Hace ya algunos años tuve oportunidad de leer el Libro de Mormón. Debo admitir encontré su texto intrigante. Historias de ciudades desaparecidas, escritos en planchas de oro, visitantes celestiales, y restos de tecnología extraña, parecían rondar muchos de sus pasajes, erigiéndose en visiones atrapantes.
Aunque había escuchado hablar de su contenido, así como de su enigmático fundador, Joseph Smith, no fue hasta que inicié mi investigación sobre la Cueva de los Tayos, cuando realmente pude profundizar en algunas de estas reclamaciones. Algunas de mis primeras impresiones sobre el culto mormón y su vinculación con la famosa cueva ecuatoriana, quedaron plasmadas en mi libro de 2016, Cueva de los Tayos. Secretos Subterráneos de los Mundos Olvidados (Fuente), dedicándole dos capítulos a esta asociación. Fue mi primer abordaje serio, y un gran aprendizaje no sólo sobre sus creencias, sino como búsqueda confirmativa de las mismas.
Y es que los seguidores mormones parecen abrazar desde los tiempos de su fundación, remontados a principios del siglo XIX, una oculta preocupación, que intuyo obsesiva, en sus intentos por demostrar su importancia como culto religioso, donde bases pocos sólidas de tipo documental y también arqueológica, suelen empañar muchas de sus aspiraciones. Una interrogante que vamos a plantear en este trabajo, es si la gran biblia mormona, nace con los devaneos imaginativos achacados a Joseph Smith, como exponen sus críticos, o si tras sus increíbles relatos, se erige una verdad negada, y combativa desde la historia oficial. Ajusten sus cinturones, se aventura un viaje movido.
Joseph Smith. Buscador de Tesoros, contactado y Profeta de la Restauración
“Nunca Joseph Smith manipuló una pala de tierra en aquellas excavaciones [la búsqueda del tesoro]. Todo lo que Smith hizo fue asomarse con la piedra y el sombrero, y dar instrucciones en el lugar y la forma de excavar, y cuándo y dónde el encanto trasladaba el tesoro. Smith dijo que si él trabajaba con sus manos para excavar, iba a perder el poder de ver con la piedra”. Testimonio de Alva Hele, hermano de su primera esposa, Emma Hale, Citado por Joseph Lewis, “Revisión de los mormones”. Diario Amboy , junio 11, 1879.
El 23 de diciembre de 1805, un día antes de celebrarse la navidad, en Sharon, condado de Windsor, Vermont, vino al mundo Joseph Smith Jr. Sus padres fueron Joseph Smith y Lucy Mac, quiénes en aquel tiempo, se desempeñaron como granjeros y maestros de escuelas.
Durante su niñez residió en Palmyra, New York, aunque luego se trasladara a Manchester, un pueblo cercano. Según sus biógrafos su instrucción académica fue muy pobre, y 1820 la edad de quince años, decide embarcarse en una actividad insólita, la caza de tesoros. Su foco fue una antigua mina de plata, excavada por los españoles. Ya por esta época, Joseph, es eco de fuertes rumores sindicándose sus habilidades, como poderoso vidente. Incluso se dice su verdadero trabajo consistía en emplearse como dotado, para guiar en las búsquedas.
Para realizar estas prácticas Joseph se valía de una piedra, que él colocaba dentro de un sombrero, introduciendo luego su rostro para así poder visualizar las imágenes. Algunos testimonios narran como esta roca de propiedades mágicas, fue encontrada por Joseph dentro de un pozo, «descrita como de color chocolate». Un reporte policial datado de 1826, informa Joseph Smith recibió una multa acusado de engañar a sus potenciales clientes, sugiriendo estafa en sus manejos. Pero retrocedamos a 1820. Como dijimos, Smith con quince años dice manifestar cierta clarividencia, sensibilidad que en paralelo lo llevaría protagonizar una experiencia de tremendas consecuencias futuras para su destino.
Un diario personal de su autoría describe, como en un bosque cercano a su hogar, mientras realizaba contemplación meditativa, fue abordado por dos seres luminosos, quiénes le transmitieron su primer mensaje. Se le anunció no debería adherirse a ninguna doctrina, ya que todas eran incorrectas y en su mayoría corruptas.
También se le informó, como tarea próxima, «el evangelio verdadero deberá ser restaurado». Tres años después de este encuentro, un 21 de setiembre de 1823, una segunda presencia se manifestó mientras oraba en su dormitorio.
