Entrevista inédita con Eugenia Cabrera, la hija del Dr. Javier Cabrera el fundador del controvertido museo de las piedras de Ica. En exclusiva para los lectores de Código Oculto.

María Eugenia Cabrera es heredera de un legado tan polémico como misterioso. Tan extraordinario como cargado de incertidumbres. Un testamento inclasificable. Nos referimos, claro está, al célebre Museo de las Piedras de Ica, una colección de más de 11.000 piedras que contienen grabados “oficialmente” imposibles de una humanidad que convivió y luchó contra los dinosaurios y que poseían una extraordinaria tecnología procedente de las estrellas. O eso al menos defendía su descubridor, el famoso Dr. Javier Cabrera Darquea.

María Eugenia Cabrera una de las hijas del Dr. Cabrera es una de las depositarias de este polémico legado. © Imagen: Jose Antonio Carav@ca / Archivo personal

Según contaba el médico a quien quisiera escucharlo, en el desierto del Ocucaje había un yacimiento casi inagotable repleto de piedras grabadas que servían prácticamente como una biblioteca pétrea para profundizar en los orígenes y motivaciones de una civilización ignota.

El medico afirmaba que:

“La humanidad gliptolítica llegó a la Tierra hace cientos de millones de años para crear genéticamente a los ancestros de la especie humana, y la abandonó antes del impacto de un gran cometa, hace 65 millones de años. El lugar de despegue de las naves de los gliptolíticos habría sido las pampas de Nazca, y el lugar de destino, las Pléyades. Esta humanidad superior dejo su legado intelectual en piedras grabadas, soporte elegido por su capacidad de resistencia al paso del tiempo”.

Completamente convencido de la autenticidad de las rocas, el Dr. Cabrera sacrificó su vida personal y profesional en busca de respuestas y un reconocimiento para su descubrimiento. Sin embargo, la sombra del fraude siempre estuvo presente en torno a un hallazgo que las autoridades científicas del país andino nunca lograron confirmar.

El Dr. Cabrera publicó un heterodoxo libro “El mensaje de las piedras grabadas de Ica” (1976) donde recogía todas sus investigaciones sobre las piedras de Ica además de aportar su personal interpretación de las mismas, adjudicándoles un origen extraterrestre. © Imagen: Jose Antonio Carav@ca / Archivo personal

Objeto de infinidad de reportajes, libros y documentales, en los últimos años poco se ha sabido sobre el destino de las piedras de Ica tras la muerte del médico iqueño en 2001.

En 2007 ocurrió un acontecimiento que hizo temer por la integridad de la enorme colección. Un devastador terremoto sacudió la ciudad de Ica. Aunque aquel no fue el peor de los males que sufrió el enigma de las Piedras de Ica. Desde el fallecimiento del Dr. Cabrera los rumores e informaciones sobre la falsedad de la denominada biblioteca lítica no han parado de crecer.

En 2007, antes de iniciar mi particular investigación sobre este icono del mundo de las anomalías, me desplacé hasta el mismísimo corazón de la ciudad de Ica para conocer de cerca que había pasado con las piedras tras todos esos acontecimientos. Y así pude reunirme con María Eugenia Cabrera, la hija del Dr. Cabrera, que ha recogido el testigo de manos de su padre para seguir al frente del popular museo. Ella mejor que nadie conoce todos los entresijos de este controvertido asunto que tantos ríos de tinta ha hecho correr.

El Dr. Javier Cabrera Darquea, nació el 13 de mayo de 1924 en la ciudad de Ica Perú, su familia desciende directamente del fundador de la ciudad, Don Luis Gerónimo de Cabrera. Se graduó como Médico Cirujano en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima, y fue Médico en el Instituto Peruano de Seguridad Social de Ica, ocupando el cargo de jefe del Departamento de Medicina Preventiva de Ica. A su vez fue el primer director de la Casa de la Cultura de Ica y también fue uno de los promotores y fundadores de la Universidad Nacional San Luis Gonzaga de Ica, desempeñándose como catedrático principal en la Facultad de Medicina “Dr. Daniel Alcides Carrión” dando las cátedras de Antropología y Ciencias Biológicas. © Imagen: Jose Antonio Carav@ca / Archivo personal

Allí en el mítico despacho del Dr. Javier Cabrera mantuve una entretenida entrevista con María Eugenia Cabrera, que ha permanecido inédita hasta la fecha, y que contiene algunos aspectos muy interesantes y reveladores para conocer y comprender la intrahistoria de este, sin duda, apasionante misterio.

