No es solo cosa del pasado, muchos objetos voladores no identificados han sido derribando y siguen cayendo en diversas partes del mundo. Existen diferentes informes al respecto, pero hay uno bastante detallado y tiene que ver con un memorándum secreto sobre un No Identificado caído en Canadá.
En un ambiente enrarecido por las tensiones en torno a la seguridad nacional y la siempre escurridiza pregunta de “¿estamos solos?”, recientemente ha salido a la luz un curioso incidente. Se trata de la historia de un fenómeno aéreo no identificado (UAP/FANI) -comúnmente conocido como OVNI– interceptado y derribado por un F-22 Raptor estadounidense en el remoto territorio canadiense de Yukón. Inicialmente descartado como un globo espía chino, el objeto surge ahora como una pieza central en un renovado enfoque global sobre sucesos aéreos inexplicables.
El incidente del Yukón: Una mirada más cercana
En un día aparentemente normal de febrero, el F-22 Raptor estadounidense, uno de los cazas más avanzados del mundo, se enfrentó a un objeto no identificado sobre los helados paisajes del territorio del Yukón. Según los informes, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, recibió un memorándum “secreto” en el que se informaba de que se trataba del 23º incidente con un objeto no identificado en Norteamérica en las primeras semanas de 2023.
En particular, este incidente se produjo tras el derribo de lo que se creía que era un globo espía chino frente a la costa de Carolina del Sur. Esto llevó a muchos a categorizar inicialmente el objeto de Yukon como otro probable intento de espionaje, especialmente en el contexto de otros tres objetos no identificados que fueron interceptados por la misma época. Sin embargo, los detalles sugieren una naturaleza más misteriosa del objeto derribado en el Yukón.
El memorándum “secreto”
El memorándum destinado al Primer Ministro canadiense, obtenido mediante una solicitud de la Ley de Libertad de Información, añade capas de complejidad a un relato ya de por sí complicado. Enviado el 14 de febrero, el documento se distribuyó con cautela a unos pocos elegidos, incluido el asesor de seguridad nacional de Trudeau, Jody Thomas, y con el visto bueno de Janice Charette, que era la secretaria de la Oficina del Consejo Privado de Canadá en ese momento.
Aunque la mayoría de los UAP suelen resultar inofensivos, el memorándum afirma explícitamente que la finalidad, los medios de propulsión o la afiliación a cualquier Estado-nación específico del objeto de Yukón siguen sin confirmarse. Además, las duras condiciones y el terreno remoto y montañoso han impedido los esfuerzos de recuperación, dejando sin respuesta las preguntas sobre su naturaleza.
Pueden ver el memorándum a continuación:
¿No identificado o inexplicable?
Lo que hace que el incidente de Yukón deje de ser una mera curiosidad para convertirse en un tema de intensa investigación es el cambio de actitud mundial hacia los OVNIs. El Pentágono y la NASA han incrementado sus investigaciones, reconociendo estos fenómenos como algo más que forraje para teorías conspirativas. El memorando dirigido al Primer Ministro Trudeau muestra un sentimiento similar en Canadá, lo que indica que los gobiernos se están tomando estos incidentes lo suficientemente en serio como para implicarse al más alto nivel.
Además, la identificación inicial del objeto como un “presunto globo” con forma “cilíndrica” no hace sino intensificar la intriga. Esto plantea preguntas significativas: ¿Qué llevó al F-22 Raptor a atacar un objeto que no estaba confirmado como hostil ni claramente identificado? ¿Qué implicaciones tiene esto para nuestra comprensión de la seguridad del espacio aéreo? Y, sobre todo, ¿qué era ese objeto?
Cálculo global
El presidente estadounidense Joe Biden ha sugerido que estos misteriosos objetos son probablemente benignos, posiblemente incluso globos privados o de investigación. Pero si ese es el caso, ¿por qué los memorandos clasificados y las reuniones informativas de alto nivel? ¿Por qué el repentino aumento de las capacidades de vigilancia, como indicó el portavoz del Departamento de Defensa Nacional de Canadá?
El incidente de Yukón podría ser sólo la punta de un iceberg en un mar de preguntas sin respuesta sobre nuestros cielos y, por extensión, sobre nuestro lugar en el universo. Ha reforzado el argumento de que hay más allá de lo que se ve a simple vista, o de lo que ven nuestros radares.
El derribo del objeto no identificado en Yukón por un F-22 Raptor ha abierto la caja de Pandora de las curiosidades y preocupaciones. A la espera de nuevas revelaciones e investigaciones, una cosa está clara: el mundo está observando, y tal vez alguien -o algo- también. La narrativa ha cambiado, y a medida que las naciones reevalúan su enfoque hacia los fenómenos aéreos no identificados, uno sólo puede preguntarse qué otros secretos guardan los cielos.
Lo que empezó como un simple parpadeo en el radar de una remota zona de Canadá se ha catapultado a un debate mundial y, al parecer, las discusiones no han hecho más que empezar.
Ojo al piojo:
Que un objeto volador no identificado haya sido derribado por un avión caza nos sugiere la idea de que no se trataba de un artefacto de origen extraterrestre. ¿Globo espía? ¿Prototipo de China? Son muchas las interrogantes, pero la censura de los países involucrados se intensifica, lamentablemente. Fernando T.
[H/T: ovnihoje]
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Crédito imagen de portada: depositphotos.com
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