Astrómomo de Harvard sugiere que el tercer visitante interestelar “3I/ATLAS” es una sonda artificial
Publicado el 17 Jul 2025
© Imagen: GROK / Avi Loeb - Edición: codigooculto.com

Nuevamente el afamado físico y astrónomo de Harvard, Avi Loeb, ha vuelto a ser noticia. Esta vez se ha referido al tercer visitante interestelar “3I/ATLAS”, sugiriendo que es una “sonda espacial artificial”, es decir, de origen alienígena. Cabe resaltar que hace algunos años, dijo lo mismo del primer visitante, ‘Oumuamua.

En las siguientes líneas, el autor de esta investigación, Avi Loeb, sustenta su teoría: ¿3I/ATLAS, una sonda artificial alienígena?

Una de las soluciones a la pregunta de Enrico Fermi sobre los extraterrestres: “¿Dónde está todo el mundo?”, la ofrece la hipótesis del bosque oscuro, popularizada por la novela de ciencia ficción de Cixin Liu “El bosque oscuro“. Esta hipótesis propone que nuestro vecindario cósmico es peligroso, lleno de civilizaciones inteligentes que son hostiles y silenciosas para evitar ser detectadas por posibles depredadores. En este contexto, el silencio en las búsquedas de señales de radio por parte de la comunidad SETI no se debe a la falta de civilizaciones extraterrestres inteligentes, sino a que temen la destrucción mutua.

La Agencia Espacial Europea (ESA) observa el cometa interestelar 3I/ATLAS.

La Agencia Espacial Europea (ESA) observa el cometa interestelar 3I/ATLAS. Crédito de imagen: ESA

Nuestro artículo explora la posibilidad de que el objeto interestelar recientemente descubierto, 3I/ATLAS, pueda proporcionar pruebas que respalden la hipótesis del bosque oscuro. Este nuevo intruso interestelar ha mostrado una serie de características anómalas, algunas de las cuales se resumieron en un ensayo que escribí poco después de su descubrimiento. En particular:

1. El plano orbital retrógrado (definido por el vector del momento angular orbital) de 3I/ATLAS alrededor del Sol se encuentra dentro de los 5 grados del de la Tierra, el llamado plano eclíptico. La probabilidad de que se produzca esa coincidencia entre todas las orientaciones aleatorias es del 0.2 %.

2. Como mostré en un artículo reciente, el brillo de 3I/ATLAS implica que se trata de un objeto de unos 20 kilómetros de diámetro (para un albedo típico del 5 %), demasiado grande para ser un asteroide interestelar. Deberíamos haber detectado un millón de objetos por debajo de la escala de 100 metros del primer objeto interestelar registrado, 1I/`Oumuamua, por cada objeto de 20 kilómetros.

3. No se han encontrado características espectrales de gas cometario en las observaciones espectroscópicas de 3I/ATLAS. El enrojecimiento detectado de la luz solar reflejada podría tener su origen en la superficie del objeto. Los datos relacionados se pueden encontrar aquí y aquí. La nebulosidad observada alrededor de 3I/ATLAS (véanse las imágenes aquí, aquí y aquí) no es concluyente, dado el movimiento del objeto y la inevitable difuminación de su imagen durante el tiempo de exposición.

4. En cuanto a sus parámetros orbitales, 3I/ATLAS está sincronizado para acercarse inusualmente a Venus (0.65 au, donde 1 au es la separación entre la Tierra y el Sol), Marte (0.19 au) y Júpiter (0.36 au), con una probabilidad acumulada del 0.005 % en relación con órbitas con los mismos parámetros orbitales pero con un tiempo de llegada aleatorio.

5. 3I/ATLAS alcanza el perihelio en el lado opuesto al Sol con respecto a la Tierra. Esto podría ser intencionado para evitar observaciones detalladas desde telescopios terrestres cuando el objeto es más brillante o cuando se envían dispositivos a la Tierra desde ese punto de observación oculto. La trayectoria retrógrada a una velocidad en el perihelio de 68 kilómetros por segundo, opuesta a la dirección del movimiento de la Tierra alrededor del Sol a 30 kilómetros por segundo, hace que la diferencia de velocidad entre la Tierra y 3I/ATLAS sea de 98 kilómetros por segundo. Por lo tanto, es impracticable para los terrícolas aterrizar en 3I/ATLAS en su punto más cercano a bordo de cohetes químicos, ya que nuestros mejores cohetes alcanzan como máximo un tercio de esa velocidad.

6. El punto óptimo para que una maniobra de Oberth solar inversa quede ligada al Sol es en el perihelio. En una maniobra Oberth, el empuje de una nave espacial se aplica a su velocidad orbital máxima, es decir, en el periapsis, con el fin de maximizar el cambio resultante en la energía cinética. Esto se aplica tanto a la aceleración para escapar del sistema solar como a la desaceleración desde una velocidad elevada (una “maniobra Oberth inversa”) con el fin de frenar, permanecer ligado al Sol y, potencialmente, visitar un planeta como la Tierra. Es este punto de ruptura óptimo para 3I/ATLAS el que nos oculta el Sol.

7. La dirección desde la que se aproxima 3I/ATLAS está orientada hacia el brillante centro de la Vía Láctea, donde la aglomeración de estrellas de fondo dificultó su detección antes de julio de 2025. Las figuras 1 y 2 de nuestro artículo muestran que, si los astrónomos hubieran detectado 3I/ATLAS más de un año antes, habríamos tenido la oportunidad de lanzar una nave espacial que podría haber interceptado 3I/ATLAS en su trayectoria. A estas alturas, tal interceptación no es factible con cohetes químicos.

