Portavoces rusos han comunicado que la nave espacial Progress fue golpeada por “algo” desde el exterior. No es la primera vez que esto ocurre, en dos meses dos naves espaciales rusas han sido golpeadas de esta manera, afirman.
En cuestión de meses, dos naves rusas acopladas a la Estación Espacial Internacional han sufrido misteriosas fugas.
En diciembre, una cápsula tripulada Soyuz acoplada, bautizada como MS-22, expulsó al espacio líquido procedente de un conducto de refrigeración roto, después de que las autoridades presumieran que había sido alcanzada por un micrometeoroide. A principios de este mes, otra nave espacial, la Progress MS-21, también acoplada a la estación, experimentó una fuga similar.
Impacto externo
Ahora, tras poco más de una semana de investigaciones, la corporación espacial rusa ha llegado a la conclusión de que la segunda fuga fue causada por un “impacto externo”, tal como informa Ars Technica, y no por un defecto de fabricación.
Pero que dos naves espaciales distintas sufrieran daños externos -y muy cerca de sus radiadores de calor- parece una gran coincidencia, como argumenta Ars, lo que sugiere que puede haber algo más en la historia.
Cuáles son las posibilidades
En una actualización del martes, los responsables de Roscosmos concluyeron que el “carguero sufrió un impacto externo“. Esta conclusión se basó en fotos que revelaron “cambios en el exterior del vehículo”.
Una imagen compartida por los funcionarios muestra el lugar del impacto y los daños en la nave espacial de carga Progress, un pequeño agujero rodeado de manchas marrones. Otra foto muestra los daños que sufrió la cápsula Soyuz MS-22 en diciembre, una zona de impacto de aspecto muy diferente.
Crédito: Roscosmos
Teniendo en cuenta lo pequeñas que son las zonas, parece una enorme coincidencia que dos naves espaciales distintas sufrieran “impactos externos” muy similares y daños en sus sistemas de refrigeración en cuestión de sólo dos meses.
¿Busca Rusia una excusa para abandonar definitivamente la Estación Espacial Internacional? ¿Hubo algo más en juego, o realmente dos micrometeoritos golpearon dos naves espaciales -que se ven empequeñecidas por la estación mucho más grande a la que están acopladas- al mismo tiempo?
En este punto, tenemos muchas más preguntas que respuestas.
Afortunadamente, aunque la tripulación de astronautas que debía regresar a la Tierra a bordo de la Soyuz MS-22 quedó temporalmente atrapada en el espacio, serán recogidos por una cápsula de reemplazo llamada MS-23 que tiene previsto despegar a finales de esta semana.
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