Entrevista a Eugenia Cabrera – Piedras de Ica

El autor del reportaje junto a Maria Eugenia Cabrera en las oficinas del Museo de las Piedras de Ica. © Imagen: Jose Antonio Carav@ca / Archivo personal

CARAVACA .- Para empezar, creo que hay una cuestión que intriga sobremanera a muchas personas interesadas y seguidoras de las piedras de Ica ¿ha tenido repercusiones el terremoto de Ica de 2007 sobre las piedras o las instalaciones?

María Eugenia Cabrera.- Si, ha habido algunas consecuencias. Muchas piedras se cayeron de sus estanterías. Las paredes se han rajado y las repisas están muy débiles. He tenido que bajar piedras por el peso para evitar que caigan. Muchas piedras están en bolsas acumuladas por todos sitios. Algunas se han roto, no muchas, pero algunas grandes se han rajado. Las que cayeron se partieron.

CARAVACA .- ¿El museo se puede seguir visitando?

María Eugenia Cabrera.- Si. El museo ha seguido funcionando igual, incluso en época del sismo, yo venía para ordenar las piedras sin inconvenientes. Se puede seguir visitando y no hay riesgos. Mi abuelo construyó la casa de forma que resistiera los terremotos, y además se ha reformado varias veces y eso ha sido lo que ha ayudado a soportar el seísmo.

El museo de las piedras de Ica alberga en su interior más de 11.000 piedras con grabados. © Imagen: Jose Antonio Carav@ca / Archivo personal

CARAVACA .- ¿Hubo rumores de que el Museo sufrió graves desperfectos?

María Eugenia Cabrera.- Posiblemente las fotos de las piedras caídas en el suelo que envié a algunas personas pudieron dar esa idea. Pero no es así. El shock que vivimos en un seísmo tan fuerte nos afectó en un principio a todos pero gracias a Dios no hay grandes daños. Aunque estamos gestionando para trasladar el museo a otra parte a un lugar más espacioso para que puedan verse bien todas las piedras ya que aquí no hay capacidad suficiente para todas y tampoco pueden entrar muchas personas a la vez.

CARAVACA .- Remontándonos más en el tiempo, ¿quisiéramos conocer cuál es la situación del museo desde el fallecimiento de su padre en 2002?.

María Eugenia Cabrera.- Hice gestiones con la Unesco para tratar que estudiaran el Museo, pero me remitieron primero a las autoridades locales. Eso siempre ha sido un problema. Pero se ha trabajado intensamente, a todo nivel, si bien no son reconocidas oficialmente, al menos en el aspecto turístico hemos conseguido cosas.

Porque las personas que vienen desde tan lejos con el deseo de ver las piedras siempre han encontrado las puertas del museo abiertas. Desde hace algún tiempo recibo las visitas previa cita, por temas de orden y sobre todo por cansancio. Lo más importante es que la dirección general de turismo de Ica ya incluyó el museo en la ruta turística. La ministra de turismo tuvo la gentileza de mandar al Canal 7 de televisión nacional para incluir al museo de Ica en un reportaje sobre la ciudad. Estamos a la espera de que las piedras sean reconocidas oficialmente para que aparte de todo esto, sean consideradas como cultura…

Ejemplo de las piedras que el Dr. Cabrera custodiaba en su museo. La ciencia no daba crédito al contenido de los grabados y siempre se posicionó en contra de este pretendido descubrimiento arqueológico. © Imagen: Jose Antonio Carav@ca / Archivo personal

CARAVACA .- ¿Ha variado la postura oficial a este particular respecto?

María Eugenia Cabrera.- Ha cambiado, tras varios años de duro trabajo. Pero tengo que agradecer que a raíz de tener en mis manos el trabajo de Félix Arenas y María del Carmen Olázar, autores del libro “La verdad sobre las Piedras de Ica” con resultados de análisis de 99.000 años de antigüedad en algunas piedras, fruto de un estudio serio y científico, es lo que me ha permitido llamar a ciertas puertas de mi país y de mi propia ciudad.

