El hombre, conocido como Lobo y «guardián del bosque», es solo uno de al menos 135 indígenas asesinados en la Amazonía durante el último año.
Paulo Paulino Guajajara, un miembro del grupo indígena Guajajara de 26 años que vive en la selva amazónica de Brasil, fue asesinado el viernes (1 de noviembre) por un grupo de madereros que trabajaban ilegalmente en el área.
Guajajara, también conocido como «Lobo», estaba en una expedición de caza con un amigo cuando cinco madereros los emboscaron, informó Reuters. Durante el encuentro, los madereros le dispararon en la cara a Lobo y lo mataron, e hirieron gravemente a su amigo, un líder tribal llamado Laercio Guajajara, siendo llevado al hospital. Uno de los madereros también fue reportado muerto, según Reuters.
En una ardiente declaración lamentando la muerte del Sr. Guajajara, la asociación de pueblos indígenas brasileños dijo que la administración Bolsonaro tenía ‘sangre indígena’ en sus manos.
Lobo era un miembro del grupo llamado «Guardianes del bosque». Esta brigada conformado por 120 miembros del pueblo guajajara se formó en 2012 para proteger a su tribu, así como un grupo indígena aún más vulnerable que vive en aislamiento voluntario en un pedazo de bosque llamado Araribóia. Esta sección del bosque está protegida constitucionalmente como tierra indígena, pero la deforestación ha separado la franja del resto de la Amazonía. Araribóia es un blanco frecuente de incursiones de tala ilegal, informó Reuters.
Estas incursiones suelen terminar en violencia. Un informe reciente del Consejo Misionero Indígena de Brasil, una organización formada por obispos católicos para defender a los grupos indígenas de la Amazonía, descubrió que 135 personas indígenas fueron asesinadas en 2018, casi un 23% más que en 2017. El aumento en las muertes coincide con la elección del presidente brasileño Jair Bolsonaro, quien prometió abrir las tierras indígenas protegidas al desarrollo económico. (La administración de Bolsonaro también pasó por alto las operaciones de tala ilegal que provocaron la ignición de cientos de incendios forestales en todo el Amazonas a principios de este año).
Desde 2012, los madereros han asesinado al menos a tres Guardianes del Bosque. Durante ese tiempo, los guardianes incendiaron unos 200 campos de tala ilegal, dijo a Reuters un líder de la brigada.
A principios de este año, miembros de Guajajara solicitaron al gobierno brasileño (dos veces) protección contra los madereros cada vez más agresivos. El gobierno no ha tomado medidas para proteger a Araribóia o su gente, según informa The New York Times.
Lobo deja un hijo.
¿Hasta cuando las comunidades nativas de la Amazonía van a seguir sufriendo el ataque de madereros, mineros, traficantes, etc? Las políticas del gobierno de Brasil solo han impulsado que estos grupos «terroristas» se fortalezcan y se animen a realizar más actos contra las personas que han vivido por cientos de años en estos territorios de selva. ¡Hasta cuando Bolsonaro! F.T.
Fuente: Live Science / Reuters / The New York Times
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