Cuando pensábamos que las pajillas de plástico estaban siendo al fin erradicadas, un nuevo desecho oceánico incluso más grave y numeroso amenaza la vida marina.

Se trata de las colillas de cigarrillos. De acuerdo a un informe de NBC News, es el contaminante humano número uno en los océanos del mundo y que hasta ahora ha evitado las regulaciones.

Y aunque muchos crean que las colillas los libran de las sustancias tóxicas de los cigarrillos, de acuerdo a Thomas Novotny, profesor de salud pública en la San Diego State University, no tienen ningún beneficio para la salud, y es obvio que no se debe seguir permitiendo.

Cada año se fabrican hasta 5.6 billones de filtros de cigarrillos en todo el mundo, y dos tercios de estos son vertidos irresponsablemente en los océanos. Los filtros están compuestos de acetato de celulosa que puede tardar hasta más de una década en desintegrarse.

Lamentablemente, desde el año 1986 las colillas de cigarrillos han sido el desecho más recolectado en las playas oceánicas, con aproximadamente 60 millones halladas en 32 años.

Los filtros para cigarrillos fueron inventados en el siglo XX buscando aliviar los problemas de salud causados por el humo, pero ahora se han convertido en un problema importante.

Ahora, una campaña llamada Cigarette Butt Pollution Project espera poder cambiar la actitud de los consumidores.

El sitio web de la campaña tiene el siguiente mensaje:

El desperdicio de cigarrillos ha contaminado nuestras playas, parques y comunidades el tiempo suficiente: ¡es hora de actuar!”.

Hasta ahora, algunas iniciativas ya han tratado de abordar el problema en todo el mundo. En EE.UU. se han realizado múltiples intentos de aprobar leyes para prohibir los filtros o incrementar los costos de los paquetes de cigarrillos, que permitan cubrir los gastos de limpieza.

Otras iniciativas están buscando de forma práctica evitar que la basura llegue a los océanos o a las ciudades. Por ejemplo, en Francia se han entrenado cuervos para que recojan colillas y basura, con el objetivo de hacer ver a los humanos que «la naturaleza misma puede enseñarnos y darnos el ejemplo de cómo cuidar el medio ambiente».

Aunque existen muchas iniciativas que están dando buenos resultados, cada día más y más basura llega a nuestros mares, aniquilando especies y dañando los ecosistemas de los que también nosotros dependemos. La mejor forma de combatir la contaminación es con la educación. Le haríamos un gran favor al mundo si fomentamos y compartimos el mensaje de salvar al planeta. Seas o no creyente en el cambio climático, el mundo está extremadamente contaminado, y esa es una realidad contra la que debemos luchar sin caretas, sin logotipos y sin aficiones.

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