Los componentes químicos hallados en rocas con una antigüedad de 3.400 millones de años han determinado que podrían contener la evidencia de vida más antigua en la Tierra.
Fueron descubiertas en el año 2013 en el oeste de Australia, específicamente en el lago australiano Strelley Pool, y contienen lo que parecen ser «microfósiles», es decir lo que queda de antiguas bacterias que algún día habitaron este lugar.
Lamentablemente el paso de los miles de millones de años cobra factura en los fósiles, y más si se trata de microfósiles.
Debido a esto cualquier resto descubierto es objeto de un interminable debate científico.
Durante su más reciente estudio, un equipo de científicos usaron huellas químicas halladas en pequeñas estructuras del lago Strelley y las compararon con firmas químicas de bacterias modernas.
También utilizaron microfósiles más recientes, de 1.900 millones de años, y hallados en formaciones rocosas canadienses. Esto permitió descubrir que las características de cada uno eran aproximadamente las mismas.
El Dr. Julien Alleon, científico del Massachusetts Institute of Technology y líder de la investigación, dijo en un comunicado:
Demostramos que las características elementales y moleculares de estos microfósiles de 3.400 millones de años son consistentes con restos biológicos, ligeramente degradados por procesos de fosilización. Esto efectivamente apoya el origen biológico de los microfósiles Strelley Pool”.
Según el Dr. Alleon, el hecho de que estos «ecos de vidas pasadas» hayan sobrevivido durante tanto tiempo, era muy notable, especialmente en las condiciones extremas a los que estuvieron expuestos a lo largo de muchos años.
El Dr. Alleon agregó:
Sabemos por la estructura molecular de los microfósiles que han estado expuestos a temperaturas de hasta 300 ° C durante largos períodos. Y sin embargo, todavía podemos ver signos de su química original”.
Las estructuras diminutas analizadas por los investigadores corresponden a un grupo limitado de formaciones que, según diversos científicos, son los fósiles más antiguos.
También existen otras estructuras antiguas denominadas estromatolitos, que se cree son los restos de antiguas colonias.
Además, algunos fósiles descubiertos en Canadá han llevado el origen de la vida incluso más allá de hace 4 mil millones de años.
Estromatolitos actuales en la Bahía Shark, Australia.
La vida más antigua en la Tierra
Los científicos a cargo de este nuevo estudio no solo han confirmado que la historia de la vida se remonta a aproximadamente 3.400 millones de años, sino que también quieren usar sus métodos para analizar otros especímenes con afirmaciones contrapuestas.
Sin embargo ha surgido un debate entre varios científicos, algunos de acuerdo con la técnica utilizada y otros no tanto.
El Dr. Alleon agregó:
Existen afirmaciones contrapuestas sobre qué los microfósiles son en realidad los más antiguos del mundo, esta estrategia analítica debe aplicarse a otras muestras antiguas para ayudar a resolver la controversia.
Y aunque la profesora Vickie Bennett, investigadora de la Australian National University estuvo de acuerdo con que la investigación aporta evidencia convincente de que los microfósiles de Strelley son evidencia de vida en la Tierra temprana, también dijo que las mismas técnicas no podrían ser utilizadas en otros casos.
Bennett dijo:
Las técnicas utilizadas aquí no son aplicables a las rocas más antiguas que albergan los reclamos de la vida terrestre más antigua, ya que estas rocas estuvieron expuestas a temperaturas mucho más altas. Estas muestras incluyen los estromatolitos de 3.700 millones de años de edad de Isua, Groenlandia y los microfósiles canadienses de 4.1 mil millones de años. Sin embargo, este trabajo muestra qué tan rápido se está desarrollando el campo y que las nuevas capacidades para probar y confirmar evidencia de vida más temprana están al alcance”.
El estudio fue presentado en la Conferencia de Geoquímica Goldschmidt en Boston, y ha sido publicado en la revista Geochemical Perspectives Letters.
Una publicación de CodigoOculto.com – Autor: Fernando T. – Todos los derechos reservados.
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