Los terremotos son responsables de cientos muertes al año y de millonarias pérdidas económicas, por eso los expertos trabajan en formas de detectarlos lo antes posible. Ahora, un cable de 10.000 kilómetros que conectan Los Ángeles con Santiago de Chile podría facilitar esta tarea.
La detección de terremotos ha sido una tarea importante para los especialistas en geofísica y geología del mundo. Anticiparse, a un sismo podría ayudar a salvar cientos de vidas.
Es por eso que se han instalado grandes sismógrafos en toda la superficie del planeta, aunque su construcción no ha sido fácil. Sus elevados costos, han generado que se estudien otras formas más económicas y eficientes para detectar movimientos telúricos.
Pero, en los últimos años, se ha experimentado con los millones de kilómetros de cables submarinos usados para las comunicaciones mundiales.
10.000 kilómetros de cables para detectar terremotos
Un equipo de geofísicos de Caltech, el Instituto de Tecnología de California, liderados por el sismólogo Zhongwen Zhan, ha estado realizando experimentos con un cable de 10.000 kilómetros de extensión.
Esta conexión se encuentra por todo lo largo de las costas del Pacífico, va desde Los Ángeles hasta Santiago de Chile.
Los expertos han descubierto, que la fibra óptica encendida de los cables, se puede usar como sensores de anomalías ya que son capaces de transportar luz cuando ocurre un terremoto. De esta forma, se podría dar aviso mucho más rápido a las comunidades afectadas.
El equipo estuvo nueve meses de duro trabajo, en donde se divisaron hasta 20 terremotos, incluyendo uno que afectó a Jamaica a comienzos del año pasado. Y lo consiguió solo con analizar los movimientos de luz, por el extenso cable submarino.
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¿Cómo un cable de fibra óptica común puede detectar terremotos? Para conseguirlo, los geofísicos monitorearon la «polarización electromagnética», una variable que básicamente es la orientación de la luz mientras se mueve en ondas.
Normalmente, los cables de fibra óptica se enfocan en transmitir la mayor cantidad de datos posibles, en el menor tiempo posible y esto lo hace a través de ondas de luz.
A la mínima oscilación de la polarización electromagnética, significa que ocurrirá un terremoto.
Un detector más eficiente
Lo más importante que aportan estos 10.000 kilómetros de cable submarino es la velocidad con que transmite los datos.
Hasta el momento, se ha detectado información a una velocidad de hasta 200.000 kilómetros por segundo. La mínima perturbación llegará a los especialistas casi al instante, por lo que podría ser la herramienta de prevención más efectiva.
Zhan explica que esto eliminará varios de los problemas que se tenía en el pasado, pues ni siquiera es necesario construir una enmarañada red de detección de terremotos ya que dichas polarizaciones electromagnéticas se están monitoreando
El mundo ya tiene millones de kilómetros de cables submarinos, por lo que esta nueva forma de análisis puede convertirlos en los mejores sensores geofísicos de la historia en un futuro.
Obviamente, no todo es un camino de rosas; aún faltan algunos inconvenientes por resolver, como determinar la magnitud del terremoto identificado o estandarizar el sistema de medición para que sea compatible con los sistemas ya instalados.
Tampoco se tiene claro si el clima puede ser un factor importante que afecte la estabilidad de los cables submarinos.
Respecto a este último punto, Zhan explica lo siguiente:
“Esta tecnología detecta muy bien los terremotos si están cerca del cable e incluso si hay algo de lluvia. Pero en el caso de un tsunami, por ejemplo, debido a que una ola puede durar un periodo muy largo, no sabemos aún, si este instrumento lo puede detectar de igual manera”.
Sin duda, este es un gran paso para solucionar uno de los grandes problemas de la ciencia en general y de los gobiernos del mundo; la prevención de terremotos. Si los estudios llevan al equipo por un buen camino, millones de vidas podrían ser salvadas en el futuro.
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