En el año 2013 astrónomos de la NASA anunciaron el descubrimiento de un nuevo sistema planetario compuesto por cinco mundos que orbitan alrededor de una estrella algo más pequeña y fría que el Sol, a 1.200 años luz de la Tierra, en la constelación de Lira. El más exterior de ellos, bautizado como Kepler-62f, resultó ser el más esperanzador para albergar vida.
Este mundo se encuentra dentro del rango de los que pueden ser rocosos, e incluso es posible que tenga océanos o posiblemente un mundo acuático parecido al de la película «Water World».
Ahora, para determinar si Kepler-62f podría albergar vida, el equipo de la investigadora Aomawa Shields, de la Universidad de California en Los Ángeles, ha planteado distintos escenarios sobre cómo podrían ser su atmósfera y su órbita. Los resultados son bastante optimistas: «Hemos encontrado que hay múltiples composiciones atmosféricas que le permiten ser lo suficientemente cálido como para tener agua líquida en la superficie», dice Shields. «Esto hace que sea un fuerte candidato para planeta habitable».
En la Tierra, el dióxido de carbono es el 0,04% de la atmósfera. Debido a que Kepler-62f está mucho más lejos de su estrella de lo que la Tierra está del Sol, sería necesario que tuviera mucho más dióxido de carbono para ser lo suficientemente caliente como para mantener agua líquida en la superficie, y para evitar la congelación.
El equipo realizó simulaciones por ordenador contemplando diversos escenarios para Kepler-62f
Dentro de todas esas hipótesis, encontraron muchos escenarios que permiten al planeta ser habitable, asumiendo diferentes cantidades de dióxido de carbono en su atmósfera. Shields estima que para que el planeta sea consistentemente habitable durante todo el año, se requeriría una atmósfera de tres a cinco veces más gruesa que la de la Tierra y compuesta en su totalidad de dióxido de carbono. (Esto sería análogo a la sustitución de cada molécula en la atmósfera de la Tierra con dióxido de carbono, lo que significa que el planeta tendría 2.500 veces más dióxido de carbono en su atmósfera).
Los científicos igualmente han calculado la órbita y el clima del exoplaneta. Shields cree que la misma técnica podría aplicarse para entender si otros exoplanetas mucho más cerca de la Tierra podrían ser habitables, siempre que parezcan ser rocosos.
Los científicos no saben si podría existir vida en un exoplaneta, pero Shields es optimista sobre la búsqueda de vida en el Universo. Más de 2.300 exoplanetas han sido confirmados, y algunos otros miles se consideran candidatos. Sin embargo, sólo un par de docenas están en la «zona habitable», lo que significa que orbitan su estrella a una distancia que les permite ser lo suficientemente cálidos como para tener agua líquida en su superficie. Los nuevos telescopios que están en camino pueden ayudar a ampliar esta lista para la esperanza.
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