Debido a la peor sequía ocurrida en los últimos 100 años, doscientos barcos quedaron atascados en el canal de Panamá. Las escenas son sorprendentes y podrían predecir una problemática que pondría al mundo de cabeza: la falta de agua.
¿Recuerdas el caos que se produjo en 2021 cuando un carguero se quedó atascado y bloqueó el paso por el Canal de Suez?
Ahora, una enorme flotilla de buques se encuentra atascada en el peor embotellamiento del mundo en el Canal de Panamá, y el final de este nuevo amontonamiento acuático podría tardar al menos unas semanas.
Según informa The Wall Street Journal, el famoso canal excavado por el hombre tiene más de 200 barcos esperando pasar por él mientras su tránsito sigue obstaculizado gracias a la peor sequía que ha sufrido en un siglo.
El canal, de 80 km de longitud, depende del agua de lluvia para reabastecerse. Cuando no llueve lo suficiente, las autoridades que controlan el canal tienen que reducir el tráfico que lo atraviesa para conservar agua, y los que pueden pasar tienen que pagar tasas más altas por hacerlo.
En la actualidad, el tráfico diario está limitado a 32 barcos, una cifra inferior a la media anterior de unos 36, cuando hay agua suficiente para que el canal -que utiliza más de 50 millones de galones de agua al día- funcione a plena capacidad.
El arroyo de los barcos
Al agravarse la sequía el mes pasado, Ricaurte Vásquez Morales, administrador del canal, declaró durante un encuentro con la prensa que las restricciones al tráfico podrían mantenerse hasta finales de año y añadió que costarán al canal una pérdida de ingresos estimada en 200 millones de dólares.
Más allá de las preocupaciones regulatorias y financieras asociadas con esta masiva copia de seguridad, Vásquez Morales sugirió que la sequía también ilustra una de las mayores amenazas existenciales que enfrenta el canal.
Durante la cumbre de prensa de julio, Vásquez Morales dijo:
“Tenemos que encontrar otras soluciones para seguir siendo una ruta relevante para el comercio internacional. Si no nos adaptamos, vamos a morir”.
En estos momentos, la espera para entrar en el canal tanto en el Atlántico como en el Pacífico es, como señala el WSJ, de unos 20 días, lo que ha llevado a algunas navieras a buscar rutas alternativas, mientras que otras pagan fuertes recargos que, a su vez, encarecerán aún más las mercancías que transportan.
Se mire como se mire, la situación del Canal de Panamá es un auténtico atolladero, y con el cambio climático agravando las sequías, también este tipo de problemas se agravarán cada vez más.
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