Las portadas de la revista “The Economist” se han convertido en una especie de “oráculo” que predice los más importantes acontecimientos mundiales por ocurrir. Sin embargo, para algunos no sería una “predicción”, sino “programación predictiva”, es decir que nos anticipan lo que saben que va a ocurrir. ¿Existen poderosos intereses que deciden con mucha antelación el rumbo que seguirá el mundo, la geopolítica, la economía? Los más recientes eventos sugieren que Sí.

The Economist publicó su anticipada portada de 2025 el 19 de noviembre. Esta vez, la publicación británica ha codificado en imágenes los posibles acontecimientos de 2025. Los tonos negros y rojos parecen bastante ominosos, y sobre este telón de fondo aparecen líderes mundiales como Vladimir Putin, Donald Trump y Xi Jinping. En conjunto, los elementos del rompecabezas forman la semejanza de un rostro humano.

Naturalmente, esto no quiere decir que el puzzle sea tan transparente y directo como de costumbre: The Economist es un reto de interpretación, y ni siquiera se trata de interpretaciones, sino más bien de sus aspiraciones. Pero, a pesar de ello.

The Economist publicó su portada de 2025 con la siguiente leyenda: “En un año que promete un grado inusual de cambio e incertidumbre. El mundo por delante te ayuda a ver lo que está por venir y a descifrar lo que podría suceder después”. Crédito de imagen: The Economist / Twitter

Donald Trump y una máscara

El aspecto principal y más significativo que sólo los verdaderamente iluminados observaron fue el rostro oculto dentro del puzzle. Directamente encima del rostro hay un retrato o una máscara de Donald Trump, en particular sobre los sombríos tonos negros y rojos asociados a la hermandad jesuita.

Putin y un átomo

En el retrato de Putin aparece un símbolo de un átomo pacífico, parecido a un núcleo con electrones orbitando, similar al logotipo del Organismo Internacional de Energía Atómica, acompañado de un texto mecanografiado corregido a mano. Esto podría sugerir una revisión de la doctrina nuclear rusa en nuevas circunstancias.

Ursula von der Leyen y el símbolo de la energía nuclear

Por el contrario, el retrato de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, muestra el símbolo del aspecto destructivo de la energía nuclear: una señal de radiación dentro de un marco rojo y negro, que parece bastante ominoso. Esto se ve acentuado por la presencia de un gran cohete y un hongo nuclear bajo la imagen de Donald Trump en el centro.

Por encima de esta escena se alza una ciudad inmensa y sombría, con rascacielos que emiten smog por sus chimeneas, desprovistos de toda consideración ecológica. Por encima, el planeta Saturno y su emblemático anillo se ciernen, recordando a la carta 74 del Tarot, emblema de la destrucción.

¿Qué significa la presencia de Saturno en la portada?

El planeta Saturno, representado sobre The Economist, invita a dobles interpretaciones. Algunos con conocimientos limitados se centran únicamente en el culto a Saturno, sin ser conscientes de sus complejidades. En la mitología, Saturno, o Kronos, presidía la Edad de Oro de la Tierra, una promesa de la que se hace eco Donald Trump para Estados Unidos. Se profetiza que la diosa de la justicia, Astraea, anunciará el retorno de esta era: su llegada precederá a la de Saturno.

Curiosamente, Gran Bretaña ha bautizado sus últimas cabezas nucleares con el nombre de Astraea. Esto podría explicar la imaginería nuclear en la imagen, junto con la representación de una metrópolis oscurecida y un apagón etérico completo debajo de Saturno.

“Astraea, descendiente de Astraeus y Eos, es la diosa virgen que personifica la justicia, la inocencia, la pureza y la precisión. Es sinónimo de Dike, la diosa de la justicia e hija de Zeus y Temis. A diferencia de Crono, que reinaba junto a su consorte Rea, Astrea no gobernaba. Como deidad de la justicia, ayudó a Zeus en la batalla contra los Titanes. Astrea es el emblema de la armonía y la justicia que reinaron durante la Edad de Oro. Se profetiza que un día regresará a la Tierra para dar paso de nuevo a la Edad de Oro, junto con Saint Germain”.