Hay un tema muy delicado en todo esto, que afecta a muchísimas piedras que han salido del país, si se reconociese la autenticidad de las piedras muchos directores de museo tendrían problemas ¿quién va a responder a ese delito? ¿Quién ha dejado que este patrimonio salga del Perú?…

CARAVACA .- Siguiendo estas cuestiones ¿que hay de cierto en los rumores que apuntan a que desde el propio Museo de las Piedras de Ica se ha estado comercializando con ellas?

María Eugenia Cabrera.- No sé de dónde ha salido este rumor, porque es totalmente falso. Eso es imposible.

CARAVACA .- ¿Nunca nadie de la familia Cabrera ha ganado dinero con las piedras?

María Eugenia Cabrera. – Nadie.

Algunas piedras representaban conceptos astronómicos. © Imagen: Jose Antonio Carav@ca / Archivo personal

CARAVACA .- Pero hay personas que la vinculan a usted con la ventas de piedras a través de internet ¿qué tiene que decir?

María Eugenia Cabrera. – Lo niego totalmente. Hay gente que lo hace, pero nada tiene que ver conmigo.

CARAVACA .- ¿Siguen apareciendo piedras grabadas?

María Eugenia Cabrera. – Tengo entendido que sí. Algunas personas me han comentado que incluso en los alrededores del museo le han ofrecido piedras para comprar. Nunca lo he visto, hasta dicen que son familiares de los Cabrera, eso es incierto.

CARAVACA .- ¿Desde cuándo no recibe piedras el museo?

María Eugenia Cabrera. – Yo nunca he adquirido piedras. Ni una sola. Mi padre es la única persona que las conseguía.

CARAVACA .- Entonces ¿podríamos decir que desde el fallecimiento de su padre hace 7 años el museo no ha visto incrementado su número de piedras?

María Eugenia Cabrera.- Si. Es más, yo no deseo tener tratos con la familia de los Uchuya (que les proporcionaban la mayoría de las piedras al Dr. Cabrera), porque es un tema que hay que aclarar, tratar de llegar a conocer de donde proceden exactamente las piedras que ellos tienen. La familia Uchuya si ha sacado provecho económico de las piedras.

En muchas piedras se observaban operaciones médicas representadas de una manera muy elemental. © Imagen: Jose Antonio Carav@ca / Archivo personal

CARAVACA.- ¿Qué piensa de los estudios e investigaciones que apuntan a que todo el museo o gran parte de él, sea producto de artesanos locales, por tanto que se trate de un fraude?

María Eugenia Cabrera.- No estoy de acuerdo. Hay investigaciones que apuntan a que son auténticas. El estudioso norteamericano Dennis Swift con ayuda de un microscopio forense ha escaneado las piedras a gran resolución, y ha observado que tanto el grabado como la roca están recubiertos por una fina capa de oxidación natural que solo aparece cuando las piezas son muy antiguas, pues se forman con el transcurrir del tiempo. Es la misma prueba que mi padre encargó a la universidad alemana de Bonn, igual que hizo el Doctor Joseph Blumrich de la Nasa que vino a Ica y le pidió piedras al Dr. Cabrera y mi padre le dijo que las escogiera el mismo para su estudio. El resultado fue idéntico, eran muy antiguas.

CARAVACA.- ¿Pero existen piedras falsas?

María Eugenia Cabrera.- Hay piedras falsas por todos lados, se venden como souvenirs. Acá dentro no las hay, las del museo están a disposición de los científicos para que las analicen y comprueben que son verdaderas.

Ejemplo de las piedras que el Dr. Cabrera custodiaba en su museo. La ciencia no daba crédito al contenido de los grabados y siempre se posicionó en contra de este pretendido descubrimiento arqueológico. © Imagen: Jose Antonio Carav@ca / Archivo personal

CARAVACA.- ¿Que puede decirnos de los cientos de arcillas con representaciones de animales fabulosos, dinosaurios y hombres que formaban parte del museo?

