Dentro de las espesas selvas que cubre lo que era el territorio Inca podría encontrarse Paititi, una ciudad «dorada» considerada como el enigma arqueológico más grande de Sudamérica.
Paititi es considerada actualmente por la arqueología como el misterio principal de Sudamérica, aunque para muchos, la falta de pruebas y pistas demostrarían que no se trata más que una simple leyenda.
Sin embargo, gran parte de la comunidad continúa firme en su creencia, y aseguran que resguardada por las frondosa y poderosa selva Madre de Dios en la zona sur oriental del Perú, existe una ciudad como ninguna otra.
Una metrópolis de piedra que presume de grandes monumentos hechos de oro puro en sus majestuosos jardines, ornamentos y adornos que nos hacen recordar a la ciudad legendaria «El Dorado».
Sin embargo, lo que más ha llamado la atención de los expertos sobre Paititi, es que su leyenda nos cuenta que, aún en la actualidad, esa ciudad podría encontrarse , siendo el hogar del último Inca, quién espera el momento para volver y restaurar el orden del mundo.
¿Qué es Paititi?
También llamada en otras zonas como el «Gran Paititi», sería una urbe dorada donde, según cuenta la leyenda, se encierra diferentes tesoros, magia y el origen real de la humanidad.
Algunas fuentes aseguran que está oculta entre la selva tropical del Amazonas, al norte de Bolivia y al suroeste de Brasil y que esta podría ser una especie de «continuación» de El Dorado.
El primer vestigio de la leyenda podemos encontrarlo en las «Crónicas de Lizarazu», de 1635, escritas por Juan de Lizarazu y García de Recáin durante el virreinato.
Ahí se menciona al Inca Guaynaapoc y su regreso al reino de su padre Manco, en el Paititi, más allá del río Guaporé.
También están las historias contadas por los machiguengas, una de las etnias que habitan actualmente en el Amazonas, que cuentan que «al otro lado» existe una civilización que «lo sabe todo».
Persiguiendo a la leyenda
Arqueólogos e investigadores han llevado numerosas expediciones, ya sean científicas o en busca del oro oculto del Imperio Inca, quienes lo habrían escondido en Paititi antes de la llegada de los españoles.
Sin embargo, muchos teóricos aseguran que el verdadero tesoro oculto en la ciudad no es el oro o las joyas; es la verdadera historia de la humanidad que ha sido escondida durante siglos.
Pero esta leyenda no es algo nuevo, ya para el siglo XVII el rumor de una ciudad oculta entre la selva que resguardaba valiosos tesoros de los Incas se encontraba bastante extendido.
Los investigadores se han basado, sobre todo, en los petroglifos de Pusharo. Estos misteriosos símbolos se descubrieron en los años 20 gracias a domínico Vicente de Cenitagoya, grabados en una roca gigantesca a las orillas del río Sinkibenia.
Aunque esta no es la única prueba sobre obras humanas en la selva Madre de Dios. Satélites de la NASA han encontrado ruinas y caminos pavimentados que podrían llevar a Paititi, sin contar que en 1975, se encontraron 2 grupos de 5 «puntos» que terminaron siendo pirámides de cima trunca de dimensiones descomunales.
Los misterios de las expediciones perdidas
Una de las cosas que ha terminado de alimentar esta leyenda son las diferentes expediciones hacia Paititi que se han perdido en el camino o que han mostrado dificultades que se han visto obligados a regresar.
Expertos han reportado expediciones con cada uno de sus miembros desaparecidos. Algunos que han vuelto reportaron fallas electromagnéticas potentes que dañaron sus instrumentos de guía, grabación y fotográficos.
Además han descrito «apariciones», luces incandescentes, visiones, ruidos desconcertantes y demás obstáculos que los aventureros deben padecer para llegar al lugar.
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Conspiración de la iglesia
En el año 2001, Mario Polla, un arqueólogo italiano, rebuscando en los diferentes archivos Jesuitas en Roma, descubrió un documento del misionario Andrea López.
El informe estaría datado del año 1600, y en el se revela la existencia de una ciudad enorme, rica en oro, plata y diferentes joyas, la cual se encuentra ubicada en el medio de la selva, siendo resguardada por una enorme catarata. Esta ciudad era llamada «Paititi» por los nativos.
Sin embargo, numerosos investigadores han intentado encontrar dicho informe, llegando incluso a asistir al Vaticano, ya que López habría hablado con el Papa Clemente III, quién, supuestamente, guardó todos los detalles en los archivos del Vaticano.
Sin embargo, hasta la fecha, nadie de la iglesia ha revelado nada acerca de Paititi y, se rumorea, que es la misma santa sede quién ha mantenido en secreto su ubicación y los conocimientos almacenados en ella.
Como podemos observar, Paititi parece ser más que una simple leyenda. Más allá del oro y las riquezas, nuestros antepasados ocultaron grandes secretos de la historia antigua que podría cambiar totalmente nuestra percepción de la realidad y la historia tal como la conocemos.
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FELICITO EN VERDADLA PUBLICACION ES INTERESANTISIMA CONTINUEN CON NOTAS
COMO ESTAS GRACIAS
Muchas gracias. Siempre es reconfortante saber que el trabajo es bien recibido. Espero que los próximos artículos sigan siendo de su agrado. Un abrazo.
Será por esto que están quemando el Amazonas?
Resulta apasionante la lectura de de sus investigaciones. Quisiera vivir al momento que algun de ellas sea descubierta y vista por toda la humanidad