Fue una aparición inolvidable. Joseph Smith contó:
Encontrándome así en el acto de suplicar a Dios, vi que se aparecía una luz en mi cuarto, y que siguió aumentando hasta que la habitación quedó más iluminada que al mediodía; cuando repentinamente se apareció un personaje al lado de mi cama, de pie en el aire, porque sus pies no tocaban el suelo”.
Este ser dijo llamarse Moroni, y le informó a Joseph Smith que pronto debería cumplir un mandato divino.
Le comunicó también la existencia de un antiguo libro:
Escrito sobre planchas de oro, el cuál daba una relación de los antiguos habitantes de éste continente, así como del origen de su procedencia. También declaró que en él se encerraba la plenitud del evangelio eterno cual el Salvador lo había comunicado a los antiguos habitantes. Así mismo, que junto con las planchas estaban depositada dos piedras, en aros de plata, las cuales, asegurada a un pectoral, formaban lo que se llamaba el Urim y Tumin; que la posesión y uso de estas piedras era lo que constituía a los videntes en los días antiguos, o anteriores y que Dios le había preparado para la traducción del libro”.
Después de esta primera aparición de Moroni, historia que muy bien pudiera integrar cualquier reporte ufológico, se sucedieron otras visitas, y el adoctrinamiento celestial hacia Joseph Smith continuó. Es interesante observar, que luego de cada encuentro con esta extraña entidad, Joseph, parecía afectado en su salud.
Examinemos sino esta declaración:
Después de esta tercera visita, de nuevo ascendió al cielo como antes, y otra vez me quedé meditado en lo extraño de lo que acababa de experimentar; cuando casi inmediatamente después que el mensajero celestial hubo ascendido la tercera vez, cantó el gallo, y vi que estaba amaneciendo; de modo que nuestras conversaciones deben haber durado toda aquella noche.
Poco después me levanté de mi cama, y como de costumbre, fui a desempeñar las faenas necesarias del día, pero al querer trabajar como en otras ocasiones, hallé que se me habían agotado a tal grado las fuerzas que me sentía completamente incapacitado. Mi padre, que estaba trabajando cerca de mí, vio que algo me sucedía y me dijo que me fuera a casa. Partí de allí con la intención de volver a casa, pero al querer cruzar el cerco para salir del campo en que estábamos, se me acabaron completamente las fuerzas, caí inerte al suelo y por un tiempo no estuve consciente de nada”.
Esta presencia pareció acompañar a Smith en sus días de buscador de tesoros.
Así se cuenta que:
En un viejo edificio de escuela, al sur de Palmira, se iluminó de repente. Se informó que mientras estaban cavando, un gran hombre que parecía tener ocho o nueve pies de alto (más de dos metros), vino y se sentó en la cima de la granja, e hizo un gesto que debían salir”.
¿Custodio elemental de viejos tesoros? Se pregunta esta escritora.
Dentro de todas las promesas que hiciera Moroni a Joseph Smith, una de las más recordadas, fue que el futuro fundador del culto mormón, encontraría su fuente doctrinal en unas tablillas de oro ocultas en un monte de su localidad, detallando entre otros informes el pasado del continente americano.
Mormones y la historia perdida del continente americano
Para entender como Joseph Smith tomó contacto con las planchas de oro, donde se le revelaron lineamientos para fundar su culto, así como otras directrices, tenemos la llamada Carta a John Wentworth.
Datada de 1842, este documento escrito de puño y letra por el propio Smith, fue dirigido a un periódico de Illinois, el Chicago Democrat, narrando su historia al público. En este texto Joseph relata, como accedió al importante material metálico, que según narra, ocurriera el 22 de setiembre de 1827.
Estas crónicas estaban grabadas en planchas que tenían la apariencia de oro; cada plancha medía 20 cm de largo por 15 de ancho, y de un espesor poco menos que el de la hojalata común. Cada una de ellas estaba llena de grabados con caracteres egipcios y ligadas en un volumen, como las páginas de un libro, por medio de tres grandes anillos. El volumen tenía aproximadamente 15 cm de espesor, parte del cual se encontraba sellado. Los caracteres de la parte no sellada eran pequeños y hermosamente grabados. Todo el libro exhibía muestras de antigüedad en su confección y mucha habilidad en el arte de los grabados. Juntamente con esos anales se encontraba un curioso instrumento, que constaba de dos piedras transparentes engastadas en aros de plata, las cuales estaban aseguradas a un pectoral, y que los antiguos conocían como el Urim y Tumim. Por el don y el poder de Dios, y por medio del Urim y Tumim, traduje esas crónicas”.