8. La velocidad necesaria para lanzar dispositivos desde 3I/ATLAS para interceptar Venus, Marte o Júpiter es inferior a 5 kilómetros por segundo, lo que es factible con misiles balísticos intercontinentales.

Indicios de inteligencia extraterrestre

La alineación cercana de la trayectoria retrógrada de 3I/ATLAS con el plano de la eclíptica ofrece diversas ventajas a una inteligencia extraterrestre, ya que permite a una nave espacial acceder a la Tierra con relativa impunidad. El eclipse de 3I/ATLAS por el Sol en el perihelio para los observadores en la Tierra permitiría a una nave espacial realizar una maniobra clandestina de Oberth solar inversa, una estrategia óptima de alto empuje para que las naves espaciales interestelares frenen y permanezcan unidas al Sol. Una interceptación óptima de la Tierra implicaría una llegada a finales de noviembre o principios de diciembre de 2025. La detección de una aceleración no gravitatoria también podría indicar la intención de interceptar a Júpiter, no muy lejos de la trayectoria de 3I/ATLAS, y una estrategia para encontrarse con él después del perihelio.

No es solo una “nave averiada”

Nuestro artículo se basa en una hipótesis notable pero comprobable de que 3I/ATLAS es un artefacto tecnológico en funcionamiento, a lo que ni yo ni mis dos coautores atribuimos necesariamente. Sin embargo, esta hipótesis merece un análisis científico por dos razones:

1. Las consecuencias, en caso de que la hipótesis resultara correcta, podrían ser potencialmente nefastas para la humanidad y posiblemente requerirían la adopción de medidas defensivas (aunque estas podrían resultar inútiles).

2. La hipótesis es un ejercicio interesante en sí mismo y es divertido explorarla, independientemente de su probable validez.

Dada su velocidad interestelar de 60 kilómetros por segundo, 3I/ATLAS entró en el límite exterior del Sistema Solar (a 100 000 veces la distancia entre la Tierra y el Sol) hace aproximadamente 8000 años. Esto fue más o menos cuando las tecnologías creadas por el ser humano avanzaron lo suficiente como para empezar a documentar la historia en la Tierra.

Los objetos interestelares son visitantes de sistemas solares lejanos y muy difíciles de detectar, sin embargo, gracias el telescopio Gemini Norte un grupo de astrónomos logró capturar imágenes del recientemente descubierto 3I/ATLAS, el tercer objeto de este tipo encontrado.

Los objetos interestelares son visitantes de sistemas solares lejanos y muy difíciles de detectar, sin embargo, gracias el telescopio Gemini Norte un grupo de astrónomos logró capturar imágenes del recientemente descubierto 3I/ATLAS, el tercer objeto de este tipo encontrado. Crédito de imagen: noirlab.edu

¿Intenciones benignas o malignas?

Si la hipótesis sobre un artefacto tecnológico resulta ser correcta, entonces hay dos posibles implicaciones: primero, que las intenciones de 3I/ATLAS son totalmente benignas, y segundo, que son malignas. En el primer caso, la humanidad no tiene que hacer nada más que esperar la llegada de este mensajero interestelar con los brazos abiertos. Es la segunda opción la que preocupa mucho.

Dadas las dramáticas implicaciones de la segunda posibilidad, podemos aplicar la lógica de la apuesta de Pascal, que sugería que es más racional creer en la existencia de Dios que no creer en ella. La idea del matemático Blaise Pascal era que los beneficios potenciales de creer (en nuestro caso, alertar a la humanidad del riesgo existencial que supone 3I/ATLAS) superan con creces las pérdidas potenciales (en nuestro caso, una idea teórica que no describe la realidad), mientras que las pérdidas potenciales de no creer son mucho mayores que los beneficios potenciales.

Nuestro artículo es en gran medida un ejercicio pedagógico, con interesantes conclusiones que merecen ser recogidas en la literatura científica. El resultado más probable, con diferencia, es que 3I/ATLAS sea un objeto interestelar completamente natural, probablemente un cometa, y esperamos los datos astronómicos que respalden este probable origen.

No obstante, desde una perspectiva abierta y sin prejuicios, nuestro artículo incluye muchas ideas interesantes que podrían aplicarse a decenas de objetos interestelares que se espera detectar en la próxima década gracias al observatorio Vera C. Rubin.

El riesgo existencial que supone la inteligencia alienígena (IA externa) no se debate con tanta frecuencia como otros riesgos existenciales, como la inteligencia artificial (nuestra IA). En un bosque oscuro, la incertidumbre sobre la fuerza relativa de uno mismo puede llevar a esconderse como mecanismo de supervivencia, especialmente si una civilización ha sufrido daños en el pasado. Además, el dominio podría depender del tiempo, ya que siempre podría surgir una civilización tecnológica joven que se hiciera poderosa rápidamente, lo que requeriría misiones de reconocimiento en trayectorias similares a la de 3I/ATLAS.

Pronto nos daremos cuenta de que la extensión de la selección natural al espacio interestelar implica la supervivencia del más apto. En un ensayo reciente, ofrecí una serie de métodos para distinguir una nave espacial extraterrestre de una roca interestelar. Espero que otros astrónomos utilicen esta lista. Ignorar la opción tecnológica no es señal de inteligencia.

La investigación realizada por Adam Hibberd y Adam Crowl, de la Initiative for Interstellar Studies de Londres, Reino Unido, junto a Avi Loeb, ha sido publicada en en el repositorio de la Harvard University.

.[FT: Medium / Avi Loeb]

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Por: CodigoOculto.com

Redacción CODIGO OCULTO

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La verdad es más fascinante que la ficción.

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