Sabemos que muchos de los mayores misterios del mundo se encuentran en Egipto y su pasado grandioso, sobre todo en sus Pirámides. Y una de ellas esconde un gran secreto: la Gran Pirámide de Giza no es una Pirámide, como siempre lo habías creído.

Por un lado, nadie sabe exactamente cómo se construyeron las pirámides y no hay consenso entre los arqueólogos sobre cuál era su función. Para la arqueología convencional se trata solo de tumbas para altos dignatarios. ¿Colosales monumentos solo para ser utilizados como tumbas? Según arqueólogos alternativos no eran simples cementerios para una sola persona, sino que su utilidad podría ir mucho más allá de nuestra imaginación. (Lee mucho más al respecto)

Sin embargo, en las últimas décadas han salido a la luz varios datos de gran relevancia sobre la Gran Pirámide de Giza que, si se piensa bien, podrían cambiarlo todo, y no exagero.

¿Una pirámide que no es una pirámide?

Uno de los mayores descubrimientos tiene que ver con la pirámide en sí, su naturaleza y forma, que todavía poca gente conoce, aunque se demostró hace tiempo.

Fueron la fotografía aérea y luego las imágenes por satélite las que revelaron por primera vez algo que hizo que los egiptólogos reconsideraran sus puntos de vista.

Descubrieron una característica arquitectónica que no es visible a simple vista, salvo a vista de pájaro, e incluso entonces sólo con la iluminación adecuada.

Esta característica de la Gran Pirámide de Giza no fue descubierta hasta 1940 por un piloto de las Fuerzas Aéreas británicas que la fotografió desde su avión.

¿Una pirámide que no es una pirámide? Crédito de imagen: Pinterest

8 lados

Más tarde, una imagen por satélite lo confirmó, mostrando claramente que la Gran Pirámide de Giza tiene 8 lados, ¡y no 4!

Para muchos sigue siendo un misterio que cada lado esté descentrado 90 centímetros. Y esto sólo puede verse desde el cielo.

Algunos testigos oculares, turistas, contaron que hay un momento del día en que la «torcedura» de los lados de la pirámide parece ser visible desde un lugar determinado, pero durante cientos de años nadie se percató de ello.

¿Esconde la pirámide un código matemático o sacro?

La pirámide posee y una serie de otros parámetros interesantes que suelen hacer suponer a los investigadores que puede ser una especie de interpretación arquitectónica de algún “código”.

Es decir, la pirámide en sí era multifuncional, no sólo una tumba para faraones…

Por un lado, es bien sabido que se construyó utilizando soluciones arquitectónicas que, incluso hoy en día, con nuestras modernas tecnologías, sólo podemos imaginar de forma aproximada.

La Gran Pirámide, por ejemplo, está orientada hacia el norte (nótese que no estamos hablando del norte electromagnético, sino del norte real, lo que también concuerda con la inscripción maya del Árbol de la Vida) con un error de hasta cuatro grados de latitud norte (es decir, cuatro sesentavos de grado), y esto ya es una precisión asombrosa.

Crédito de imagen: DALL-E

Así pues, al menos en un aspecto -la orientación de las pirámides de Giza sobre los cuatro puntos cardinales-, estas construcciones son prueba de mediciones geodésicas de muy alta precisión.

Los misteriosos conocimientos de los constructores de pirámides

Se determinó que la circunferencia de la base de la Gran Pirámide era de 921.455 metros, lo que equivale a medio grado de distancia del ecuador terrestre calculado según los estándares modernos.

Si, por supuesto, aceptamos que la circunferencia de la pirámide se basa en la circunferencia de la Tierra, y dada su exactitud esto sería muy difícil de rechazar, nos enfrentamos a una serie de preguntas que han perseguido a los investigadores de pirámides fuera del mundo académico durante décadas.

Por un lado, ¿cómo consiguieron los egipcios aprender con tanta precisión las constantes naturales o las medidas geodésicas? ¿Quién pudo enseñarles y por qué?

Y, por último, volvemos a la cuestión principal: ¿por qué se crearon realmente las pirámides?

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