En 1998, visité una de las ruinas más importantes del norte peruano, la increíble Chan Chan. Allí, mientras recorría sus imponentes instalaciones, en la Huaca de la Luna, me topé con un extraño grabado policromado, replicado en varias partes de la inmensa ciudadela andina, nada menos que Ai Apaec, el feroz decapitador.
Recuerdo su imagen, me hizo pensar en la mitológica gorgona griega, tal fue mi impresión. Ignoraba tras ese poderoso grabado, estaba siendo testigo de algo mucho más profundo. Veamos.
Ai Apaec – El Regenerador del Mundo
“Ai Apaec es la representación y la consolidación personificada de una deidad cuyos orígenes pueden rastrearse arqueológicamente, a lo largo de diversos procesos dialécticos de evolución cultural trascendiendo en las primigenias concepciones felínicas de deidades mitológicas, las cuales fueron paulatinamente concebidas, incrementando características antropomórficas en diversos procesos expresando así caracteres propios”. Ai Apaec. Daniel Castillo Benítes, 1998.
A diferencia de otras deidades andinas, la figura del mítico Ai Apaec, parece diferir en cuanto a una definición general. Casi todos los historiadores peruanos coinciden, Ai Paiec es un personaje relevante, y aunque el mismo tiene atribuciones de un Dios, no alcanza estatura en esa categoría.
Ai Apaec parece rozar otra visión, dominado por una línea más espiritual y metafísica. Se trata de un comunicador entre los mundos, y héroe restaurador.
Ai Paiec retratado en la Huaca de la Luna, durante mi visita a Chan Chan en 1998. Archivo Personal / Débora Goldstern
Una de las primeras menciones reconocidas sobre Ai Apaec, la encontramos en un texto del siglo XVII, «Arte de la Lengua Yunga», obra del padre Fernando de la Carrera, donde señala: “la presencia de dos deidades pre Incas; Ai Apaec y Chicopaec, adorados ampliamente en la costa norte”.
Dentro de esta primera referencia, Ai Apaec, es visto ya, como «el regenerador del mundo».
Estos datos servirán luego al impresionante académico peruano, oriundo de Trujillo, Rafael Larco Hoyle, 1901-1966, con una dilatada carrera como arqueólogo, historiador, escritor e ingeniero agrícola, y convertido más tarde en una autoridad sobre la cultura Mochica, difundiendo Ai Apaec, como elemento clave dentro de su teogonía milenaria.
Estatua del legendario héroe mochica, expuesto en el fabuloso paseo Youturque.
Para Larco Hoyle, según revelara en 1934, Ai Apaec, representa una deidad suprema, y también, ser todo poderoso. Lo llama el hacedor.
Según describe Daniel Castillo Benítes en su informe sobre Ai Apaec:
“Sus antecedentes se remontarían a culturas del período formativo, entre ellos Vicús, Salinar, Virú y otras. Larco afirmaba que los Cupisniques tenían como deidad tutelar al felino, dentro de múltiples variantes encontró, representaciones netamente zoomorfas. Dentro de la estructura ideológica, esta fue incorporando características mitológicas propias de su época, tal es así que la divinidad felina identificada al inicio con la expresión animal, tomó posteriormente una tendencia simbólica y estilizada”.
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Ahondando en estos conceptos, Ai Apaec, adquiere como deidad un simbolismo dual, y que encarna en su estereotipo, convivencia animal felino- humana.
Otro de los atributos vinculados con Ai Apaec, es el don de la ubicuidad, poder que le otorga desplazamientos por varios espacios simultáneos, y siendo como ya dijimos, un comunicador e intermediario, entre lo celestial, acuático, así como terrestre (mundo externo e interno).
Enrique Bunbury quién supo integrar la famosa banda española, Héroes del Silencio, porta en su brazo, un tatuaje que recrea Ai Apaec.
Ai Apaec – Misterios de una deidad metamórfica
“Sin embargo, Ai Apaec tenía una morada predilecta: la montaña; montaña que las Huacas del Sol y de la Luna reverenciaban, imitaban; al igual que la piedra sagrada, a sus pies, hacia los que miraban los espacios sacrificiales, en lo alto de las sucesivas bases piramidales. Espacios en los que las víctimas eran inmoladas en honor de un dios, capaz de encarnarse en todas las formas vivas, precisamente, para asegurar la vida (eterna) a los mortales”. La Huaca de la Luna o El Templo de la Santa Faz.
Mencionamos algunos antecedentes históricos sobre Ai Apaec, surgidos quizás, de tradiciones orales. Pero no fue hasta 1996, cuando el rostro de Ai Apaec hizo su triunfal irrupción en Chan Chan, al revelarse increíbles relieves policromados, especialmente adornando la famosa Huaca de la Luna, o como vamos ahondar, llamada también, el Templo de la Santa Faz.
Este punto es interesante de remarcar, porque muchos estudiosos señalan, Ai Apaec, refiere una antigua divinidad lunar. Estamos ante el señor de la noche, y del culto a la fertilidad.
Es amo de la vida y salvador. Especie de Cristo regenerador, y que, según las necesidades, adopta diferentes variantes, en su lucha liberadora. Aun así, Ai Apaec, excede el calificativo de Dios, su peculiar esencia representa algo mucho más profundo.
