Una serie de análisis genéticos realizados a unas momias chinas, revelaron que eran de personas “caucásicas”. Esto demostraría que habitaron la cuenca de Tarim miles de años antes de lo que se creía.
Muy pocas personas lo saben, pero Hitler tenía la creencia de que las personas que superaban los 2 metros de altura, eran los “primos genéticos” más cercanos de las tribus protoarias originales que nacieron en Asia central. Además, que todas las civilizaciones caucásicas descienden de esas tribus.
Es por eso que el hallazgo de cientos de momias antiguas en Asia obligó a reexaminar la historia antigua de China.
Arios en la antigua China
Belleza de Loulan (derecha) y Hombre de Chechen (izquierda). (Wikimedia Commons)
Textos con miles de años representan a los antiguos chinos con alturas enormes, ojos azules brillantes, narices largas y de barba y cabello rojo o rubio.
Los hallazgos, como la momia gigante conocida como la “Belleza de Loulan“, de 4.000 años de antigüedad y del “Hombre de Cherchen” respaldan estas leyendas estos míticos habitantes arios de Asia.
Años de controversia e intriga políticos llevaron a los arqueólogos a realizar pruebas de ADN para demostrar que una tribu caucásica habitó la cuenca del Tarim en China, miles de años antes de la llegada de los asiáticos orientales, lo que puso fin al debate.
El estudio, el cual el gobierno chino demoró en publicar por temores separatistas de los Uigur, y es que el separatismo musulmán de la provincia más occidental de Xinjiang se basa en un tesoro de antiguas momias descubiertas en los últimos años en las cercanías de la cuenca del Tarim.
Víctor H. Mair, especialistas en momias y coautor del libro “Las Momias de Tarim”, declaró lo lamentable que era que se haya politizado tanto el tema, pues creó obstáculos innecesarios para estudiarlas.
Aseguró que lo mejor sería abordar el caso desde una perspectiva netamente científica e histórica, dejando de lado temas políticos.
La “Belleza de Loulan”, de 4.000 años de antigüedad y el “Hombre de Cherchen”, de 3.000 años, se descubrieron en la década de los 80, convirtiéndose en leyendas dentro de la arqueología internacional. Su nivel de conservación es tal que ofrece una enorme cantidad de información.
Los hallazgos hechos a lo largo de la antigua Ruta de la Seda, fueron comparados con el descubrimiento de momias egipcias. Pero se considera que la preocupación de China por su autoridad en Xinjiang no permite una investigación normal, así como una divulgación pública más trasparente.
Las momias se conservaron gracias a la atmósfera seca y los suelos alcalinos en la cuenca de Tarim. Esto permitió a los científicos, no solo dar un vistazo a su biología, sino a sus ropas, herramientas y rituales funerarios, otorgando más evidencias sobre su vida en la Edad de Bronce.
ADN europeo en momias chinas
Monje de ojos azules y cabello rojo junto a un monje de rasgos asiáticos. Crédito: Wikiwand.
Los expertos consiguieron que investigadores occidentales trataran el caso en 1990. Se trabajó incesantemente para obtener la autorización del gobierno y trasladadar muestras desde China y realizar las pruebas de ADN que fueran concluyentes.
Una de las misiones más recientes recolectó hasta 52 muestras con la ayuda de investigadores chinos, sin embargo, el gobierno al final permitió que solo 5 salieran del país.
Víctor H. Mair declaró en 2010 que estuvo meses en Suecia realizando investigación genética. Dicha investigación demostró que en el segundo milenio antes de Cristo, las momias más antiguas, como la Belleza de Loulan, fueron los primeros pobladores de la cuenca del Tarim.
Gracias a la evidencia disponible, se encontró que durante los primeros 1.000 años después de dicha momia, los habitantes eran caucasoides.
“Los pueblos del este de Asia solo comenzaron a aparecer en las partes orientales de la cuenca de Tarim hace unos 3,000 años. Mientras que los pueblos uigures llegaron después del colapso del Reino Uigur de Orkhon, basado en gran parte en la actual Mongolia, alrededor del año 842”.
La “Momia Xiaohe”, exhibida en el Museo de Xinjiang, es una de las momias más antiguas de Tarim, con una antigüedad de más de 3.800 años. (Wikimedia Commons)
También dijo que el ADN moderno y el antiguo muestran que los uigures, los kazajos, kryguises y los pueblos de Asia Central, son todos una mezcla de caucásicos y asiáticos orientales.
China tardó años en permitir la investigación genética, pero un estudio del 2004 de la Universidad de Jilin descifró que el ADN de las momias incluía genes europoides. Esto demostró que los primeros chinos occidentales no eran asiáticos orientales.
Entre 2007 y 2009, ahora con la ayuda de expertos de la Universidad de Fudan, China, analizaron el ADN de la Belleza de Loulan, descubriendo que era, al menos, parte europea. Pero su pueblo pudo haber vivido en Siberia antes de llegar a Xinjiang. Sin embargo, se descubrió que esta momia femenina no era uigur, lo que significa que había menos razones para un debate sobre ella.
El misterio de las momias caucásicas en China sigue siendo tema de discusión en las comunidades científicas. Hasta la fecha, ninguna idea ha sido concluyente, pero lo único seguro es que esto demuestra que, posiblemente, China fue habitado por un pueblo ario en el pasado.
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