En otra sección escribió:
En este interesante e importante libro, está expuesta la historia de la antigua América, desde sus primeros pobladores provenientes de la Torre de Babel, donde fueron confundidas las lenguas, hasta el comienzo del siglo V de la era cristiana. En esos anales se nos informa que la América antigua, estaba poblada por dos razas distintas. La primera fue llamada jaredita y vino directamente de la Torre de Babel. El segundo grupo vino directamente de la ciudad de Jerusalem, unos 600 años antes del nacimiento de Cristo. Estos eran principalmente israelitas, de los descendientes de José. Los jareditas fueron destruidos aproximadamente al mismo tiempo que los israelitas llegaron a Jerusalem, quiénes pasaron a heredar este continente. La nación principal de esta segunda raza fue abatida en una gran batalla, aproximadamente hacia fines del siglo IV. Los sobrevivientes son los indígenas que ahora habitan en este continente. En este libro se relata que nuestro Salvador se apareció en este continente luego de su resurrección y que él implantó aquí el evangelio en toda su plenitud”.
El hallazgo de este importante tesoro según Smith, se realizó en una colina cercana a su residencia
Cerca de la aldea de Manchester, condado de Ontario, estado de New York, se levanta una colina de tamaño regular, y la más elevada de todas las de la comarca. Por el costado occidental del cerro no lejos de la cima, debajo de una piedra de bien tamaño, yacían las planchas, depositadas en una caja de piedra.
En el centro y por la parte superior, esta piedra era gruesa y redonda, pero más delgada hacia los extremos; de manera que se podía ver la parte céntrica sobre la superficie del suelo, mientras que alrededor de la orilla estaba cubierta de tierra. Habiendo quitado la tierra, conseguí una palanca que logré introducir debajo de la orilla de la piedra, y con un ligero esfuerzo la levanté. Miré dentro de la caja, y efectivamente allí vi las planchas, el Urim y Tumim, y el pectoral, como había dicho el mensajero. La caja en que se hallaba estaba hecha de piedras, colocadas en una especie de cemento. En el fondo de la caja había dos piedras puestas transversalmente, y sobre esta descansaban las planchas y los objetos que la acompañaban”.
Según referencias emitidas por su propio padre, su hijo acudió aquel 22 de setiembre de 1827, al lugar donde estaban enterradas las planchas, vistiendo ropa negra, y montando en un caballo del mismo color. Dijo que luego de recoger el material, exigido bajo un nombre determinado, debía irse y no mirar nunca hacia atrás.
Otro testimonio recogido en 1833, brinda una versión un tanto inusual, y corresponde a Willard Chase, quién fabricó a Joseph un cofre donde luego reposaría el libro sagrado.
Narró:
Se levantó temprano en la mañana, y que junto a su esposa, reparó en la colina que contenía el libro. Dejó a su esposa en el carro, junto a la carretera, y se fue solo a la colina, a una distancia de treinta o cuarenta barras de camino; dijo que luego sacó el libro del suelo, lo escondió en la copa de un árbol y regresó a casa”.
El hallazgo de Joseph Smith contó con varios testigos, a quiénes confió su descubrimiento. Uno de ellos fue Martin Harris, que 1859 declaró las planchas de oro estaban escritas en árabe, caldeo, siríaco, y especialmente en egipcio reformado.
Nuevamente una especie de lengua babélica, o adánica, tantas veces mencionada en nuestros trabajos. Como ya enunciamos, Joseph Smith se topó en esos registros con la historia de los Nefitas (los de piel clara), quién a instancia de su profeta Nefi, abandonó
Jerusalem en el 600 a.C, trasladándose al continente americano. Una vez instalados iniciaron una guerra sin cuartel contra los Lamanitas (los de piel oscura), indígenas descendientes de antiguos hebreos o mejor dicho primigenios habitantes con base en Sudamérica, según intuyó Smith.
Estas crónicas fueron compiladas por el profeta nefita llamado Mormón, quién luego heredara a su hijo Moroni. Uno de los capítulos más fascinantes es la destrucción de Zarahemla, capital del reino Nefita, hundida en el mar ¿a causa de alguna misteriosa explosión? ¿O recuerdos de antiguos continentes desaparecidos? Y todo sucedido en tierras sudamericanas, según los estudiosos mormones.
