Los avistamientos de extrañas criaturas humanoides junto a la detección de colosales estructuras en el fondo marino de la Antártida, han llevado a los teóricos a sopesar la posibilidad de que exista una civilización inteligente habitando en las profundidades de los océanos.
Durante décadas, se ha creído que en la Tierra cohabita más de una especie con la humanidad. Siguiendo esa hipótesis y sumado a la gran cantidad de avistamientos registrados desde hace miles de años, es posible que una de estas civilizaciones sea submarina.
A pesar de que la ciencia convencional ha estado en contra de esta teoría, existen historias que ni los científicos más ortodoxos han podido explicar.
Leyendas de criaturas submarinas en el Caribe
Una de las historias más conocidas proviene de los mayas que habitaron el área de Belice. Hay evidencia de que cohabitaron con seres acuáticos en la zona.
Incluso, hay un relato que cuenta de un conflicto que estalló entre los mayas y estos «habitantes del mar» en el primer milenio antes de Cristo.
Se dice que estos seres prohibieron a los humanos la pesca y la recolección de alimentos a las orillas del mar, lo que originó una guerra. Los mayas salieron victoriosos, ganándose el control de toda la zona costera de Belice.
En América Central también hay historias tradicionales que mencionan a criaturas similares a las sirenas o Icthyanders. Pero si esto fuera poco, existen registros de marineros españoles y portugueses, posteriormente de comerciantes turcos y holandeses, que mencionaron la presencia de «monstruos acuáticos» durante la Edad Media.
Estas leyendas también son muy comunes entre los pueblos indígenas de Belice y los pueblos cercanos.
Durante la crisis de los misiles de Cuba, las tropas soviéticas y los marineros locales compartían historias de hombres y mujeres de aspecto extraño que podían nadar y realizar maniobras sorprendentes bajo el agua, alcanzando profundidades que nadie más podía.
De hecho, a finales de los 70 y comienzos de los 80, las historias de humanoides con manos y pies palmeadas eran comunes. A pesar de que no existe evidencia fotográfica de los mismos, muchas personas declararon que el grito de estas criaturas provocaba parálisis en los pescadores. Algo muy parecido a las sirenas de la literatura griega. Por esa razón nunca se pudo capturar ninguna.
Historias de “gente pez”
Más recientemente, en el 2006, un pescador de Belice describió a una niña y un niño nadando a una profundidad de 3 metros a una velocidad anormalmente rápida, desapareciendo después bajo el agua. Este tipo de cuentos son comunes entre los habitantes.
En el 2011, tres pescadores intentaron atrapar a un niño de aspecto extraño que avistaron bajo el agua. Cuando casi lo habían atrapado, 5 hombres y 3 mujeres emergieron de las profundidades y rescataron al infante.
Curiosamente, hasta el 2018, la caza de estas criaturas era legal en Belice, incluso el gobierno emitió recompensas de 1.5 millones de dólares por su captura. Esto provocó que muchos pescadores se adentraran en el mar, regresando heridos, con embarcaciones y redes rotas, pérdida auditiva e incluso, de extremidades. Para finales de ese mismo año, los funcionarios del país decidieron prohibir su caza y coexistir con esta civilización submarina.
En 1679, marineros extrajeron de las costas españolas a un hombre desnudo del mar. Los hombres rápidamente lo auxiliaron, dándole comida y vino, y le preguntaron la razón de su naufragio, pero el hombre no podía hablar.
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Lo llevaron a tierra firme, donde enfermó casi de inmediato. Usando las fuerzas que le quedaban, el hombre volvió al mar, desapareciendo. Fue conocido por todos los habitantes como “El Hombre pez”.
Otra versión de la historia asegura que se trataba de un adolescente al que se le ordenó bucear en el océano y nunca salió, por lo que todos asumieron que murió ahogado. 5 años más tarde, los marineros lo rescataron del mar y los pobladores lo reconocieron, por lo que lo llevaron a su antigua casa.
El hombre sufrió tanto para adaptarse a la vida en la Tierra que decidió volver al mar, de donde más nunca salió.
El Ningen de Japón
A pesar de que la leyenda es antigua, ha cobrado mayor relevancia en los últimos años debido a la cantidad de avistamientos de operadores de barcos japoneses que investigan ballenas en la Antártida.
Es conocida como “Ningen“, una criatura de piel blanca, con una longitud estimada de 20 a 30 metros de largo.
Los testigos aseguran que tiene forma humana, con piernas y brazos de 5 dedos, pero extremadamente largos. Algunos testigos también lo describen con aletas o una larga cola en vez de piernas, como las sirenas. Los únicos rasgos faciales visibles son los ojos y la boca.
Uno de los relatos más conocidos menciona como la tripulación en cubierta de uno de los barcos, observó lo que, creían, era un submarino extranjero a la distancia. Rápidamente notaron que mientras se acercaba, aquella cosa era un ser vivo con un aspecto humanoide. Sin embargo, la criatura desapareció rápidamente bajo el mar.
Existen muchas más historias sobre criaturas marinas, incluso de estructuras submarinas que parecen hechas artificialmente. Sin embargo, debido a las obvias dificultades humanas para investigar el fondo marino, es complicado encontrar evidencia contundente de su existencia…
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