Se ha obtenido la primera imagen de Neptuno tomada por el telescopio espacial James Webb (JWST) de NASA, revelando los últimos y mejores detalles de la atmósfera, las lunas y los anillos del gigante de hielo en longitudes de onda infrarrojas.
Algunos de esos detalles -por ejemplo, las tenues bandas de polvo que rodean a Neptuno- no se habían sacado a la luz desde que la sonda Voyager 2 pasó por allí en 1989.
Heidi Hammel, astrónoma y científica interdisciplinaria del equipo del JWST que se especializa en Neptuno, dijo en un comunicado:
“Han pasado tres décadas desde la última vez que vimos esas tenues bandas de polvo, y esta es la primera vez que las vemos en el infrarrojo”.
Una mirada a los anillos de Neptuno
Los anillos más brillantes de Neptuno destacan aún más claramente.
En las imágenes de luz visible, Neptuno aparece como un punto azul intenso, gracias al metano de su atmósfera. Pero la imagen de la Near-Infrared Camera del JWST, o NIRCam, proyecta el disco del planeta en tonos blancos nacarados. Las nubes de hielo de metano a gran altura aparecen como rayas y manchas brillantes.
Una banda continua de nubes de gran latitud puede verse rodeando el vórtice del polo sur de Neptuno.
También hay una fina línea de brillo en el ecuador, que según el equipo del JWST podría ser una firma visual de la circulación atmosférica global que impulsa los vientos y las tormentas de Neptuno. Esa corriente cálida brilla más en las longitudes de onda infrarrojas.
La imagen completa muestra siete de las 14 lunas conocidas de Neptuno, incluyendo un punto de luz brillante que es la luna más grande de Neptuno, Tritón. (Los astrónomos sospechan que Tritón es en realidad un mundo helado del Cinturón de Kuiper del sistema solar que fue capturado por el campo gravitatorio de Neptuno).
Una proeza del James Webb
Las imágenes infrarrojas del JWST están optimizadas para observar las fronteras del cosmos, incluidos los objetos extremadamente desplazados al rojo cerca del borde del Universo observable.
Los detectores infrarrojos también son idóneos para observar el interior de nebulosas polvorientas y analizar las atmósferas de planetas alienígenas.
Pero, como ilustran las imágenes publicadas hoy, el JWST también puede producir nuevas vistas de los objetos celestes de nuestro propio Sistema Solar.
El mes pasado, los astrónomos revelaron las primeras imágenes de Júpiter, así como sus auroras polares y sus débiles anillos.
Y este mes, el JWST capturó sus primeras imágenes y datos espectrales de Marte.
Han pasado ocho meses desde que el telescopio de seis toneladas llegó a su punto de observación, a un millón de kilómetros de la Tierra, y los astrónomos han quedado maravillados por los resultados obtenidos hasta ahora.
Pero también ha habido problemas, y a diferencia del Telescopio Espacial Hubble en su época de esplendor, no hay forma de que un equipo de reparación haga una llamada de servicio.
El problema más reciente tiene que ver con el aumento de la fricción en uno de los mecanismos del Mid-Infrared Instrument del JWST, o MIRI. Debido a este problema, el equipo del JWST ha interrumpido las observaciones de MIRI en su modo de espectroscopía de media resolución hasta que se encuentre una solución adecuada.
El lado positivo es que MIRI todavía puede realizar observaciones en otros modos, y NIRCam -el instrumento que captó la vista de Neptuno del telescopio- no se ve afectado por el fallo.
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