El aspecto físico con que ha sido representado Akenatón en antiguas esculturas es extraño. Esto ha llevado a muchos estudiosos alternativos de la historia antigua a preguntarse. ¿era humano? ¿era un híbrido alienígena?
Akenatón fue un faraón de la dinastía XVIII, el padre del famoso Tutankamón. Sus contemporáneos llamaron al faraón el gobernante de los herejes. Los antiguos egipcios intentaron borrar su legado de la historia, por lo que se sabe muy poco sobre él. Pero lo que sabemos de él nos hace preguntarnos quién o qué era realmente.
Empecemos por su apariencia. A diferencia de todos los faraones anteriores, que fueron retratados en excelente forma física, Akenatón prefirió ser retratado como era. Hay que admitir que su apariencia es sorprendentemente extraña: ojos almendrados, abdomen pequeño, extremidades delgadas, cráneo alargado.
Akenatón puso a Egipto patas arriba, creando el mayor acto de herejía que jamás hayan conocido los egipcios. Proclamó que los egipcios ya no deberían creer en un panteón de varios dioses, sino que adoraran a un solo Dios. En este sentido, se asume que Akenatón y el Abraham bíblico pueden ser la misma persona.
Sin embargo, Akenatón no creía realmente en el monoteísmo (creencia en un Dios), estaba absolutamente convencido de que existían otros dioses, pero decidió que toda la adoración y las oraciones se entregarían a un solo Dios: el Dios Sol.
Todo sobre este faraón era diferente, ¿hasta el ADN?
Stuart Fleischmann, profesor asistente de genómica comparada en la Universidad de El Cairo, y su equipo publicaron recientemente el resultado de un estudio de siete años: mapearon los genomas de nueve faraones egipcios antiguos. Ocho muestras fueron completamente normales, y la novena, tomada de la tumba kV 55 (donde supuestamente está enterrado Akenatón) fue bastante inusual.
Fleischmann y su equipo sometieron las preciosas muestras de ADN antiguo a un proceso llamado en biología molecular «reacción en cadena de la polimerasa» (PCR). La técnica se usa a menudo para reproducir y amplificar una sola copia de un fragmento de ADN, lo que brinda a los investigadores una imagen clara de la huella genética.
La fuente de la muestra de ADN fue un pequeño trozo de tejido cerebral y un trozo de tejido óseo. Como resultado, se aisló el gen CX P AC-5, responsable del crecimiento de la corteza cerebral. Parece que esta mayor actividad en el genoma de Akenatón sugiere que tenía una mayor capacidad craneal debido a la necesidad de acomodar una corteza más grande. Pero, ¿qué mutación provocó el crecimiento del cerebro humano?
El cráneo se agranda solo por dos procesos: envejecimiento extremo y mutación genética extrema, por lo que Akenatón no debería haber vivido hasta los 45 años. La evidencia arqueológica refuta esto. Además, los microscopios electrónicos han encontrado signos de una cicatriz de nucleón, que es una manifestación segura de la curación de la hélice de ADN después de la exposición a fuertes mutágenos.
Los resultados del análisis de tejido óseo tomado del cráneo de Akenatón mostraron que los huesos del cráneo son mucho más densos y fundamentalmente diferentes de otras momias de la misma edad y período. Además, el cráneo y el esqueleto de Akenatón son dos veces más densos y duraderos que los de los humanos modernos.
Entonces, ¿quién o qué era Akenatón en realidad? ¿un híbrido extraterrestre, un mutante, el Abraham bíblico o una criatura de otro planeta?
¿Quizás poseía el extraño medallón con imágenes de extraterrestres? La ciencia aún no puede encajar su genoma en el cuadro general de la antigüedad. El misterio perdurará como su historia.
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