Pocas personas han escuchado hablar del cataclismo climático que ocurrió en el siglo VI, específicamente entre los años 535 y 536 d. C. Los registros históricos para esos años provenientes de distintas culturas hablan de los mismos eventos naturales y hacen descripciones casi inverosímiles. Viajemos al pasado y aprendamos un poco sobre los extraños acontecimientos referidos.
Un cataclismo mundial sin precedentes
Una de las citas más impresionantes que se conocen sobre el cataclismo climático ocurrido en el siglo VI la hizo el historiador y líder de la Iglesia Juan de Éfeso, en su obra histórica Historias de la Iglesia. Según sus observaciones, el Sol se oscureció durante 18 meses, y durante todo ese tiempo su luz se volvió muy tenue, casi como una sombra.
Asimismo, el Sol apenas brillaba cuatro horas al día, y su calor no fue suficiente para apaciguar el crudo invierno. Juan de Éfeso también señaló que la mayoría de las personas de su tiempo opinaron que el Sol nunca recuperaría su brillo de nuevo. Curiosamente, no fue el único historiador que hizo afirmaciones de este tipo.
Otros registros sobre el mismo cataclismo mundial
Procopius, que vivió entre los años 500 y 565 d.C. y fue un estudioso en antigüedades tardías, hizo descripciones parecidas. Describió el extraño comportamiento del Sol como una mala señal y el comienzo de una nueva y sombría época para la humanidad.
Indicó que, durante varios meses, la luz del Sol perdió todo su brillo y que el resplandor era muy parecido al de un eclipse, siendo este mucho más largo de lo habitual. Igualmente, el escritor del siglo VI, Zacharias de Mytilene, fue el autor de una crónica que contiene una referencia al ‘Sol Oscuro’, durante el periodo comprendido entre 535 y 536 d.C.
En su crónica, Zacharias agregó un dato más: el océano también manifestó un comportamiento extraño, volviéndose más tumultuoso de lo normal por más de un año. Además, la ausencia de luz y calor solar abrió paso a uno de los inviernos más crudos de toda la historia. Los informes señalan que el frío intenso mató a los pájaros y causó la muerte de muchas personas.
Un fenómeno natural que afectó al mundo entero
Las tres referencias anteriores son tan solo una muestra representativa de numerosos informes sobre el mismo fenómeno climático mundial durante el siglo VI. Cuando se comparan entre sí, es posible identificar algunos aspectos en común que son verdaderamente sorprendentes.
Por ejemplo, todos los relatos señalan que el Sol había perdido su luz y que apenas podía divisarse un tenue resplandor. Algunos extractos describen al sol como de color azulado. Además, la Luna también se vio afectada por el extraño temporal, y su luz ya no era tan brillante.
Los países asiáticos, como China, Japón y Corea, también hicieron mención en sus registros de que el 536 fue el peor año de su historia. En las crónicas de Beishi provenientes de la Dinastía del Norte, se dice que en la provincia de Xi’an murió el 80% de la población. Para sobrevivir, muchas personas acabaron comiéndose los cadáveres.
Sin luz ni calor, el invierno se hizo eterno
Lógicamente, el extraño comportamiento del Sol tuvo consecuencias nefastas para todas las comunidades de la época. Las lluvias cesaron por completo y el invierno se intensificó como nunca antes. Las aves y animales silvestres no pudieron resguardarse y los cultivos se perdieron en su totalidad. Las enfermedades y las plagas proliferaron y hubo incontables pérdidas humanas.
¿De verdad ocurrió?
Todo parece indicar que este cataclismo climático global realmente ocurrió durante el siglo VI. El hecho de que distintos escritores de diferentes lugares hayan hecho mención del mismo fenómeno natural ya es una prueba contundente. Además, estudios realizados a los troncos de árboles antiguos mostraron que el año 536 d.C. fue el más frío en 1500 años.
¿Hay alguna explicación lógica para esto? Pues bien, algunos expertos sugieren el impacto de un asteroide en el océano o la erupción de uno o varios volcanes como una causa probable. Todo esto pudo generar una densa capa de nubes en buena parte del planeta.
Hasta la fecha no hay manera de explicar la catástrofe climática del siglo VI d.C. Lo que sí es cierto es que los seres humanos seguimos siendo muy vulnerables ante las fuerzas indomables de la naturaleza.
Artículo escrito por: Luisa Lugo, redactora de CodigoOculto.com
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