Ai Apaec. Huaca de la Luna, Trujillo, Perú. Cortesía: Enrique Jara
Como escribe el anónimo autor de La Huaca de la Luna, o el Templo de la Santa Faz:
“Ai Apaec era un dios multiforme, el dios de las metamorfosis. Era capaz de adoptar cualquier forma o, mejor dicho, de ‘encarnarse’ en cualquier ser, siendo, al mismo tiempo, uno y diverso.
El dios-araña era Ai Apaec, al igual que el dios-lobo marino o el dios-pulpo. El cuerpo de estas supuestas deidades era el rostro de Ai Apaec, que siempre se mostraba portando un atributo, su propia cruz: un brazo empuñando un puñal y una cabeza degollada que sangraba. Porque Ai Apaec era el dios de la vida y, por tanto, reinaba sobre los muertos”.
Pero el culto de Ai Apaec tiene una contracara dramática, encarnado en horrendos sacrificios humanos, tributos ofrecidos, buscando probar sus poderes divinos, asegurando así, la supervivencia alimentaria, y mantenimiento del ecosistema vital.
El Enigma de la Escritura Pallariforme Mochica ¿Legado de Ai Apaec?
Máscara mochica en bronce y concha que representa al héroe Ai Apaec. (Wikimedia Commons)
El tema de la escritura en la antigua Sudamérica, sigue siendo materia de discusión entre los investigadores actuales.
Sin embargo, en el siglo pasado, Rafael Larco Hoyle, se atrevió a desafiar ese dogma, al declarar sus sospechas, sobre la existencia de una proto escritura chimú, conocida como Pallariforme.
Según narran algunos investigadores, Larco Hoyle al observar ciertas cerámicas mochicas, notó ciertas marcas repetitivas, en dibujos representando pallares (conocidas como judías, garbanzos, lentejas o frijoles), donde el estudioso creyó identificar ideogramas, aunque sin lograr su traducción.
Larco Hoyle también creía, este tipo de escritura quizás podía representar ideas, mensajes o citas, siendo propiedad exclusiva de la élite sacerdotal.
Escritura Pallariforme Mochica
En su libro Aia Paec y los Hombres Pallar, dado a luz en 2015, la escritora peruana Carmen Pachas, sorprende con un relato ficticio sobre el inmortal héroe mochica, aunque no por eso menos sugestivo.
Como escribe el académico Guido Mendoza Fantinato, en su análisis sobre el texto:
“En este contexto, los pallares fueron vistos por los Moche no solo como un alimento otorgado por los dioses, sino también como privilegiados ‘comunicadores’ de la voluntad divina, a través de una ‘escritura’ secreta que debía ser descifrada por los humanos. Dicho secreto, radicaba en las peculiares manchitas blancas y negras, diferentes en cada cosecha de pallares, que eran consideradas, como el mensaje oculto que Aia Paec brindaba al pueblo Moche. Estas manchitas, debían ser adecuadamente interpretadas por los sacerdotes, y la élite que se dedicaba a su culto”.
Conclusión
Actualmente el prestigioso Museo Larco, que en 1926 fuera fundado por Rafael Larco Hoyle, se encuentra presentando una miniserie de seis episodios sobre Ai Apaec, narrando sus épicas hazañas, muchas de las cuales, parecen corresponderse con mitos griegos, y de otras culturas.
Sin dudas, su historia exige una mayor decodificación, de una deidad cuyo nombre real, es aún ignorado, tal son sus misterios.
Tal vez la clave de este misterio este en Chan Chan, ciudad serpiente dragón, y hogar de los Nagas.
Miniserie “Ai Apaec, el héroe mochica”
Bibliografía
Sitios web:
- De Perú
Castillo Benites, Daniel. Ai Apaec.
https://www.deperu.com/arqueologia/aiapae.html - Legado Historia
Ai Apaec. El Legendario Héroe Mochica.
http://legadohistoria.blogspot.com/2015/06/ai-apaec-el-legendario-heroe-mochica.html?m=1 - Memorias de Orfeo
Bellina de los Heros, Javier. Crónicas de Lecturas 81. Aia Apaec, y los Hombres Pallar.
http://memoriasdeorfeo.blogspot.com/2014/05/cronicas-delecturas-81-aia-paec-ylos.html?m=1 - Museo Larco
Los Viajes de Ai Apaec
https://www.museolarco.org/exposicion/exposicion-permanente/obras-maestras/los-viajes-de-ai-apaec/ - Researche Gate
Mendoza Fantinato, Guido. Aia Paec y los Hombres Pallar: recreando la milenaria cosmovisión de la sociedad Moche.
https://www.researchgate.net/publication/334524343_Aia_Paec_y_los_Hombres_Pallar_recreando_la_milenaria_cosmovision_de_la_sociedad_Moche_En_El_Blog_de_Guido_Mendoza_Fantinato - Tocho T8
Crónicas de las indias occidentales (III): La Huaca de la Luna, o el templo de la santa faz.
http://tochoocho.blogspot.com/2010/09/cronicas-de-las-indias-occidentales-iii.html
Artículo escrito por: Débora Goldstern, escritora y colaboradora para CodigoOculto.com
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