Son aproximadamente más de tres millones de hectáreas de bosques de las estepas rusas que han sido calcinados por un incendio que no para de crecer con fuerza. Más de medio millón de rusos han tenido que ser trasladados por las fuerzas de seguridad debido al peligro que conllevaban en sus viviendas.
Pese a la peligrosidad de los incendios, el gobierno ruso ha advertido que no destinará más recursos para combatir el fuego. La dirección política de Moscú ha considerado que los incendios se encuentran en zonas remotas y deshabitadas.
Una inmensa humareda se divisa en una parte significativa de Siberia desde la Estación Espacial Internacional (ISS), según fotografías facilitadas por los propios tripulantes. El Ministerio de Protección Civil de Rusia (MChS en sus siglas en ruso) admite que la superficie afectada por el fuego supera los tres millones de hectáreas a causa de casi medio millar de incendios en las regiones siberianas de Buriatia, Irkutsk, Krasnoyarsk y Yakutia, cuyas autoridades han declarado el estado de emergencia.
Muchos de los incendios se declararon ya en junio, pero los gobernadores locales no hicieron nada porque estimaron que el gasto en las tareas de extinción es superior al daño que pueden producir en áreas muy remotas de difícil acceso y prácticamente despobladas de Siberia. Sin embargo, ahora se ha empezado a comprender que la magnitud del desastre es enorme y que, si no apagan las llamas, habrá consecuencias tal vez irreversibles para el ecosistema, incluyendo la intensificación del deshielo en Ártico. Además, el humo rodea ya muchas localidades y sus partículas son un peligro para la salud de la población.
Tal es así que el presidente Vladímir Putin ha recibido una llamada telefónica de su homólogo estadounidense, Donald Trump, ofreciéndole ayuda para luchar contra el fuego. Putin la ha rechazado por el momento, pero le dijo a Trump que se lo agradece y que no descarta aceptar esa mano tendida si la situación se complica todavía más.
Incendios sin precedentes
Otros años se han producido también incendios en Siberia, pero no como ahora. La temperatura en la zona ya desde junio, que ha superado los 30 grados centígrados, es anormalmente alta para tales latitudes. A la sequedad se han unido además fuertes vientos que están contribuyendo a que se propaguen las llamas. El humo está llegando incluso a países como Kazajstán y Mongolia y los ecologistas de la antena rusa de Greenpeace creen que estos incendios pueden acelerar el calentamiento del planeta.
En declaraciones a AFP, experto de Greenpeace, dijo:
El hollín y las cenizas aceleran el deshielo del Ártico y el de la capa de hielo permanente, liberando gases que refuerzan el calentamiento global. El efecto de los incendios en el clima es muy elevado (…) es comparable a las emisiones de las grandes ciudades. Cuanto más afectan los fuegos al clima, más favorables son las condiciones para que se produzcan nuevos incendios”.
El Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Medio Plazo (CEPMPM) del Copernicus Atmosphere Atmosphere Monitoring Service (CAMS), por su parte, advirtió el mes pasado que los incendios que están teniendo lugar en el entorno del Círculo Polar Ártico, Siberia, Alaska (EEUU) y Alberta (Canadá), «no tienen precedentes en la historia, ni por su duración prolongada ni por la extensión afectada». Este centro científico atribuye este nuevo fenómeno al cambio climático y a las condiciones más secas y calurosas del clima.
La ola de incendios forestales sigue en aumento, tal como ocurrió en el Ártico, ahora Siberia es golpeada por incesantes incendios que calcinan millones de hectáreas de tierras, y todo esto causado por el calentamiento global e incremento de temperaturas.
Fuente: La Vanguardia / ABC
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