María Eugenia Cabrera.- No las muestro. Creo que no tienen nada que ver con el asunto de las piedras. Es un tema que prefiero dejar al margen y no mezclar con el trabajo que realizó aquí.

CARAVACA.- ¿Qué representaba para su padre el Museo de las piedras?

María Eugenia Cabrera.- Todo. Pienso que no hay casualidades, en Ica muchas personas antes que mi padre ha tenido piedras. Sin embargo cuando a él le obsequiaron con una, le llamó muchísimo la atención y como su gran pasión era la ciencia fue la persona adecuada para llevar el tema, puesto que no buscaba lucrarse, quería estudiar el mensaje de las piedras y conservar el patrimonio del país.

En las rocas grabadas aparecidas en el desierto de Ocucaje había representaciones extraordinarias, desde operaciones quirúrgicas hasta lucha entre hombres y dinosaurios. © Imagen: Jose Antonio Carav@ca / Archivo personal

CARAVACA.- ¿Cuál cree que fue el mejor momento de la vida de su padre?

María Eugenia Cabrera.- Le recuerdo siempre estudiando las piedras nuevas que llegaban a sus manos. Le llevaba mucho tiempo. La alegría de mi padre al entenderla, tras reflexionar y preguntar a mucha gente por el significado de los grabados. La gente que venía de otras partes del mundo también le aportaban muchos conocimientos, esa fusión era muy importante ya que él se nutría de otros especialistas. Le recuerdo siempre sentado en su escritorio estudiando, leyendo e investigando.

CARAVACA.- ¿Le aportó el museo grandes satisfacciones al Dr. Cabrera?

María Eugenia Cabrera.- Tremendas, creo que nadie podría entenderlo. No era solo entrar en su casa. Para él era un santuario que le llenaba por completo.

El Dr. Javier Cabrera de Arquea era un prestigioso cirujano peruano que aseguraba haber descubierto las evidencias pétreas de una civilización desconocida. Una humanidad que convivió con los grandes saurios hace millones de años. © Imagen: Jose Antonio Carav@ca / Archivo personal

CARAVACA.- ¿Que adjetivos le colocaría a su padre? ¿Visionario, loco, quizás una persona adelantada a su tiempo?

María Eugenia Cabrera.- Muy adelantada a su tiempo…

CARAVACA.- ¿Cuál fue el peor momento que vivió su padre tras crear el museo de las piedras de Ica?

María Eugenia Cabrera.- Cuando dijeron que las piedras eran falsas y estuvieron a punto de meterlo en la cárcel con Uchuya. Un momento terrible para la familia porque no sabíamos que iba a sucederle, estábamos muy preocupados. Prácticamente le obligaron a decir que eran falsas… pero él nunca aceptó.

Ejemplo de las piedras que el Dr. Cabrera custodiaba en su museo. La ciencia no daba crédito al contenido de los grabados y siempre se posicionó en contra de este pretendido descubrimiento arqueológico. © Imagen: Jose Antonio Carav@ca / Archivo personal

CARAVACA.- ¿Creé que algún día se sabrá la verdad de las Piedras de Ica?

María Eugenia Cabrera.- Creo que sí. Porque hay muchísimas personas que conocen y han estudiado las piedras. Sobre todo quieren saber el mensaje de las piedras, porque no vamos a pasar todo el tiempo discutiendo en saber si son falsas o no… espero que pronto haya novedades…

CARAVACA.- ¿María Eugenia Cabrera cree que existió otra Humanidad?

María Eugenia Cabrera.- Totalmente. Claro que sí.

CARAVACA.- ¿Quiénes crearon las piedras?