Sin embargo hasta el momento los escenarios descritos en el texto mormón, así como las historias narradas en los mismos, parecen no encajar en la historia tradicional, y muchos se preguntan si realmente existieron. Pero si estas incongruencias queman, la sospecha de cierta tecnología desaparecida inserta en el Libro de Mormón, vuelven el asunto aún más extraño.
Libro de Nefi ¿Reminiscencias de tecnología desaparecida?
“De acuerdo con el profeta Alma, esto era lo que nuestros padres llaman esfera o director, o que ellos llamaron Liahona, que interpretado quiere decir brújula; y el señor la preparó”. Alma 37:38. Libro de Mormón.
El Libro de Nefi aparece como el primer texto mencionado en la biblia mormona, basado en los recuerdos del profeta Nefi, narrando las desventuras de su pueblo en oriente babilónico. Aunque el tiempo es tirano, y carecemos de tiempo para explorar por completo el texto, en algunos de sus pasajes parecen evocarse vestigios, de una antigua tecnología primitiva.
Vayamos al Libro de Nefi, capítulo XVI, donde se menciona a la Liahona, guiando a los fieles de Nefi en busca de tierras más fértiles.
Y aconteció que la voz del Señor habló a mi padre en la noche, y le mandó que a la mañana siguiente continuara su camino por el desierto. Y ocurrió que al levantarse mi padre por la mañana, y al dirigirse a la entrada de la tienda, con gran asombro vio en el suelo una esfera de bronce fino, esmeradamente labrada; y en la esfera había dos agujas, una de las cuales marcaba el camino que debíamos seguir por el desierto”.
La esfera no solo guiaba, sino que en su interior llevaba un instructivo, como especie de teletipo
Y sucedió que la voz del Señor le dijo: Mira la esfera y ve las cosas que están escritas. Y aconteció que cuando mi padre vio las cosas que estaban escritas sobre la esfera, temió y tembló en gran manera, y también mis hermanos y los hijos de Ismael y nuestras esposas.
Y aconteció que yo, Nefi, vi las agujas que estaban en la esfera, y que funcionaban de acuerdo con la fe, diligencia y atención que nosotros les dábamos. Y también se escribía sobre ellas una escritura nueva que era fácil de leer, la que nos daba entendimiento respecto a las vías del Señor; y se escribía y cambiaba de cuando en cuando, según la fe y diligencia que nosotros le dábamos. Y así vemos que por pequeños medios el Señor puede realizar grandes cosas”.
Se trata de la Liahona, brújula guía a la tierra prometida, según desprende el mágico escrito. Las agujas de esta esfera misteriosa, interpretan los estudiosos mormones, serían un medio de comunicación entre Dios y el pueblo de Nefi.
Es importante señalar la Liahona aparece como uno de los cuatro artefactos, que junto a las planchas metálicas de oro, la Espada de Labán, el Pectoral y el Urim y Tumim, contemplara Joseph Smith junto a otros testigos. Centrémonos en estos últimos.
Urim y Tumim – Puertas del Más Allá
“Los ángeles no moran en un planeta como esta tierra; sino que viven en la presencia de Dios, en un globo semejante a un mar de vidrio y fuego, donde se manifiestan todas las cosas para su gloria pasadas, presentes y futuras, y están continuamente delante del Señor. El lugar donde Dios reside es un gran Urim y Tumim. Esta tierra, en su estado santificado e inmortal, llegará a un ser semejante al cristal, y será un Urim y Tumim para los habitantes que moren en ella, mediante el cual todas las cosas pertenecientes a un reino inferior, o sea, a todos los reinos de un orden menor, serán manifestados a los que la habiten; y esta tierra será de Cristo”. Doctrina y Convenios (SUD), 130:6-9.
En el antiguo testamento el Urim (en hebreo perfección) y Tumim (en hebreo luces), aparecen mencionadas como objetos, que junto a un pectoral decorado con piedras preciosas, hacían posible la comunicación con Dios. En el caso mormón, Joseph Smith parece haber utilizado estos artefactos, según consta de algunos registros.
Su madre Lucy Mack declara:
El instrumento consistía en un juego de dos diamantes de tres esquinas suaves colocadas en lentes, y los lentes colocados en aros de plata, que estaban conectados uno al otro de la misma manera que los espejuelos tradicionales”.