En la imagen quedan muchas flechas, cuyo significado sólo conoce The Economist. Sin embargo, los entusiastas de la música señalan que estas flechas guardan un gran parecido con las imágenes del icónico álbum de Marilyn Manson.

Portada de un álbum de Marilyn Manson y su similitud con la reciente Portada de The Economist.

Descendiendo aún más, como si se tratara de la barbilla del colosal rostro velado tras Trump, uno se encuentra con la “tía medieval”, conocida como Jane Austen:

Jane Austen, a diferencia de Jane Eyre, suele considerarse literatura para chicas jóvenes; sin embargo, sigue siendo una figura de culto ampliamente reconocida. La razón de su aclamación es algo ambigua. Algunos especulan que, dado que la moralidad y la ética en la Tierra pueden caer en picado en 2025, el enfoque de Austen sobre el amor y la moralidad adquiere relevancia. Otros señalan que Austen fue contemporánea de la temprana lucha por la independencia de Estados Unidos, ya que nació el mismo año, 1775.

Japón entra en la escena

Posteriormente, le siguieron imágenes de apoyo similares al yen japonés. Algunos intérpretes lo consideran un símbolo del yuan fraternal, aunque el yen como moneda es anterior. Además, el símbolo está colocado en el lado izquierdo de la imagen, donde aparecen todas las figuras respetables, mientras que todo lo que se asocia con China y el comunismo está colocado a la derecha desde la perspectiva del espectador, o a la izquierda desde la perspectiva de un rostro prominente.

Junto al símbolo del yen hay una flecha hacia abajo. Se podría especular con que la moneda japonesa caerá en picado tres veces, pero la razón de que se represente un objeto así arriba sigue siendo una incógnita.

No se trata de la Tierra, la Luna o Marte. Quizá sea otro planeta cuyo acercamiento podría sumergir Japón.

Un tronco en el ojo del masón

En la composición, Trump se sitúa en el centro entre Oriente y Occidente, flanqueado por dos signos de dólar: uno más pequeño a su izquierda y otro más grande debajo de él. Esta disposición, junto con una flecha quebrada que se mueve hacia arriba, podría simbolizar el aumento de la deuda nacional de Estados Unidos.

¿Fin de la supremacía del dólar?

¿Se acerca el fin de la supremacía del dólar? Crédito de imagen: SLPix / Pixabay

A la derecha del gráfico, el ojo humano -que recuerda al “ojo que todo lo ve” del triángulo masónico del billete de un dólar- vigila las finanzas mundiales. Muy cerca aparece un reloj de arena, cuya arena se agota rápidamente, sugiriendo el inminente fin de la supremacía del dólar.

Los editores de la revista parecen haber elegido un coche eléctrico con la batería agotada para representar la crisis energética de Europa.

El resto de la ilustración también llama la atención: un conjunto de placas de circuitos impresos y vehículos Tesla; una jeringuilla llena hasta los dos tercios en el lado chino (lo que sugiere una pandemia o su tratamiento); un muro de ladrillos (¿posiblemente representando a los BRICS?); 64 cuadrados dentro de la imagen y 33 esquinas salientes; una urna destrozada (¿significando el fin de los juegos democráticos?); y un peculiar misil parecido al Pershing II, al Iskander o al ATACMS, que indica balística de corto alcance. Situado en el lado chino, es probable que se lance desde allí… o hacia allí.

Además, hay un reloj, que por un lado simboliza a Saturno, el dios del Tiempo, y por el otro, parece estar puesto en marcha, como iniciando una cuenta atrás para todo lo representado. Si la cuenta atrás del 11.19 ha comenzado, lo que queda es observar cómo se desarrollan los acontecimientos.

Los meses finales de 2024 han sido intensos para el mundo y recargados con mucha tensión ante el posible surgimiento de la Tercera Guerra Mundial. ¿2025 nos alejará mucho más de la anhelada Paz Mundial?

¿Te gustó este contenido? Te invito a compartirlo con tus amigos. Síguenos en nuestra Página de Facebook, para recibir a diario nuestras noticias. También puedes unirte a nuestro Grupo Oficial y a nuestra comunidad en Telegram.