Uno de los misterios más grandes de nuestro planeta. Los gigantescos agujeros de Sarisariñama, se muestran como entradas a un mundo intraterreno desconocido que le ha dado a la ciencia más preguntas que respuestas.
Los expertos los catalogan como «micro mundos en la Tierra». Se trata de unos agujeros gigantes que se encuentran en el estado Bolívar, en la Amazonía venezolana.
Destacan notablemente del espeso verde selvático. De acuerdo a los pocos datos que se tienen de estas formaciones, están ahí desde hace miles de años, dando pie a muchas leyendas y teorías sobre su verdadero origen o función en el planeta.
Los gigantescos agujeros de Sarisariñama
Explorado por primera vez en el 74, son muchos los enigmas que esconden estos gigantescos agujeros.
Sobrevolado por primera vez en los años 60, tuvo su primera expedición científica en 1974, sin embargo, los resultados obtenidos del Tepuy, una meseta en la Gran sabana venezolana, fueron tan sorprendentes, como inconclusos.
Sus dimensiones son de 352 metros de diámetro y 350 metros de profundidad, ubicada a 2.300 metros de altura. Los encargados del Parque Nacional Jaua-Sarisariñama decidieron limitar el acceso a los enigmáticos agujeros, permitiendo solo la entrada a los investigadores y científicos.
Y es que no cualquiera puede acceder a ellos. La carretera más cercana está a cientos de kilómetros y la espesa selva y los kilómetros de senderos rústicos, terminan de aislarlos completamente. La única forma de acceder a ellos es a través de avionetas y vuelos autorizados.
De hecho, muchos expertos creen que se trata de las «montañas más antiguas del planeta» y su aislamiento ha generado que se crearan formas evolutivas únicas.
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¿Cómo se crearon? Esa es una de las preguntas que no tienen respuestas; las paredes de los agujeros son totalmente verticales, lo que elimina la posibilidad de un impacto o una explosión.
Algunos expertos creen que se trató del colapso de los estratos de arenisca por culpa de la erosión de los ríos subterráneos.
Un ecosistema único
Se cree que los agujeros podrían guardar un mundo totalmente desconocido, con animales y vegetación únicas.
Es considerada como una de las zonas más inaccesibles del mundo, por lo que las investigaciones sobre ellos son escasas. Sin embargo, expertos afirman que las condiciones propias de los agujeros de Sarisariñama han generado la creación de vida, tanto animal y vegetal, totalmente única en el mundo.
Esto quiere decir que podrían existir especies que se adaptaron exclusivamente a las condiciones singulares que existen en esos ecosistemas.
Cuando el naturalista, explorador y fotógrafo venezolano, Charles Brewer-Carías, exploró el Tepuy por primera vez en 1974, dijo que la antigüedad de las rocas era de, al menos, unos 1.590 millones de años. Además, es la quinta formación rocosa «natural» más profunda del planeta.
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Por esa razón se le considera un territorio aún virgen, pues a pesar de que ha sido explorada en contadas ocasiones, se cree que no se conoce prácticamente nada de sus misterios y enigmas. De hecho, los científicos aseguran que las condiciones son ideales, con temperaturas que varían entre los 12 y 24 grados Celsius, humedad y vegetación, para que existan especies sin descubrir que viven en el interior de los agujeros.
Leyendas y teorías
El Dimoshi es un ave gigantesco de una leyenda local que daría origen a los agujeros.
Al ser un sitio prácticamente inexplorado, no se sabe realmente que se oculta en su interior. Muchos teóricos aseguran que podrían ser la entrada a un mundo subterráneo totalmente desconocido.
De hecho, han llegado a compararlo con la historia de Julio Verne, Viaje al centro de la Tierra, donde el escritor describe criaturas anfibias, mamíferos, marsupiales y plantas totalmente desconocidas en la superficie.
La leyenda que cuentan los Makiritare, los indígenas nativos de la zona, hablan de una enorme criatura en forma de ave llamada Dimoshi, que emitía un sonido singular que se escuchaba como «Sari».
Este espíritu maligno se paraba sobre la cima del Tepuy a devorar a los humanos y hacer sus nidos. Entonces, el nombre Sarisari, sería la expresión onomatopéyica, mientras que los sufijos ña y ma, significan lugar y hogar. Entonces, Sarisariñama significaría lugar montañoso donde Dimoshi devora a los humanos.
El enigma continúa y los misterios siguen apareciendo. Las pocas exploraciones han dejado más dudas que respuestas, por lo que poco o nada sabemos de estos gigantes agujeros. Lo único seguro es que se trata de un mundo totalmente nuevo, con criaturas y vegetación desconocida ¿Podrían tratarse de una entrada al mundo subterráneo?
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