Otro declarante William Smith en 1891 señaló:
Entre otras cosas le preguntamos minuciosamente sobre el Urim yTumim y el pectoral. Le preguntamos qué significaba la expresión “dos aros de un arco”. Él dijo que un arco doble de plata estaba doblado en la forma de una figura de ocho, y las dos piedras estaban puestas literalmente entre los dos aros de un arco. Al extremo estaba unido a una barra la cual estaba conectada con el borde externo del hombro derecho del pectoral. Al inclinar la cabeza un poco hacia adelante, la barra colocaba el Urim y Tumim ante los ojos muy similar a una par de lentes. Estaba preparado un bolsillo en el lado izquierdo del pectoral, precisamente sobre el corazón. Cuando no se usaba el Urim y Tumim se colocaba en ese bolsillo, la barra era justo del largo que le permitía guardarlo. Este instrumento podía, sin embargo, ser desprendido del pectoral, y su hermano dijo que José a menudo lo llevaba separado cuando salía de casa, pero siempre lo usó conectado con el pectoral cuando recibía comunicaciones oficiales, y cuando traducía permitiéndole tener ambas manos libres para tener las planchas”.
Aunque Joseph Smith empleó el Urim y Tumim como traductor y medio de videncia, a sus íntimos también le confió ambos elementos pudieran cumplir una función de tipo espiritual, al vincular al Urim y Turim, como la tierra sagrada donde se asienta el mismo Dios. Pero el Libro de Mormón no se agota en secretos, y una última sorpresa nos aguarda.
Kólob – Mormones en el Espacio, y el Trono de Dios
“Y vi las estrellas, y que eran muy grandes, y que una de ellas se hallaba más próxima al trono de Dios; y había muchas de las grandes que estaban cerca, y el nombre de la mayor es Kólob, porqué está cerca de mí, pues yo soy el Señor tu Dios; a ésta le he puesto para regir a todas las que pertenecen al mismo orden que ésa sobre la cual estás”. Periódico Times and Seasons, 1842.
Podríamos empezar descartando esta historia, debido a su oscura procedencia desprendida del polémico Libro de Abraham, que derivara en un gran escándalo para el culto mormón en su día, y pusiera en entredicho a su líder Joseph Smith.
Pero vamos a dejar estas disputas de lado, y centrarnos en este enigma astronómico tan curioso. Como en Urim y Turim, Smith también vuelve a la carga celestial al clamar la existencia de Kólob, una estrella o planeta según versiones, sería el lugar más cercano al creador.
En otros escritos se destaca, y en un claro desafío a la Ciencia, que:
La tierra fue creada cerca de Kólob durante un período de 6.000 años (6 días según el tiempo de Kólob), y que luego fuera expulsada al actual sistema solar luego de la caída de Adán”.
Otra tesis mormona es que Kólob sería un «símbolo de Jesucristo», aunque desde el plano espiritual metafórico. En 1978 el legendario Glenn Larson creador de la popular serie de ciencia ficción, Battlestar Galática, nacida al furor de Star Wars, debido a su condición como mormón practicante, basaría su guión televisivo, en muchas de las historias del Libro de Mormón.
Uno de los capítulos más memorables, El Planeta Perdidos de los Dioses, se centraría en este enigma astronómico, aunque no con su apelativo original, sino bajo el término de Kobol, presentado como planeta perdido de la humanidad. Actualmente, los mormones reniegan de Larson y su visión. así como de muchas cosas aquí citadas, que otro día exploraremos. Hasta Aquí.
Conclusión
Joseph Smith falleció en 1844, poco antes de cumplir cuarenta años. Su muerte fue traumática, ya que sus creencias le granjearon un alto precio. Actualmente su legado controversial, continúa vivo, y son muchos los enigmas por resolver. Desde este lado intentamos brindar algunas pistas, en esta primera aproximación. Continuará.
También puede leer:
- Göbekli Tepe «Año Cero de la Humanidad»
- Stanzas de Dzyan: «Historia secreta de un libro condenado»
- El Tesoro Perdido de los Incas: Misterios del Tahuantinsuyo
Bibliografía:
Libros:
- Cheesman, P. Ancient American Indians: Their Origins, Civilizations & Old World Connections.
- USA: Horizon Publishers,1999.
- Smith, J. The Book of Mormon Palmyra, Nueva York, 1830.
