Se ha publicado la última nota de John Allen Chau, el joven misionero que muriera debido a varios disparos de flecha perpetrados por indígenas de la isla Sentinel del Norte. La revelación da a conocer que no solo fue un intento de evangelizar, sino que fueron dos las ocasiones en que Chau trató de entablar contacto con la tribu, a pesar de que en la primera ocasión casi muere por una flecha.
John Allen Chau tenía el deseo de evangelizar a los habitantes de la isla Sentinel del Norte, pero no esperaba que su propósito lo lleve a la muerte. Él era consciente del riesgo que corría, pero decidió enfrentar sus miedos y acudir a la isla, en dos ocasiones.
La primera vez logró esquivar la muerte «de milagro», una de las flechas que le lanzaron impactó en su biblia, pero al día siguiente ya no tuvo tanta suerte.
El primer encuentro con los sentineleses
Tras volver rápidamente al barco, el estadounidense que llegó hasta esta tierra ubicada en el golfo de Bengala, en el océano Índico, escribió en su diario cómo fue ese primer encuentro con los sentineleses. El 15 de este mes, estuvo a centímetros de los nativos, quienes tenían los rostros pintados de amarillo. Les ofreció una pelota y pescado como regalo. Pero la respuesta no fue la esperada.
US missionary John Allen Chau killed after telling islanders ‘Jesus loves you’@rickygervais @RichardDawkins
Posted with out comment. pic.twitter.com/XRxJdL7XKc
— Chris Graham (@ChrisKi5) 22 de noviembre de 2018
En su diario Chau relata lo que les dijo a los nativos:
Mi nombre es John, te amo y Jesús te ama”.
Sin embargo, la respuesta fue agresiva y Chau tuvo que huir.
Me aseguré de estar fuera del alcance de las flechas, pero desafortunadamente eso significaba que también estaba fuera del rango de audición”.
Debido a la hostilidad, Chau les arrojó los regalos y huyó.
Chau escribió en su diario, según informa Daily Mail:
Me dispararon los sentineleses. Uno de ellos era un chico de unos diez años, tal vez un adolescente, más bajo comparado con aquellos que parecían ser adultos. El niño disparó una flecha directamente en mi Biblia, que estaba sosteniendo en mi pecho”.
Tras devolverles la flecha, que era «de metal, delgada y muy afilada», Chau corrió y nadó hasta el bote.
Nativo de la isla Sentinel del Norte disparando flechas a un helicóptero que llegó a examinar el territorio tras el tsunami en el océano Índico en 2004. Crédito: Indian Coastguard / Survival International
Chau continuó escribiendo:
Me persiguieron. Tuve que nadar casi una milla de vuelta al bote”.
Sin embargo, él relata que no sintió rencor por la reacción de los sentineleses, y así lo dejó escrito:
Padre, perdónalo a él y a cualquier persona en esta isla que trate de matarme… y especialmente perdónalos si tienen éxito”.
El segundo encuentro, el obstinado plan
Pese a todo, Chau decidió dormir en el bote para retornar al día siguiente y así estar una vez más cara a cara con los aborígenes.
En esta ocasión, Chau nuevamente se encomendó a su dios, y escribió en su diario:
Si quieres que me disparen o incluso que me maten con una flecha, que así sea. Pienso que podría ser más útil con vida, pero a ti, Dios, te doy toda la gloria de lo que pase. ¡No quiero morir! ¿Sería más prudente irse y dejar que alguien más continúe? No. No lo creo.
Nunca antes había sentido tanto dolor o pena. ¡Por qué! ¿Por qué un niño pequeño tuvo que dispararme hoy? Su voz aguda aún persiste en mi cabeza”.
Entonces, decidió volver a ver a los habitantes de la isla. Durante el encuentro Chau narra los hechos.
Isla Sentinel del Norte, el 14 de noviembre de 2005. Crédito: Gautam Singh / AP
Chau escribió:
Traté de repetir sus palabras. Se rieron la mayor parte del tiempo, así que probablemente estaban diciendo malas palabras o insultándome”.
Antes de dejar el bote y regresar a la isla el pasado viernes 16, Chau escribió sus párrafos finales:
Espero que estas no sean las últimas notas, pero si lo fuesen, para Dios sea la gloria”.
Y es así como Chau encontró la muerte ante su falta de precaución y en la creencia de que podría llevar el cristianismo a una tribu que prefiere permanecer aislada y no tener contacto con el mundo exterior.
¿Es tan difícil respetar los deseos de una comunidad? Esta muerte pudo ser evitada, tanto las autoridades como el mismo Chau pudieron haberlo hecho.
En lo personal soy una persona atea, que tengo un pensamiento científico y no mágico, y tengo fe solo en mi, y aunque respeto cualquier tipo de creencia, estoy consiente que todo lo que nos pasa es consecuencia de nuestras acciones, y no de una entidad divina. Pero, suponiendo, solo por un segundo, que está “entidad divina” existiera, no creen que le dio una gran señal de que no tenía que estar ahí, al ver que esa flecha impacto en su Biblia?