucedió algo insólito: un grupo de avestruces que pasaba lo acogió. Y estos animales sirvieron como su familia durante 10 años, hasta que por fin lo rescataron. Pero no todo terminó ahí, pues su historia dio la vuelta al mundo.
¿Cómo se hizo pública la historia de Hadara?
Fue hasta luego de muchos años cuando el hijo de este personaje, Ahmedu rompió el silencio y contó todo. Transmitiendo la historia a Mónica Zak, una autora de origen sueco quien escribió un libro sobre este caso.
La escritora ya había escuchado esta historia más bien como una leyenda o mito. Se la narraron mientras emprendía viajes por el desierto del Sahara como reportera. Tenía cierto conocimiento de las personas nómadas residentes ahí, tras haber compartido reiteradas veces con ellos.
Mónica Zak se topa con la historia del niño avestruz
Antes de que el hijo de Hadara recurriera a ella para contarle la historia, ya la había escuchado dos veces anteriormente. Claro está, en versiones sencillas, pero que en pocas palabras contaba todos los hechos.
Era más o menos así:
“Un niño pequeño se perdió en una tormenta y unas avestruces lo adoptaron y le salvaron la vida. Lo hicieron parte del rebaño y era el favorito de la pareja líder de avestruces. 10 años después por medio de un rescate lo capturaron y fue devuelto a su familia humana”.
La historia era basada en hechos reales
Un grupo de avestruces. (Public domain)
Luego de relatarle la historia, la escritora supo que el nombre del niño era Hadara, y además le dijeron que “era una historia real”. Aún así, Mónica jamás creyó en la certeza de esta historia, creyendo que se trataba solo de un mito.
Lo que sí tenía pensado era publicarla, fuera real o no, puesto que tenía potencial como artículo de interés al público. Sería parte de la revista Globen y la utilizaría como una muestra de narración de los saharauis del desierto. Y para complementar, en la historia también incluía artículos sobre la vida de niños en los campos de refugiados.
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Todo da un giro cuando se publica la revista con el artículo
Posterior a la publicación de la revista con el interesante artículo de la impresionante historia, todo dio un giro. La escritora recibió una invitación a la oficina de Estocolmo de los representantes del Polisario. Esa era la organización de refugiados saharauis, y ahí le dieron las gracias por hacer pública esa historia.
Le comentaron sobre ellos sobreviviendo en esos campos de refugiados y sobre lo difícil que era vivir en esas condiciones. Vivían en la parte más inhóspita y calurosa del desierto argelino desde 1975. Sin duda, no era nada fácil vivir dentro de esas condiciones.
Libro “El Nino Que Vivía Con Los Avestruces” de Monica Zak. Cortesía: Amazon
Ella por fin cree que sí era una historia real
Luego de esos agradecimientos expresaron lo mucho que fue de su agrado que escribiera sobre Hadara. Uno de ellos dijo “está muerto ahora ¿fue su hijo quien te habló de él?”.
Y ese fue el momento en el que Mónica entendió todo y en su asombro volvió a preguntar “¿es una historia real?”. En ese momento, todos respondieron que sí con toda la convicción que los respaldaba. Fue ahí cuando comenzaron a contarle todo sobre Hadara el niño avestruz y la escritora fascinada entendió totalmente.
Mónica escribió un libro sobre este caso, titulado “El Nino Que Vivía Con Los Avestruces“.
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Esta historia la documentó el antropólogo vasco Julio Caro Baroja en su libro “Estudios saharianos”, escrito en 1955, cuando el Sáhara era aún una provincia española.