No se trata de una imagen generada por computadora, es la realidad de lo que se está viviendo en la Amazonía. El sector verde ubicado en América del Sur está registrando muchos incendios, principalmente en Brasil, Bolivia, Colombia y Perú; y el humo generado es tanto que incluso está cubriendo el hemisferio sur.
El monóxido de carbono que generan los incendios en la selva amazónica están siendo rastreados por satélites en órbita, y las imágenes muestran lo alarmante de la situación que estamos atravesando. Gran parte de América del Sur se encuentra cubierta por humo, y esto traerá más contaminación, más enfermedades respiratorias, más calentamiento global; y son los efectos a corto plazo que podremos sentir quienes vivimos en este continente.
Severe Weather ha realizado este gráfico basado en datos de la NASA, donde se muestra el desplazamiento del humo por diversos países sudamericanos como Brasil, Bolivia, Paraguay y el sur de Colombia. Cabe decir que la vista es siniestra y terrorífica.
Otra aplicación muestra la concentración de CO (monóxido de carbono) en América del Sur, además de los focos de los incendios que vienen ocurriendo en la selva. La vista también es aterradora.
Hasta la fecha más de 70.000 incendios han sido contabilizados en la Amazonía de Brasil. Las llamas están arrasando con terrenos llenos de biodiversidad, convirtiendo el escenario en una catástrofe que esta generación no ha presenciado. El humo generado puede llegar a concentraciones tan altas en algunas regiones como para oscurecer el cielo, tal como ocurrió en Sao Paulo hace unos días.
Los efectos negativos que podrían venir
Para dejar en claro los negativos efectos de esta tragedia, fijémonos en los datos que aporta el portal de monitoreo europeo del clima Severe Weather. Esta entidad informa que los incendios en esta parte del planeta suceden cada año, cuando inicia la temporada seca; sin embargo algunas áreas han sufrido mucho más que en años anteriores. Es evidente que el 2019 ha traído los peores incendios en la última década, y eso se demuestra tan solo viendo el nivel de daños en el estado de Amazonas (Brasil), el más afectado, y donde el pico de este mes fue un 700% más alto que el promedio de la misma fecha en los últimos 15 años. Otros estados brasileños, han mostrado datos adicionales como por ejemplo, la cantidad de cenizas y otras partículas, que en agosto alcanzaron el nivel más alto desde 2010.
Muchos, o la gran mayoría de los incendios son provocados, y la agricultura tiene la responsabilidad mayor. Grandes industrias, pequeños agricultores y acaparadores ilegales de tierras destruyen los árboles para obtener tierras de cultivo. Para liberar las tierras de la vegetación tienden a crear incendios que se han salido de control en muchos casos.
Hasta la fecha se han perdido 2.254 km2, esto quiere decir un aumento del 278% en el mismo mes del año pasado. De acuerdo a los científicos este año podría ser el primero en 10 años en el que se pierden 10.000 kilómetros cuadrados de la Amazonía. Hace pocas semanas, un estudio dio a conocer el riesgo de que la Amazonía llegue a un punto de inflexión en el que será imposible regenerar la vegetación, existiendo la funesta posibilidad de que la selva verde se convierta en una sabana árida. Eso significaría el fin de la vida para miles de especies y un problema demasiado grave para la humanidad.
Estos datos poseen amplio fundamento científico. Los investigadores Carlos Nobre y Thomas Lovejoy publicaron en 2018 en la revista Science Advances un artículo que advertía que si el clima cambia -por la deforestación o el calentamiento global- existe el riesgo de que más del 50% de la selva amazónica derive a un paisaje degradado de baja biodiversidad, tipo sabana.
Además, un estudio realizado en 2011 por investigadores de la NASA determinó que la biomasa de carbono en el Amazonas generalmente oscilaba entre 125 y más de 200 toneladas métricas por hectárea. Si las tasas de deforestación en la Amazonía brasileña volvieran al pico de 2004, un escenario probable bajo el gobierno de Bolsonaro, podría aumentar las emisiones anuales a casi 3 mil millones de toneladas métricas durante su mandato, en el extremo superior de ese rango. Eso es casi la mitad de las emisiones anuales totales de gases de efecto invernadero de los EE.UU., que alcanzaron los 6.500 millones de toneladas en 2016.
No solo América del Sur está sufriendo incendios, en África también se están quemando vastas extensiones de terrenos, según muestran imágenes de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA).
No necesitamos ser adivinos para determinar el problema climático que esta tragedia va a producir. Todo el monóxido de carbono va a afectar tanto a animales, humanos como al planeta entero. F.T.
Referencias: El Espectador / The Guardian
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