Si vives en el desierto, tienes los fondos necesarios (por lo tanto la tecnología necesaria) y la temperatura alcanza niveles extremos, vas a poder alterar el clima, y ¿por qué no? crear lluvias, como lo ha realizado recientemente Emiratos Árabes Unidos.
El último domingo, lluvias torrenciales bañaron las calles de Dubái; lluvias creadas artificialmente.
Eso normalmente no sería noticia. Pero esta vez, las autoridades dicen que las nubes de lluvia fueron conjuradas por drones que alteran el clima como parte de un plan deliberadamente diseñado para combatir los intensos calores de más de 48 grados Celsius que han estado bombardeando la ciudad del desierto.
En el caso de Dubái, modificar el clima es una cuestión de urgencia frente a una peligrosa ola de calor. Pero la creación exitosa de una tormenta también podría servir como un referente de la tecnología de geoingeniería en todo el mundo.
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Cubierto de nubes
Los drones fueron desarrollados por el gobierno de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) e investigadores de Inglaterra. Son catapultados en el aire, según informa The Washington Post, momento en el que pueden volar por el cielo, recopilando datos meteorológicos y dando un pequeño empujón a las nubes en forma de descarga eléctrica.
La idea es que el pulso eléctrico ayuda a agrupar las gotas de agua y otras partículas para formar nubes nuevas y más grandes que en realidad tienen la posibilidad de generar precipitaciones muy necesarias, ya que los Emiratos Árabes Unidos generalmente solo ven alrededor de cuatro pulgadas de lluvia por año.
(Public domain)
Keri Nicoll, meteoróloga de la University of Reading, dijo en un comunicado a CNN en mayo, cuando estaba preparándose para probar los drones:
“Lo que estamos tratando de hacer es hacer que las gotas dentro de las nubes sean lo suficientemente grandes para que cuando caigan de la nube, sobrevivan hasta la superficie”.
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Guerra del tiempo
Lo que parece una forma de alta tecnología para combatir el calor en Dubái podría ser un desarrollo menos bienvenido en otros lugares. Tomemos, por ejemplo, la fuerte dependencia de China de un sistema de alteración del clima que, según los expertos, podría utilizarse como arma a través del «robo de lluvia» contra países vecinos como India.
Los drones darán a las nubes una carga eléctrica en un intento de generar lluvia.
A medida que la siembra de nubes y la modificación del clima se vuelven más comunes en todo el mundo, los expertos argumentan que es posible que veamos un aumento de conflictos derivados de países o comunidades sometidos a los caprichos meteorológicos de sus vecinos, una extraña nueva frontera de la geopolítica.
El futuro es ahora, dicen por allí.
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