María Eugenia Cabrera.- Eran seres especiales, buenos, que han pensado en toda la humanidad para dejarnos este mensaje. Al igual que pensaba mi padre y decían las propias piedras, estoy convencida que venían del espacio exterior y estuvieron aquí hace miles de años…

El autor del reportaje junto a Maria Eugenia Cabrera en las oficinas del Museo de las Piedras de Ica. © Imagen: Jose Antonio Carav@ca / Archivo

CARAVACA.- Gracias por recibirme

María Eugenia Cabrera.- A ti…

Conclusiones…

La entrevista con María Eugenia Cabrera dejó algunos puntos interesantes sobre la mesa que podrían ser pistas a seguir en futuras investigaciones. Por lo pronto resultaba bastante extraño que un destacado miembro de la familia Cabrera hubiera renegado de una manera tan explicita sobre Basilio Uchuya, y más teniendo en cuenta que esta persona había sido el principal proveedor de piedras del Dr. Javier Cabrera y casi su confidente durante toda su vida. De hecho, se decía que Uchuya conocía el emplazamiento del yacimiento de las piedras. ¿Por qué repudiaban a Basilio Uchuya?

También me quedé algo perplejo al conocer que la famosa colección de rocas grabadas no se había ampliado desde el fallecimiento de su padre en 2001. Este hecho era inaudito. La familia de Cabrera parecía no tener el más mínimo interés o curiosidad en explorar el desierto del Ocucaje en busca de más piedras que pudieran añadir mayor grado de confianza ante la comunidad científica. Ese dato era simplemente desconcertante. La investigación de las rocas grabadas parecía muerta en ese sentido. ¿Por qué no querían los Cabrera buscar más piedras? ¿No querían continuar con la labor de su padre?

En algunas piedras de gran tamaño se veían procesos médicos sobre mujeres “embarazadas” que según el Dr. Cabrera ofrecían información sobre cómo evitar el rechazo de los órganos en los trasplantes. © Imagen: Jose Antonio Carav@ca / Archivo

Pero había más detalles curiosos que podíamos extraer de esta entrevista. Al igual que el Dr. Cabrera su hija seguía sin aportar ningún documento o evidencia en forma de análisis que ratificara la autenticad de las piedras de Ica. El supuesto informe emitido por la Universidad de Bonn en Alemania (1967), seguía oculto en el archivo de los Cabrera. ¿Por qué no lo mostraba? ¿Si es una prueba a favor del museo a que esperar para hacerla pública?  Además, María Eugenia paso por alto por dos controversias. Preguntada sobre el asunto de las arcillas no quiso hacer ninguna valoración, y tampoco quiso mostrarme el «cuarto secreto» donde existen piedras que muestran la santa cena y la crucifixión de Jesucristo. ¿Si estaban abogando por la transparencia por qué perpetuaban los mismos errores que su padre? ¿Por qué ese secretismo? Sin duda el hermetismo sin sentido seguía instalado entre las paredes del museo. Y es que María Eugenia Cabrera no respondía con claridad ante unas interrogantes que siempre han acompañado al museo del Dr. Cabrera. Y al igual que su padre, las evasivas y los silencios eran constantes en muchas de sus respuestas. Además, las palabras de María Eugenia sobre la total disponibilidad para colaborar con la ciencia en el análisis de las piedras chocaban directamente con todas las peticiones rechazadas en los últimos años para llevar a cabo pruebas. Por tanto, tras esta visita al museo de las piedras de Ica, las incertidumbres seguían en el aire. No había habido grandes avances desde la muerte de su promotor el Dr. Cabrera. Y el enigma del supuesto testamento de la humanidad gliptolítica, después de millones de años enterrada, parecía que comenzaba a envejecer mal. Bastante mal dirían algunos…

A continuación se muestran portadas de la revista “Duda” referidas a las “Piedras de Ica”.

La mítica revista Duda se ocupó al igual que cientos de publicaciones de hablar sobre el misterio de las piedras de Ica que fue conocido en todo el mundo.

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  Portada de Revista Duda. © Imagen: Jose Antonio Carav@ca

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  Portada de Revista Duda. © Imagen: Jose Antonio Carav@ca

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  Portada de Revista Duda. © Imagen: Jose Antonio Carav@ca

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  Portada de Revista Duda. © Imagen: Jose Antonio Carav@ca

ANEXOS: Las Controversias de las Piedras de Ica

Anexo 1:

Basilio Uchuya reconoció ante la prensa (Revista Mundial) y las autoridades de su país (P.I.P. Policía de Investigaciones del Perú) en el año 1975 que él era el autor de las piedras grabadas que se exponían en el museo del Dr. Cabrera. Par demostrarlo el humilde campesino delante de las cámaras de los reporteros fue capaz de reproducir en un corto espacio de tiempo una roca de las mismas características de las que supuestamente hallaba en el desierto del Ocucaje enterradas. Y aunque muchos quisieron ver en este hecho, una hábil y lógica coartada de Uchuya para evitar ir a la cárcel por expropiación de patrimonio arqueológico, lo único cierto es que el principal proveedor de piedras del médico iqueño era un hábil y diestro artesano. Y hay que recordar que el Dr. Cabrera pagaba con dinero por cada roca que le entregaba su confidente. Curiosamente otra de las personas que suministraba piedras para el museo, Irma Gutiérrez de Aparcana, fue capaz ante el investigador Vicente París de reproducir una roca grabada en poco tiempo: “Irma nos mostró triunfante un par de pequeñas piedras entre sus manos. De algún lado sacó un trocito de sierra y ante nuestros ojos comenzó a grabar un pequeño dinosaurio. Al cabo de dos o tres minutos nos entregó terminada su obra. Para nosotros aquella piedra grabada representaba un tesoro. La coartada de Cabrera había sido desmontada: había piedras fáciles de grabar”.

Anexo 1. © Imagen: Jose Antonio Carav@ca / Archivo

Anexo 2:

El investigador Vicente París en el año 1996 presentó en la revista AÑO CERO un demoledor estudio que demostraba que las piedras de Ica contenían ante un examen microscopio restos de lijas y pinturas de colores que utilizaban los artesanos para elaborarlas.

En su reportaje decía lo siguiente:

“Entre las diversas personas que examinaron las muestras fue José Antonio Lamich, fundador del Grupo Hipergea, el que nos dio la pista más importante. En su informe, este arqueólogo nos hizo notar la presencia de varios gránulos de papel de lija en las grietas de una de las piedras. Estaba claro que ¡era falsa! (…) al año siguiente obtendríamos un soberbio ejemplar de manos de Basilio, representando una de las famosas ‘naves voladoras’. A diferencia de los precedentes, éste estaba sin embetunar. Por supuesto, Basilio me aseguró que era auténtico. Lo introduje en la bolsa y no lo toqué hasta regresar a Madrid. Una vez en mi domicilio lo coloqué sobre la mesa de mi escritorio y me dispuse a examinarlo con todo cuidado. Mi sorpresa no pudo ser mayor, Allí, junto al surco de las patas de aquella ‘nave voladora’, se encontraban varias líneas del lápiz rojo que Basilio había olvidado borrar. Irma, por tanto, no había mentido: el proceso era básicamente el mismo. Sólo que Basilio – más sofisticado que su vecina – prefería usar lápices de colores debido a que destacaban mucho más sobre la piedra.”

Anexo 2. © Imagen: VICENTE PARIS

Anexo 3:

Pese a todo lo dicho y escrito en torno a las piedras de Ica la única realidad es que solamente se han hallado unas pocas piedras grabadas en enterramientos arqueológicos documentados y ninguna de estas rocas presentan motivos extraordinarios ni relacionados con la supuesta humanidad gliptolítica.

Anexo 3. © Imagen: Jose Antonio Carav@ca / Archivo personal

Anexo 4:

Mientras coleccionaba sus piedras, el Dr. Cabrera tenía en su poder otra gran cantidad de arcillas que presentaban los mismos motivos de los grabados de las famosas rocas. Sin embargo, pronto se demostró, gracias a la investigación y análisis aportados por Vicente París y Erich Von Daniken, que todas estas esculturas eran recientes y que para mayor sospecha las elaboraba Basilio Uchuya, su principal proveedor de piedras.

Anexo 4. © Imagen: IKER JIMENEZ

Anexo 5:

En el museo había una colección de piedras que el Dr. Cabrera no solía enseñar a todos sus visitantes y curiosos. Se trata de una serie de rocas que presentaban escenas de “alto contenido erótico” entre hombres y que según el médico iqueño “contendrían la curación del SIDA” aunque nunca pudo probarlo. Las sospechas siempre se cernieron sobre estas piedras.

Anexo 5. © Imagen: Jose Antonio Carav@ca / Archivo personal

Autor: JOSE ANTONIO CARAV@CA

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