Sitios web:
- Apóstata Mormón
La búsqueda de Tesoros de Smith.
http://apostatamormon.blogspot.com/2012/08/la-busqueda-de-tesoros-de-smith.html - Book of Mormon Central
¿Cómo es la Liahona similar a los objetos en el arca del convenio?
https://bookofmormoncentral.es/content/%C2%BFc%C3%B3mo-es-la
¿Influyó una “visión mágica del mundo” en la aparición del Libro de Mormón?.
https://bookofmormoncentral.es/content/%C2%BFinflu
¿Los instrumentos de traducción de José Smith fueron como el Urim y Tumim israelita?.
https://bookofmormoncentral.es/content/%C2%BFlos-instrumentos-de-traducci - Canal Sud
Documentos históricos de la Primera Visión en exhibición en la Biblioteca de Historia de la Iglesia.
https://www.canalsud.org/2020/02/como-parte-de-la-celebracion-del.html - Daily Herald
Foote, A. La Búsqueda de los artefactos del Libro de Mormón.
https://www.heraldextra.com/lifestyles/the-search-for-book-of-mormon-artifacts/article - Deseret News
Bennett, J. El creador mormón de ‘Battlestar Galactica’ se atrevió a producir algo profundo.
https://www.deseret.com/2014/11/22/20553208/mormon-creator-of-battlestar-galactica-dared - Dios Universal
Kólob: El punto más cercano al trono de Dios.
http://www.diosuniversal.com/Otros-Temas/Kolob-El-punto-mas-cercano-al-trono-de-Dios - El Ojo Crítico
Aubeck, C. Mormones. Joseph Smith y los Extraterrestres.
http://elojocritico.info/mormones-joseph-smith-y-los-extraterrestres/ - Estudio Sud
La Relación entre el Ojo que Todo lo Ve y el Urim y Tumim.
https://estudiosud.blogspot.com/2011/08/la-relacion-entre-el-ojo-que-todo-lo-ve.html
Los objetos sagrados y los oficios de José Smith
https://estudiosud.blogspot.com/2011/12/simbolos-mormones-jose-smith.html - First Vision Time Line
Una línea de tiempo de la primera visión de José Smith.
http://firstvisiontimeline.com/#0 - La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
El testimonio del profeta José Smith.
https://www.churchofjesuschrist.org/topics/joseph-smith/testimony?
La Carta a Wentworth (El origen de los Artículos de Fe Segunda Parte).
https://noticias-mx.laiglesiadejesucristo.org/articulo/la-carta-a-wentworth
Piedra de vidente
https://www.churchofjesuschrist.org/study/history/topics/seer-stones?
Scott Lloyd, R. Vea los “documentos fundamentales” de la historia de la Iglesia en una exposición en línea.
https://www.churchofjesuschrist.org/church/news/view-foundational-church-history-documents-in-online - Letter for my wife
Brown, H. La Carta.
https://www.letterformywife.com/the-letter - Másfe
Córdova Loaya, N. El papel de Napoleón Bonaparte en el descubrimiento del Libro de Abraham + datos fascinantes.
https://masfe.org/historias-de-la-iglesia/libro-de-abraham-2/
Mujica Estrada, S. La sorprendente geología de la piedra vidente de José Smith.
https://masfe.org/historias-de-la-iglesia/piedra-vidente-jose-smith/ - Salt Lake City Messenger
Huggins, R. La búsqueda de la verdad de Jerald Tanner.
http://www.utlm.org/newsletters/pdfnewsletters/spanish/108messenger_spanish.pdf - Santos en Sión
Cruz, D. José Smith y las piedras videntes.
https://www.santosension.org/2011/01/jose-smith-y-las-piedras-videntes.html - Science
Wade, L.Cómo un abogado mormón transformó la arqueología en México y terminó perdiendo su fe.
https://www.sciencemag.org/news/2018/01/how-mormon-lawyer-transformed-archaeology-mexico - Secretaría Ríes
El Funddor de los mormones engañó con el libro de Abraham.
http://www.infocatolica.com/blog/infories.php/1203171021-el-fundador-de-los-mormones-e - The Mind Reels
Rideout, TD. Battlestar Galáctica (1978). El Planeta Perdido de los Dioses.
https://themindreels.com/2014/01/16/battlestar-galactica-1978-lost-planet-of-the-gods/ - Utml
New York Times. Las paredes del museo proclaman el fraude del profeta mormón, 1912.
http://www.utlm.org/onlineresources/nytimes1912papyrus.htm
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