Un equipo de investigadores han hallado nuevas evidencias que indican que los ingredientes claves para la vida surgieron en el espacio exterior y fueron posteriormente enviados hacia la Tierra por meteoritos o cometas, dentro de los primeros mil millones de años de la historia de nuestro planeta.
Se trata específicamente de fosfatos, y son los compuestos claves para todas las células vivas. Los fosfatos, que derivan del fósforo, componen los cromosomas, que contienen la información genética en los que se encuentra el ADN, y juegan un rol importante en el suministro de energía que las células requieren para realizar sus funciones principales.
Sin embargo, aunque sin estos componentes la vida no hubiera podido aparecer, los científicos aún no pueden determinar de dónde los primeros organismos de la Tierra obtuvieron el fosfato. Una hipótesis dice que dichos componentes vinieron del espacio exterior (panspermia).
Es así como un equipo de científicos de la University of Hawaii en Mānoa, junto con investigadores de Taiwan y Francia, lograron identificar una fuente de fósforo que anteriormente había sido ignorada, y se trata de la fosfina interestelar, un compuesto que posee fósforo e hidrógeno.
De acuerdo a los investigadores, las reacciones químicas que se relacionan a la fosfina generan oxoácidos que son claves para el fósforo, como el ácido fosfórico y el ácido difosfórico. Estos componentes derivados pueden haber llegado a nuestro planeta por medio de meteoritos y cometas antes de unirse a las biomoléculas que se encuentran en las células de los seres vivos.
Andrew Turner, autor principal del estudio, dijo en un comunicado:
En la Tierra, la fosfina es letal para los seres vivos. Pero en el medio interestelar, una química exótica de fosfina puede promover vías de reacción química poco comunes para iniciar la formación de moléculas importantes como los oxoácidos del fósforo, que eventualmente podrían provocar la evolución molecular de la vida como la conocemos”.
Para llegar a dicha conclusión, los científicos recrearon las condiciones experimentadas por los granos de hielo que flotan en el medio interestelar, usando una cámara de vacío extremadamente fría a 5 grados Kelvin (o menos 267 grados Celsius).
Luego de esto, los científicos expusieron los granos, recubiertos por dióxido de carbono, agua y fosfina, a una radiación de alta energía para imitar los rayos cósmicos del espacio. El resultado obtenido furone múltiples oxoácidos de fósforo.
Ralf Kaiser, otro autor del estudio, dijo en un comunicado:
Los oxoácidos de fósforo detectados en nuestros experimentos también podrían haberse formado en los hielos de cometas como 67P / Churyumov-Gerasimenko, que contiene una fuente de fósforo que se cree proviene de la fosfina”.
El estudio científico ha sido publicado en la revista Nature Communications.
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