El objeto interestelar 3I/ATLAS continúa mostrando una anticola claramente orientada hacia el Sol a medida que se acerca a la Tierra, un comportamiento que ha persistido durante meses y que no puede explicarse únicamente por efectos geométricos o de perspectiva. Observaciones recientes confirman que esta estructura sigue presente incluso después del perihelio, reforzando la idea de que se trata de un fenómeno físico real asociado al propio objeto. Este comportamiento inusual ha convertido a 3I/ATLAS en uno de los visitantes interestelares más intrigantes observados hasta la fecha y en un caso de estudio clave para comprender la física de los cometas que provienen de otros sistemas estelares.
Un visitante interestelar en seguimiento continuo
3I/ATLAS fue identificado como un objeto interestelar debido a su trayectoria hiperbólica, lo que implica que no está gravitacionalmente ligado al Sol y que atraviesa el Sistema Solar solo una vez. Desde su descubrimiento, ha sido observado por telescopios espaciales y terrestres, permitiendo un seguimiento detallado de su evolución conforme se acerca y se aleja del Sol.
Según Avi Loeb, profesor de la Universidad de Harvard, la particularidad más destacada de 3I/ATLAS no es únicamente su origen interestelar, sino la persistencia de una estructura orientada hacia el Sol que permanece visible durante diferentes fases de su trayectoria. Loeb señala que esta anticola ya era visible antes del perihelio y continúa siendo detectable después de él, lo que descarta que sea un efecto pasajero causado por un ángulo específico de observación desde la Tierra.
La anticola como estructura física real
En los cometas convencionales, las colas se extienden en dirección opuesta al Sol debido a la presión de la radiación solar y al viento solar. En cambio, la anticola de 3I/ATLAS apunta hacia el Sol, un comportamiento que resulta contraintuitivo desde el punto de vista clásico de la dinámica cometaria.
Avi Loeb explica que las imágenes más recientes, obtenidas el 13 de diciembre de 2025 con un telescopio de 0.26 metros en Tailandia, muestran claramente esta anticola orientada en dirección solar. La continuidad temporal de la observación, combinada con datos previos del Telescopio Espacial Hubble, respalda la interpretación de que la anticola no es una ilusión óptica, sino una estructura persistente asociada al objeto.
Loeb destaca que, si la anticola fuese un simple efecto de perspectiva, su orientación habría cambiado de forma significativa tras el perihelio. Sin embargo, esto no ha ocurrido, lo que refuerza la hipótesis de una explicación física subyacente.

Imagen de 3I/ATLAS, tomada el 13 de diciembre de 2025 a las 21:30:26 UTC con un telescopio de 0,26 metros en Rayong, Tailandia. El campo de visión abarca 0,72 millones de kilómetros de lado a la distancia de 3I/ATLAS desde la Tierra, 271 millones de kilómetros. Los tres paneles inferiores muestran el mapa de brillo proyectado en colores falsos y en blanco y negro, respectivamente. El panel superior muestra un mapa de brillo con gradiente rotacional con un filtro Larson-Sekanina. Una prominente anticola, poco común en los cometas, apunta en dirección al Sol, hacia la parte inferior izquierda. Crédito de imagen: Teerasak Thaluang
Hipótesis sobre el origen de la anticola
El artículo analiza posibles mecanismos que podrían dar lugar a esta estructura inusual. Una de las explicaciones propuestas se basa en la presencia de partículas expulsadas desde la superficie del objeto que, debido a sus propiedades físicas, no se comportan como el polvo típico de los cometas del Sistema Solar.
Loeb plantea que la anticola podría estar compuesta por partículas relativamente grandes o por granos de hielo que reflejan la luz solar de manera eficiente mientras se evaporan antes de ser empujados significativamente por la presión de radiación. Este proceso permitiría que la estructura se mantenga orientada hacia el Sol durante un periodo prolongado.
Otra posibilidad discutida es que la anticola esté relacionada con una liberación anisotrópica de material desde regiones específicas del objeto, generando una distribución no simétrica de partículas alrededor del núcleo. Este tipo de comportamiento no es común en cometas bien estudiados, pero podría ser más frecuente en objetos interestelares con historias térmicas y estructurales distintas.
Observaciones antes y después del perihelio
El artículo subraya la importancia de las observaciones realizadas tanto antes como después del perihelio para descartar explicaciones geométricas simples. Imágenes del Hubble obtenidas en julio de 2025, así como observaciones posteriores al perihelio, muestran coherencia en la orientación y forma de la anticola.
Avi Loeb señala que esta consistencia temporal constituye uno de los argumentos más sólidos a favor de que la anticola sea una característica intrínseca del objeto. En sus palabras, la persistencia del fenómeno sugiere que estamos observando un proceso físico activo y no una coincidencia visual.
Implicaciones para el estudio de objetos interestelares
La presencia de una anticola duradera en 3I/ATLAS tiene implicaciones importantes para la comprensión de los objetos interestelares. Estos cuerpos pueden presentar composiciones, estructuras internas y mecanismos de actividad distintos a los de los cometas formados en el Sistema Solar.
Loeb destaca que 3I/ATLAS ofrece una oportunidad excepcional para estudiar directamente material procedente de otro sistema estelar y observar cómo responde al entorno solar. El comportamiento observado podría indicar que los modelos clásicos de actividad cometaria necesitan ampliarse para incorporar una mayor diversidad de propiedades físicas.

Imagen de 3I/ATLAS, tomada el 13 de diciembre de 2025 a las 21:30:26 UTC con un telescopio de 0,26 metros en Rayong, Tailandia. El campo de visión abarca 0,72 millones de kilómetros de lado a la distancia de 3I/ATLAS desde la Tierra, 271 millones de kilómetros. Los tres paneles inferiores muestran el mapa de brillo proyectado en colores falsos y en blanco y negro, respectivamente. El panel superior muestra un mapa de brillo con gradiente rotacional con un filtro Larson-Sekanina. Una prominente anticola, poco común en los cometas, apunta en dirección al Sol, hacia la parte inferior izquierda. Crédito de imagen: Teerasak Thaluang
Un caso clave para la astronomía moderna
A medida que 3I/ATLAS continúa su paso por el Sistema Solar, el seguimiento detallado de su anticola y de otras características permitirá refinar las teorías existentes sobre la física de los cometas interestelares. La persistencia de esta estructura orientada hacia el Sol convierte a este objeto en un ejemplo singular que desafía las expectativas convencionales.
El análisis presentado por Avi Loeb no propone conclusiones definitivas, pero sí establece con claridad que la anticola de 3I/ATLAS es real, duradera y digna de una investigación profunda. En este sentido, 3I/ATLAS se consolida como un laboratorio natural para explorar los límites de nuestro conocimiento sobre los cuerpos que viajan entre las estrellas.
Referencias: “3I/ATLAS Still Shows an Anti-Tail, as it Gets Closer to Earth”, Medium, Avi Loeb. (Fuente)
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Por: CodigoOculto.com












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