Por medio de tecnología infrarroja se han logrado revelar nuevos fragmentos de texto en piezas de los Rollos de Mar Muerto que anteriormente eran consideradas en blanco. Así lo anunció la Israel Antiquities Authority (IAA).
Estos hallazgos han proporcionado una mejor comprensión de cómo el judaísmo fue practicado durante una época de enfrentamientos entre israelitas y el Imperio Romano, hace aproximadamente 2.000 años; y además indica la existencia de un manuscrito desconocido hasta ahora.
Los famosos Rollos del Mar Muerto son un registro de más de 900 manuscritos religiosos y otros fragmentos de texto que fueron hallados en un grupo de cuevas ubicadas cerca de la orilla del Mar Muerto en la Ribera Occidental de Israel, y junto a las ruinas de un asentamiento llamado Khirbet Qumran.
El primero de ellos fue descubierto en 1946, iniciando una serie de excavaciones por casi 10 años, encontrando diversos rollos hechos de pergamino.
Los Rollos del Mar Muerto están escritos en diversos dialectos hebreos, y algunos en arameo y griego. Representan copias de los cinco libros que constituyen la Torá: Génesis, Éxodo, Levítico y Deuteronomio; algunas versiones de pasajes del canon bíblico hebreo de 24 libros, y los textos espirituales o instructivos no canónicos. Los rollos fueron datados del siglo III a.C. al siglo I d.C.
Debido a que estos manuscritos antiguos son tan frágiles la IAA decidió iniciar un proyecto para escanear toda la colección y almacenarla en imágenes en una biblioteca digital de acceso público. Fue durante este proyecto que el investigador Oren Ableman decidió observar de cerca los fragmentos encontrados en la cueva 11.
Escaneos mediante infrarrojo revelaron la tinta invisible en uno de los fragmentos que pertenece a una tercera copia del Temple Scroll, un texto que se dice fue dictado por Dios a Moisés indicándole cómo construir un templo y cómo se debían realizar sus servicios.
Más adelante, Ablemen identificó un fragmento perteneciente al Great Psalms Scroll que mostraba que la versión del Salmo 147: 1 del manuscrito es más corta que la existente en los libros religiosos contemporáneos.
Gracias a este descubrimiento, ahora sabemos que un fragmento contiene letras de un lenguaje paleo-hebreo que no puede ser atribuido a ninguno de los manuscritos descubiertos hasta ahora.
Artículo escrito por: Fernando T. para CodigoOculto.com
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